Bancarrota. Falta de liquidez. Liquidación. Cualquiera de estas palabras o situaciones podrían poner el titular al día a día de muchas de las familias terrenales que cada mañana se levantan haciendo frente a los agobios de llegar con holgura a final de mes. El Deportivo podría ser una de ellas. De las que difícilmente se resquebrajan. Sin embargo, el próximo 10 de enero, los aficionados blanquiazules deberán acometer un nuevo examen de paciencia ante la inminencia de una cita trascendental para el futuro del club: la necesidad de rubricar con Hacienda el Convenio de Acreedores.

La relación entre el Deportivo y la Agencia Tributaria es la de un amor imposible. Uno de esos en los que el paso del tiempo y la falta de complementariedad terminan en el caos o la incongruencia. En una nueva muestra de talento sobre el papel, Santi Balmes, líder del grupo catalán Love of Lesbian, plasmó este sentimiento en Oniria e Insomnia, una de las canciones insignia de su último disco "La noche eterna. Los días no vividos". Sobre los tejados de una Barcelona nocturna, Oniria e Insomnia se encuentran. Se conocen. A Oniria le cuesta dormir e Insomnia vive constantemente en un sueño. Al sufrir su primer contacto, ambos asimilan y viven por un tiempo la naturaleza del otro.

Decía Balmes 'atrévete a acompañarme, vamos a andar por los cables'. Oniria, aquel Deportivo que comenzó a soñar a principios de los 90 coincidió con una Insomnia personificada en la Hacienda española que, a mediados de la misma década, aún se despertaba para vivir de los tradicionales presupuestos que pronosticaban un crecimiento del PIB anual de casi el 3,8%. Unos soñaban y otros abrían los ojos, pero siempre en base a la bonanza. Ese cable donde Oniria e Insomnia llegaron a tocarse supuso un momento volátil. Casi etéreo.

Decía Balmes 'ella hace equilibrismos, él descubre a Fred Astaire bailando en la cornisa del piso veintitrés'. Porque sí. Si alguien representó como nadie el espíritu del legendario bailarín de Broadway en el fútbol europeo de principios del nuevo milenio ese fue, sin duda, Augusto César Lendoiro. El Astaire de Corcubión bailó bajo el firmamento gris de Old Trafford y el azul de Riazor. La elegancia de su chaqué, personificada en la sobriedad de Mauro Silva, la delicadeza de Valerón y la pillería de Makaay deslizó sus mejores pasos sobre Highbury y también San Siro. Así hasta golpear en el suelo con su bastón hasta veintitrés veces. Porque sí, veintitrés fueron las victorias del Deportivo en la máxima competición continental. Veintitrés. Pocos lo habrían imaginado, y muchos lo habrían firmado. Por su parte, Insomnia conoció en aquel entonces el precipicio del mundo real con el primer caso de un club en Ley Concursal: la UD Las Palmas, en el año 2004.

Los equilibrismos de Insomnia llegaron a su fin. Decía Balmes 'esa noche ella fue muy cruel, empezó despidiéndose'. Atrás quedaron los millonarios contratos televisivos y los salarios desorbitados. También los 33 millones que desembolsó el Real Madrid por Nicolás Anelka, los 30 que llegó a pagar el Betis por Denílson o los casi 12 que desembolsó el Athletic de Bilbao por Roberto Ríos. Para Oniria, su desencuentro con Insomnia se fundamentó en la erosión que supuso no encontrar el equilibrio para delimitar sueño y realidad en el momento idóneo.

Puede que, para el lector, encontrar una relación entre la letra del artista barcelonés y la tesitura que ahora afrontan el Deportivo y la Agencia Tributaria sea absurda, pero tras años de juegos y huídas, Oniria e Insomnia vuelven a tener la oportunidad de encontrarse en el cable donde antaño se tocaron por primera vez. En un proceso donde los pocos episodios de luz fueron aportados por el magistrado designado hasta hace pocos días para el proceso concursal del club herculino, el juez Rafael García Pérez, relevado recientemente por Roberto Niño. Con Hacienda posicionada en una aparente inflexibilidad tras las reiteradas dilaciones desde la Plaza de Pontevedra a la hora de acometer los pagos al fisco, Oniria e Insomnia deberán comprender que en una partida de ajedrez también existen las tablas. Que para acometer el pago de los 62 millones de deuda privilegiada que el Deportivo necesita sufragar no sirve un enroque temporal como hacer caso omiso de la sentencia judicial que obligaba a Hacienda a levantar el embargo sobre parte de los 12 millones pertenecientes a los derechos televisivos de la temporada pasada.

Decía Balmes que, en el principio, 'Oniria encuentra a Insomnia, los dos conectan bien. Quizás en otra vida, fueron un mismo ser'. Tal vez, el 10 de enero, el Deportivo y Hacienda sabrán leer a tiempo que el equilibrio es posible si las fórmulas de ambos entran dentro de las matemáticas del fútbol actual.