Un Deportivo impreciso en ataque pincha nuevamente en Riazor

El conjunto de Fernando Vázquez prosiguió su mala racha como local al perder por 0-1 un encuentro que volvió a evidenciar la fragilidad del equipo en las jugadas a balón parado. El técnico de Castrofeito hizo debutar a un Uxío que, en su primer partido oficial, demostró buenas aptitudes defensivas y una gran compenetración con Pablo Ínsua.

Un Deportivo impreciso en ataque pincha nuevamente en Riazor
Borja marra una buena oportunidad en la primera parte (Foto: Nando Martínez | VAVEL)
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Por Pablo Varela Varela

Varios eran los alicientes que inclinaban a seguir de cerca el retorno del Deportivo a Riazor. El primero de ellos era comprobar en qué medida las buenas sensaciones dejadas por el equipo en el duelo contra el Sabadell de la semana pasada se mantenían en la vuelta a casa. El segundo, el entusiasmo por calibrar el potencial y adaptación de un joven canterano deportivista que hoy disfrutó de sus primeros minutos en la Liga Adelante, el oleirense Uxío Marcos. El reto venía acompañado de una dificultad añadida: la de enfrentarse a uno de los delanteros más atinados de cara a portería en este inicio de curso, Kike García. Sin embargo, no fue el ariete de Motilla del Palancar la principal inquietud de la zaga blanquiazul durante el partido de hoy, sino, una vez más, las acciones de estrategia, que sirvieron para que el conjunto murciano arrancase una valiosa victoria por 0-1 en su visita a tierras gallegas.

El Deportivo dominó, pero sin concretar

Advertía Javier Salamero la semana anterior de la posibilidad de poner en dificultades al Deportivo en las jugadas a balón parado. Bien, el técnico del Sabadell no pudo obtener finalmente rédito de su propuesta, pero sí tomó nota de ello Julio Velázquez, que ante las limitaciones económicas de la entidad dirigida por Jesús Samper, ha optado por armar un equipo rocoso en defensa y sólido a la hora de resistir los embates del rival. Ante esta perspectiva, el fútbol de posesión planteado por Fernando Vázquez evidenció desde un inicio cuál iba a ser el rumbo del partido.

Durante la primera parte, el Deportivo tomó la iniciativa y buscó constantemente la llegada al área por medio de Culio y Rudy, que permutaron posiciones a menudo en la frontal del ataque para asistir a Borja, que hoy se encontró un oponente de altura en un Casto inmenso en sus intervenciones. Mientras tanto, el Murcia fiaba sus opciones de victoria a los contragolpes encabezados por un Tete vertiginoso en sus cabalgadas por la banda y a las diagonales de Saúl, que hoy no pudo conectar con un Kike bien controlado por los centrales deportivistas. Mención aparte para Uxío, que en su primera cita oficial dio muestras de madurez e inteligencia defensiva. Bien al corte, ágil en la anticipación y buen posicionamiento.

Sin embargo, fue el Murcia quien asestó el primer y único golpe del partido tras sacar petróleo de una falta cometida por Ínsua en un lateral del área. Jugada ensayada de Velázquez que bota Saúl, quien sirvió el balón a Dorca para que el gerundense -el hombre con más talento de los murcianos- enganchase una volea desde la frontal que atravesó el marco defendido por Lux. Los fantasmas del partido ante el Córdoba volvían a planear sobre Riazor.

El gol espoleó a un conjunto deportivista que antes del descanso tuvo varias oportunidades, una de ellas en un remate de cabeza de Álex Bergantiños que salvó milagrosamente Casto. También hubo momentos para la polémica con un supuesto penalti de Truyols a Culio que Piñeiro Crespo no señaló pese a la claridad de la acción. El central mallorquín arrolla al argentino dentro del área, jugada a la que el árbitro da continuidad pese a las reiteradas protestas de jugadores y público. La falta de claridad en ataque se perpetuó hasta el ecuador del partido.

Un Murcia ordenado y encomendado al contraataque

El inicio de los segundos 45 minutos dejó un cambio en el conjunto murciano. Miguel Albiol sustituyó a un Eddy desacertado en su papel de mediocentro llegador. Velázquez buscó dar consistencia a su mediocampo en una segunda mitad que dio continuidad a la tónica de la primera. El Deportivo siguió buscando con ahínco la llegada al área contraria, pero sin dar síntomas de claridad. El conjunto de Fernando Vázquez sabe a qué quiere jugar, pero aún no ha concretado automatismos que le permitan ser letal en sus incursiones en el campo del oponente. Quizá por eso el técnico de Castrofeito dio entrada a Bicho y Juan Carlos mediada la segunda parte. Sin embargo, los cambios dieron la sensación de llegar tarde. Demasiado para romper un muro que, con la entrada de Iván Moreno, dejó a Saúl y Tete en busca de una contra que les permitiese rematar el partido.

Tampoco la entrada de Luis Fernández pudo dar claridad de ideas a un ataque blanquiazul que sigue engrasando su maquinaria. Con un Culio muy vigilado por Acciari y un Rudy más impreciso que en otras ocasiones, la línea de tres cuartos de los coruñeses buscó hasta el final devolver el equilibrio a un marcador que ya no se movió. Un resultado que dejó un sabor agridulce a una afición que vio intención y ganas a unos jugadores que, por el momento, tendrán que esperar para dar la primera alegría a su parroquia en Riazor.