La corona de espinas de "El Principito" rojiblanco

Griezmann ya es historia del Atlético de Madrid, pero no todo ha sido un camino de rosas para el francés. Ocho temporadas, dos etapas y una fatídica decisión.

 La corona de espinas de "El Principito" rojiblanco
Griezmann besando el escudo del Atlético de Madrid // @Atleti
david-ayuso
Por David Ayuso

Antoine Griezmann, delantero del Atlético de Madrid se ha convertido recientemente en el máximo goleador de la historia del club madrileño. El pasado 10 de enero superó al mítico Luis Aragonés y ya es la máxima figura goleadora en los 121 años de historia del Atleti.

En 2014, tras una temporada gloriosa de los colchoneros, apareció en el club del manzanares un joven francés criado en San Sebastián con ciertos ápices de estrella mundial y llamado a coger el testigo de "el tigre Falcao" o "la pantera Costa". Apenas hicieron falta 5 partidos para que aquel joven, rubio, con el 7 a la espalda y con sonrisa inocente se ganara el cariño del viejo Vicente Calderón y cada fin de semana entonara una canción con su nombre. 

Del viejo Calderón al nuevo estadio Metropolitano, donde se convirtió en el primer anotador el día de la inauguración. Ese mismo año, en 2018, comenzó a rellenar su palmarés personal. Primero llegó la gloria con el Atleti, donde consiguió la Europa League con un protagonismo total en la final, y apenas un mes más tarde, con su país, el título por excelencia a nivel selección, la copa del mundo.

Antoine Griezmann con la Copa del Mundo // @FFFootball
Antoine Griezmann con la Copa del Mundo // @FFFootball
  • Una mala decisión

Griezmann tocó el cielo en 2018, lo había logrado todo tanto a nivel club con los títulos, como a nivel personal con la nominación al balón de oro. Aquel proyecto de estrella que llegaba a Madrid en 2014 ya había deslumbrado al fútbol mundial y el legado debía continuar, por lo que llegaron las dudas al entorno del futbolista, sobre donde debía seguir todo aquello.

Un año más tarde, tras meses de indecisión constante, ofertas millonarias y fracaso atlético, Antoine decide aceptar una millonaria oferta del F.C Barcelona y convertirse en jugador culé durante los próximos 5 años.

Desde aquel momento Griezmann iba a perder su sonrisa y no iba a estar a la altura de sus expectativas, donde jugar al lado de Leo Messi se iba a convertir en una pesadilla y el cariño de la afición rojiblanca parecía haberse marchado en el momento que más lo necesitaba el francés.

En Barcelona iba a pasar 2 largos años, donde vivió en primera persona la caída del imperio culé y se convirtió en enemigo de un Atleti campeón de liga que parecía no echarle de menos.

  • La sombra de Leo Messi

La etapa blaugrana de Antoine Griezmann no fue la soñada, y es que lo que prometía ser uno de los fichajes de la década, sólo quedó en lo económico, ya que el francés se embolsó 100 millones en poco más de 2 años y apenas marcó 30 goles en 105 partidos.

Griezmann en un partido con el F.C Barcelona // @LaLiga
Griezmann en un partido con el F.C Barcelona // @LaLiga

En lo referido a lo puramente futbolístico el paso de Antoine por la Ciudad Condal podría definirse como "sin pena ni gloria", y es que ni la situación deportiva del F.C Barcelona ni la del jugador eran ideales. Desde el club se vivía un periodo de adaptación, donde había gran cantidad de fichajes de renombre para intentar cubrir esos huecos que había dejado la marcha de veteranos con un exitoso pasado en el club, como Xavi o Iniesta. 

La delantera, donde estaba llamado a triunfar el francés, comenzaba a prescindir del talento de Neymar y debía recomponerse en cierta medida, pese a seguir contando con Messi y Suárez; todo parecía asentado entre el uruguayo y el argentino, automatismos, jugadas que parecían haberse ejecutado millones de veces y un protagonismo especial que parecía eclipsar los minutos de Griezmann.

Aquel jugador hecho a medida por Simeone, con libertad entre el medio y la delantera, generador de ocasiones y protagonista de la gran mayoría de acciones ofensivas, parecía ya tener su figura propia en Can Barsa, Leo Messi, quien obligó a Griezmann a jugar por banda y eclipsó muchas de las virtudes que llevaron al galo al top mundial.

  • En busca del perdón rojiblanco

En el mercado de fichajes estival del año 2021, a finales de agosto, tras un inicio de temporada prometedor de Antoine Griezmann con la camiseta culé se produce la llamada que tantas veces había soñado el francés. Al otro lado del teléfono, Simeone con un claro mensaje, te quiero en mi equipo; "el Principito" estaba de vuelta.

La decisión hizo mella en la afición colchonera, y es que la marcha del delantero dos años antes había hecho mucho daño en los atléticos, ya que afirmaban que durante las negociaciones había dejado de lado los intereses del Atlético de Madrid y únicamente había tenido en cuenta sus beneficios personales.

Griezmann y Cerezo en la presentación de 2021 // @Atleti
Griezmann y Cerezo en la presentación de 2021 // @Atleti

Aquel cúmulo de opiniones generó un ambiente hostil protagonizado por grandes pitadas durante los primeros meses tras su redebut como jugador rojiblanco, algo que el delantero supo manejar y desde el inicio de su cesión sólo tuvo palabras de empatía, perdón y agradecimiento para todos y cada uno de los hinchas rojiblancos. 

Poco a poco, el rendimiento del jugador fue cobrando protagonismo y pese a encontrarse lejos de la titularidad y no tener nada en común con aquel Griezmann goleador que se fue dos años antes la evolución cada vez era mayor.

  • Pitos convertidos en aplausos

Los goles llegaban, los minutos aumentaban y el equipo combinaba a merced de Antoine Griezmann. En apenas 3 meses, el francés había conseguido lograr en Madrid lo que se hizo imposible en Barcelona.

Simeone no dudó en darle la batuta del equipo y libertad total en toda la extensión del campo, aquello sumado a su enorme fondo físico, su calidad técnica y sus ganas de devolver todo el cariño a la afición, se forjó un jugador aún más dominante que el que se marchó años antes.

Tras una primera temporada buena, el Atleti no dudó en ejercer su opción de compra, y el propietario, el F.C Barcelona, no dudó en aceptarla. 24 Millones de euros pagó el Atleti por un jugador que vendió por 120 millones, un negocio de ensueño por un jugador de ensueño; una prueba más de la mala gestión del equipo blaugrana en los últimos años.

Griezmann y Morata celebrando en el Metropolitano // @Atleti
Griezmann y Morata celebrando en el Metropolitano // @Atleti
  • La gloria se consigue luchando

Con los complejos exterminados, el perdón conseguido y el reconocimiento mundial de vuelta al bolsillo del francés, el Atleti y Griezmann viven el mejor momento de su relación. El Atleti ofrece a al francés libertad y protagonismo total en su juego, y Antoine eleva notablemente el nivel cualitativo de los rojiblancos, un "win to win" en toda regla.

Griezmann ha confesado en multitud de entrevistas las claves que distinguen al Atleti y cual ha sido la clave del éxito: "Hay una cosa que me dijo Fernando Torres cuando volví 'tienes que dejar todo en el campo y te van a respetar y estar detrás tuyo mientras dejes todo en el campo'. El primer año no metía muchos goles, pero vieron que dejaba todo en el campo".

El delantero francés ha cumplido 33 años el pasado 21 de marzo, y teniendo en cuenta su contrato vigente hasta 2026, su comodidad y la gran importancia que tiene para el equipo, podemos afirmar que tienen Griezmann para rato en el Metropolitano.