Fernando Vázquez: Un año de un sueño hecho realidad

Una llamada telefónica despierta del letargo a un Fernando Vázquez para sumirlo en un sueño lleno de sentimiento, retos y esperanza. Esta es la historia de su año en el banquillo blanquiazul.

Fernando Vázquez: Un año de un sueño hecho realidad
Foto: Nando Martínez (Vavel.com)
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Por Jacobo Mosquera

Porque las cosas más bellas casi siempre surgen cuando uno menos se lo espera. Una llamada telefónica pasada la medianoche podría hacer saltar la alerta de alarma en cualquier persona, evocar fatales presagios o hacer despertar de un sueño en el que perfectamente cualquiera se podría ver sumido. En el caso que nos ocupará, esta llamada no augura nada negativo y no supone un fin de un sueño, sino que lo comienza.

"Una llamada a medianoche no supuso el fin de un sueño, sino que lo comienza"

Es un sueño de castillos y dragones, de grandes Imperios venidos a menos, de Reyes a punto de ser destronados, de cortes renovadas, de ejércitos construidos y por construir y de 25.000 fieles dispuestos a dar su vida por lo que aman, deseosos por encontrar de una vez por todas un general que los guíe, que los aliente y que los represente.

El general llamado a filas es un antiguo veterano conocedor de los campos de batalla. Es un humilde maestro poco dado a exaltaciones personales, pasional pero franco, de principios firmes y de mirada inteligente que un buen día, tras agotarse de los ires y venires de una profesión exigente, decide momentáneamente vivir en el retiro.

Pero cuando la llamada es del escudo que siempre has querido defender, cuando el que tienes entre manos es el reto que siempre has querido desafiar y cuando el aliento y apoyo es de una firmeza inquebrantable, el retiro claro está debe llegar a su fin.

El ejército a domar es de naturaleza singular. Está formado por 25 soldados que se colocan en el plano para cada cruzada pero que funcionan a la par con algo sobrenatural, algo que convierte a este ejército en grande, algo que no se ve pero que se siente, algo único llamado deportivismo.

El inteligente general Vázquez lo capta y planifica su reto según estos dos aspectos. Para un ejército claramente mermado por las batallas de Primera, con soldados que no confían en sus posibilidades, cansados y entregados al abismo de Segunda, Vázquez echa mano de su pasado de maestro y confía en su experiencia de liderazgo.

El general sabe por su bagaje en las aulas que sin motivación no se aprende. Sabe que para su primera Campaña 2012-2013 además de coraza, espada y escudo debe emplear el papel y el lápiz y cae en la cuenta de que para resurgir al grupo es necesario hacer que cada soldado vea cuáles son sus virtudes y las potencie. Para esto, una complicada tarea en la que será preciso desprenderse del atril para liderar sin ser líder, ser uno más de su grupo aún manteniendo su rango, transmitir esperanza a cabezas agachadas y competitividad a un frente mermado por derrotas que nunca debieron haber sido. La psicológica es una de sus bazas para lo imposible y confía en ello. La otra es el tiempo, 15 batallas para el ser o no ser.

Para resurgir al grupo será preciso desprenderse del atril para liderar sin ser líder

La Campaña se cierra con trágico fin pero su comunión con el llamado deportivismo se acrecienta y se convierte en especial. Son los fieles poco o nada resultadistas, entregados a un escudo que no se borda en tela sino en el mismo corazón, aficionados a la pasión y al sentimiento, que exigen lo de rigor en las relaciones verdaderas (recibir cuanto menos lo mismo que se da), que se reinventan al mismo tiempo que se reinventan sus colores y que, aun acostumbrados a momentos gloriosos, son inteligentes y saben aceptar los tiempos que corren y que se avecinan. Representan los mismos valores que posee su general por eso quizá la comunión sea instantánea, o bien por el hecho de que Vázquez haya sentido siempre el deportivismo.

El día de la presentación de su nuevo reto habla de resurgir, de esperanza y de trabajo pero el brillo en sus ojos aparece cuando habla de sentimiento y de una hinchada que no se rinde. Se convierte en la voz y en la cara de más de 25.000 almas que alientan y que arropan pero que, en momentos de incertidumbre, también necesitan de franqueza, sinceridad y de alguien que hable desde dentro ajeno a codicias personales, Concursos interminables y elecciones a tronos estancados.

El brillo en sus ojos aparece cuando habla de sentimiento y de una hinchada que no se rinde

Al general se le pide y finalmente tiene paciencia, sabe que después de la última derrota el silencio de 32.000 bocas en el Coliseo herculino mira hacia él y de nuevo lo capta. Cuando habla lo hace en primera persona y se autoincluye en un proyecto en el aire lleno de interrogantes y carente de perspectivas de futuro. Para él, sigue siendo el reto de sus amores y la continuación de un sueño.

Para la nueva Campaña 2013-2014 cuenta de nuevo con el aliento pero no con mimbres. Es hora de mirar hacia abajo y de confiar y formar a los jóvenes caudillos.

Ahí posee también experiencia y comienza la cruzada con un ejército joven y prácticamente sin participaciones en batallas de nivel. Algunos antiguos capitanes se quedan en el camino, otros se quedan a su lado. Su perspectiva de maestro hace que vea luz en el que la tiene y casi por primera vez la reciente Cantera coruñesa cobra protagonismo y las miradas se van hacia un proyecto que el deportivismo pueda considerar más suyo.

Ahora es él el que pide paciencia y la parroquia no defrauda, se da lo mismo que se recibe. Por ahora el sueño continúa de la mejor de las maneras posibles, con un general que de una vez por todas trabaja tranquilo y en comunión con unos fieles que transcienden y que él mismo ha elevado a la categoría de Patrimonio.

El 11 de Febrero se cumplen 365 días de aquella llamada y del inicio de un sueño que se espera que nunca acabe, el sueño de un humilde general que un día se vistió de blanquiazul.

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