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El Tour se siente en la Vuelta

Los ciclistas que participaron en la Grande Boucle notaron la fatiga de la ronda gala en sus piernas y no pudieron estar a la altura en la carrera española. La dupla Giro-Vuelta parece más acertada, ya que muchos de los que encabezaron la general planificaron así su calendario.

El Tour se siente en la Vuelta
Foto: Graham Watson | Unipublic
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Por VAVEL

El debate allá por junio estaba servido. Después de que Alberto Contador (Tinkoff) ganase autoritariamente el Giro de Italia, el pinteño se disponía a repetir gesta en el Tour de Francia. ¿Es posible ganar dos grandes vueltas en un mismo año? La pregunta sobrevolaba el panorama ciclista, expectante por el rendimiento del madrileño en la Grande Boucle. Contador no pudo pelear por la victoria y los detractores de que no es posible llevarse dos carreras de tres semanas en una misma temporada sacaban pecho.

Después del Tour, llegó la Vuelta. Los cuatro primeros clasificados en París tomaban la salida de Marbella, todos ellos en la quiniela de favoritos, dispuestos a acallar las voces que hablaban de esa imposibilidad de ganar dos grandes seguidas. Con menos de un mes de descanso entre los Campos Elíseos y Puerto Banús Chris Froome (Sky), Nairo Quintana, Alejandro Valverde (Movistar) o Vincenzo Nibali (Astana) osaban a plantearse llegar de rojo a Madrid.

Por otro lado, haciendo menos ruido mediático pero con una ambición igual o superior a la de estos trasatlánticos de la bicicleta, se presentó en la Costa del Sol otro grupo de candidatos que habían corrido la primera grande del año, el Giro. Fabio Aru (Astana) encabezaba este grupo, acompañado de su co-equipier Mikel Landa, Mikel Nieve (Sky) y Esteban Chaves (Orica GreenEdge). El último paquete de corredores lo componían aquellos que estuvieron en el Tour, pero no sufrieron el desgaste y la fatiga de disputar la general. Joaquim Rodríguez (Katusha) y Rafal Majka (Tinkoff), que aspiraban a ganar etapas y a premios menores como el maillot de la montaña, y Tom Dumoulin (Giant-Alpecin), al que una caída le apartó pronto de la ronda gala, completaban la línea de salida de Puerto Banús.

Desde el primer día, aquellos que no disputaron el Tour se mostraron más frescos. Chaves ganó la segunda etapa, Dumoulin estuvo con él y se colocó en la primera semana de líder. El único que rompió esta tendencia fue Alejandro Valverde y su victoria en Vejer de la Frontera. Nairo estuvo desaparecido, Nibali fue descalificado en la segunda etapa y Froome sufrió en las primeras ascensiones de la Vuelta. Aun así, el británico demostró ser todo carácter en la Cumbre del Sol, atacando y dejando sin respuesta alguna a muchos de sus rivales salvo a uno, Tom Dumoulin, que se llevó la victoria de etapa y el maillot rojo.

Andorra cava la tumba de los hombres del Tour

La primera gran etapa, Andorra, planificada por Joaquim Rodríguez, iba a destapar las primeras carencias de algunos favoritos. Chris Froome, que sufrió una caída nada más comenzar la etapa, la finalizó con una fractura en el pie y la retirada de carrera al día siguiente. Nairo Quintana, con fiebre, cedió, al igual que Alejandro Valverde, que sintió toda la fatiga del Tour.

Mikel Landa fue el ganador de la etapa, mientras que Fabio Aru se colocó como líder. Por detrás llegaron Dani Moreno, que no participó en el Tour, y Joaquim Rodríguez (Katusha), mientras que Dumoulin y Chaves salvaron el día. La cita pirenaica dejó claro que los hombres que venían con más de 3000 kilómetros en las piernas realizados en julio sufrirían lo indecible en la ronda española.

Más claro quedó aun en la Cordillera Cantábrica. Pese a que en Alto Campoo Quintana logró recortar algo de diferencia respecto al resto de favoritos, la tónica fue que similar a la de Andorra. Joaquim Rodríguez y Fabio Aru fueron los grandes protagonistas. El catalán ganó en Sotres y se colocó de líder en Ermita del Alba, mientras que el italiano trató de aguantar las embestidas del catalán e intentó, sin éxito, distanciar a Dumoulin en la general. Mientras tanto, sin hacer ruido, Rafal Majka se postulaba como candidato al podio y Esteban Chaves no lo acababa de perder de vista.

Pequeña resurrección en la última semana

La contrarreloj de Burgos dio alas tanto a Valverde como a Quintana. Los dos hombres de Movistar completaron una gran etapa en la ciudad castellana, que les hizo soñar con el podio. Chaves, Majka y Purito, por el contrario, rindieron por debajo de lo esperado. Pero los grandes triunfadores a la vera de la catedral burgalesa fueron Dumoulin, vencedor de etapa y nuevo líder, y Aru, colocado a solo tres segundos del holandés después de que el de Giant gastase su bala más peligrosa.

Las tres últimas etapas iban a ser un polvorín entre los que venían del Tour, los que lo hacían desde el Giro y los que tenían la Vuelta como gran objetivo del año. Aru era el que más gas tenía en sus piernas, después de esos dos meses y medio de reposo activo tras la Corsa Rosa. Dumoulin, todo carácter, aguantó las embestidas camino de Riaza, abrió un poco más de hueco en Ávila y se hundió en la sierra madrileña, como también hizo Alejandro Valverde.

Nairo Quintana aguantó en la penúltima etapa de Madrid, quizá porque no había gastado tanto como Valverde en las jornadas previas. El murciano se mostró muy combativo, buscando abrir hueco en cualquier terreno. Purito también comenzó a sentir la fatiga post-Tour y acabó muy cansado estas últimas etapas. Majka estuvo más fresco y Chaves, finalmente, logró la quinta plaza.

En resumen, la Vuelta ha coronado en el podio a tres hombres que no disputaron la general del Tour, aunque dos de ellos sí participaron en él. En el top 10 de la ronda española solo aparecen dos ciclistas que pelearon por el maillot amarillo, Quintana y Valverde, y otros tres que fueron en busca de otros objetivos: Purito, Majka y Meintjes. Sin duda, el desgaste que deja el Tour merma las posibilidades de los favoritos en la Vuelta y este año la prueba ha sido más que manifiesta.