Después de más montaña y más montaña tanto en los Pirineos como en la Cordillera Cantábrica, la Vuelta a España afronta otra jornada clave: la contrarreloj larga que se disputará en Burgos. Con una clasificación general muy apretada, ya que hay menos de cuatro minutos de distancia entre el líder, Joaquim Rodríguez (Katusha), y el noveno clasificado, Alejandro Valverde (Movistar), los más de 38 kilómetros de la crono de Burgos será juez de la carrera.
El itinerario que deberán seguir los ciclistas no será del todo llano. Muchos sube y baja dificultarán levemente la contrarreloj para los más especialistas, aunque no será, a priori, un gran impedimento para que los mejores croners estén peleando por la etapa. El viento que puede soplar fuera de las zonas urbanas será un elemento a tener en cuenta, ya que puede condicionar las prestaciones de unos u otros ciclistas.
Otro elemento a tener en cuenta es la jornada de descanso colocada justo el día anterior a la disputa de esta contrarreloj. Las etapas posteriores al día de reposo suelen pasar factura a algunos ciclistas, que ofrecen un rendimiento por debajo del esperado en la vuelta a la competición. Es una jornada dura en la que se puede perder mucho tiempo y, también, por otro lado, se puede dejar la Vuelta prácticamente sentenciada.
La salida se tomará desde el Museo de la Evolución Humana, donde comenzará la lucha de los ciclistas contra sí mismos. Los primeros 13 kilómetros tienden a ser levemente ascendentes y, si se toman con demasiada alegría, pueden pasar factura en el tramo final del recorrido. La meseta castellana tiene una orografía particular en la que parece que no hay rampa alguna pero, en realidad, hay multitud de falsos llanos.
Después de salir de Carcedo de Burgos, el recorrido tiene una pequeña bajada y un tramo más o menos llano hasta llegar al kilómetro 30. En ese espacio, los rodadores más puros y potentes pueden hacer gala de sus cualidades, si no han gastado demasiado en la primera parte, para marcar diferencias. Aquí será el lugar donde el viento tendrá más trascendencia.
El tramo final se inicia con un pequeña ascensión que pondrá aún más rígidas las piernas de los corredores antes de entrar de nuevo en Burgos. Allí, con la catedral presidiendo la escena, se verán imágenes de alegría y desolación después de esta decisiva contrarreloj que dejará secuelas imborrables en esta Vuelta.
Dumoulin, en busca del doble premio
Sin duda, el gran favorito para esta contrarreloj de Burgos es Tom Dumoulin (Giant-Alpecin). El holandés, bronce la pasada temporada en el Mundial de Ponferrada de la especialidad, espera poder exhibir sus grandes dotes como croner después de haber pasado la montaña con bastante soltura. El recorrido, que no es totalmente llano, le favorece aún más. A la gran motivación que supone ya de por sí disputar la etapa, se suma la de seguir enfrascado en la batalla por la general en la que parte como favorito a causa de la disputa de esta crono.
Sus principales rivales por la victoria de etapa son Vasil Kiryienka (Sky), Sylvain Chavanel (IAM) o Nelson Oliveira (Lampre). El bielorruso parece ser el rival más fuerte para Dumoulin, ya que ha demostrado en multitud de ocasiones sus grandes prestaciones en contrarrelojes más duras de lo habitual.
Las bazas españolas serán Luis León Sánchez (Astana) y Markel Irizar (Trek). El murciano es un consumado croner que tiene la oportunidad de pelear por una victoria de etapa, mientras que el vasco tratará de dar la sorpresa en Burgos, ya que pocos cuentan con él para el triunfo parcial.
Respecto al resto de hombres de la general, Rafal Majka (Tinkoff) y Alejandro Valverde (Movistar) parecen los mejor situados para realizar una mejor crono. El polaco está tercero en la lucha por el maillot rojo, mientras que el murciano lo tiene muy lejos, a casi cuatro minutos. Nairo Quintana (Movistar) también está un paso por delante de los otros contendientes por el liderato: el actual líder Joaquím Rodríguez (Katusha), Fabio Aru (Astana), Esteban Chaves (Orica GreenEdge) y Mikel Nieve (Sky).