El sábado 2 de julio comenzaba en el norte de Francia una fiesta. Una fiesta de más de tres semanas de duración que tiene lugar cada año y que responde al nombre de La Grande Boucle. Los invitados, ilustres figuras, deben presentarse debidamente engalanados en la línea de salida, para así poder dar comienzo a uno de los eventos deportivos del año. Ahora bien, como en toda fiesta que se tercie, siempre hay invitados que despliegan tal repertorio y dan tal espectáculo que poco menos que salen a hombros al acabar, al igual que los hay que, por hache o por be, no salen de su escondite, pasan desapercibidos y al día siguiente la gente cae en la cuenta y pregunta donde se meterían la noche anterior.

Se les esperaba y no aparecieron por ahí

Nairo Quintana se vio superado en todo momento por Chris Froome

El primer nombre de la lista no puede ser otro que Nairo Quintana. En declaraciones al acabar la ronda francesa, ha dicho “estar satisfecho con el resultado, teniendo en cuenta como se ha desarrollado la carrera”. La realidad es que venía con la máxima de las exigencias y las máximas expectativas, y no ha conseguido poner nerviosos a Froome ni un solo instante. Realidad también es, como ha sabido admitir, que el británico ha estado demasiado fuerte y, a pesar del cartel de favorito con el que llegaba, no ha podido competir contra la extraordinaria fortaleza del conjunto Sky en pleno.

Nairo no estuvo a la atura que se le esperaba | Foto: Movistar Team
Nairo no estuvo a la atura que se le esperaba | Foto: Movistar Team

Bajando en la escala de relevancia, también serían dignos de mención en este apartado corredores como Thibaut Pinot o Tejay Van Garderen.  A ambos se los incluía en la quiniela de favoritos al top-5 o top-10 de la general, y ninguno de los dos ha podido responder a las expectativas.

El francés se dio cuenta pronto de que su estado de forma no era el ideal para la exigencia que se había planteado, a pesar de llegar con un sorprendente título nacional de contrareloj bajo el brazo, y optó por luchar por victorias parciales de etapa y el maillot de lunares, el cual logró vestir varios días, pero finalmente tuvo que abandonar por enfermedad, en una jornada en la que todo quedó eclipsado por el atentado de Niza.

En cuanto al estadounidense, que venía de hacer una discreta Vuelta a Suiza, apenas pudo aguantar la primera semana con los 'gallos' de la general, para terminar acabando en la posición veintinueve, a más de una hora del tiempo del líder.

Entre los sprinters, bien podríamos señalar como claros derrotados a Alexander Kristoff y John Degenkolb, que se van de la ronda gala sin un solo triunfo parcial, si bien en el caso del alemán no sería justo atribuirle tal demérito, ya que no llegaba en las mejores tras el grave atropello que sufrió entrenando en nuestro país hace meses.

Se pasaron a saludar

Compraron billete para volar a Francia, pero lo cierto es que se dejaron ver más bien poco en la pista de baile. La única razón por la que tanto Marcel Kittel como Andre Greipel no se encuentran en el anterior apartado es que maquillaron su resultado en la carrera ganando una etapa cada uno. El primero lo hizo más bien, pronto, en la cuarta etapa. El segundo nos hizo esperar hasta el final en los Elíseos. Ambos se vieron sobrepasados en los finales masivos por un excelso Cavendish unas veces, y por la picardía y atrevimiento de Sagan en otras.

Greipel salvó el Tour con su triunfo en París | Foto: Tour de Francia
Greipel salvó el Tour con su triunfo en París | Foto: Tour de Francia

Astana lo intentó a pesar de que Aru no estaba en su mejor forma

Entre los hombres de la general, podríamos empezar hablando de Fabio Aru. El italiano debutaba en la carrera, vale. Pero así y con todo se le esperaba más combativo en su terreno, la montaña. Puso a trabajar a su equipo desde el comienzo de un par de etapas, pero luego las piernas no le acompañaron del todo. Su valentía, voluntad y juventud, argumentos para el futuro de lo que debería ser una lectura positiva de su debut en el Tour.

En una posición similar, se encontraría Julian Alaphilippe. También debutante en el Tour, también se esperaba mucho del 'niño maravilla. 'Deslumbrante en las clásicas de un día, probó suerte en las carreras de una semana, descubriendo que no se le dan nada mal (ganó el Tour de Californio y terminó sexto en Dauphinè). Descartada la general, lo intentó en las escapadas pero no tuvo fortuna. Un futuro prometedor, en cualquier caso.

Otros casos similares son los de Pierre Rolland y Warren Barguil. Ambos llevaban en mente competir en la general, como puntas de lanza de sus respectivos equipos, y ambos no encontraron la forma a lo largo de la carrera. También cabía esperar bastante más del portugués del Lampre y campeón del mundo, Rui Costa.

Vencedores y vencidos

El domingo 24 de julio terminaba en París esta fiesta. Froome tuvo que sudarlo, eso sí, e incluso hacer algunos metros a la carrera, ese gen keniano tenía que salir tarde o temprano. Otros, tristemente, no pudieron aguantar hasta el final y se tuvieron que marchar antes de que la fiesta acabara. Otros, unos con más y otros con menos fortuna, lo dieron todo en el camino y acabaron con dolor de pies de tanto bailar sobre esa pista de baile que es la carretera, sobre todo cuando pica para arriba. Otros no pudieron lucirse tanto como les hubiera gustado. Atrás quedan kilómetros de aguantar y de sufrir, bajo sol y bajo lluvia, sufrimiento (deportivo, claro) que a menudo corresponde en igual proporción al deleite del espectador desde su casa. Y si están tristes de que haya llegado al final, descuiden, que allá no muy lejos vienen más fiestas.