El Dépor logró rescatar un punto en el último instante en un partido marcado en las agendas de ambos equipos desde hace semanas. Se enfrentaban dos escuadras a priori favoritas para lograr el ascenso a final de temporada, en un encuentro no sólo marcado por un choque en sí ya importante (segundo contra tercero), sino también por la guerra de aficiones entre blanquiazules y asturianos con gran desplazamiento a Coruña por parte de los últimos. Como resultado, un Riazor casi a rebosar juntando a los miles de deportivistas y sportinguistas presentes.

Con los dos equipos saliendo con la mejor alineación posible, el partido comenzó intenso. Tanto Sporting como Dépor protagonizaron en los primeros tres minutos una clara intención ofensiva, sin dejar a las claras algún tipo de timidez; pero fue un espejismo ya que el encuentro se encauzó hacia un mutuo respeto, con escuadras sabedoras del potencial de su rival y asumiendo que cualquier error podía resultar fatal. Así, la intensidad en el verde pareció transmitirse hacia la grada, donde tanto la mareona como la afición local exhibieron sus particulares gritos y ánimos creando un ambiente digno de un partido de máxima categoría. Y de esta manera continuó, hasta que el equipo de Sandoval logró adelantarse en el marcador, por mediación de un Bernardo que lograba introducir el balón en la portería tras un rechace proveniente de un saque de esquina.

A partir de este momento se desarrolló una dinámica basada en el ataque blanquiazul y el contragolpe asturiano, pero bien pudo cambiar si Borja Bastón hubiera anotado un penalti a los pocos momentos del gol visitante. Un tiro muy desviado del madrileño acabó con esa clara oportunidad de empate, que dejó algo tocados a los de Fernando Vázquez durante el resto de la primera mitad. Así se llegó al descanso.

Tras los quince minutos de entretiempos de rigor y el comienzo de la segunda parte del partido, continuó llevándose a cabo lo que se había visto en muchos momentos de la primera: un Dépor con clara intención ofensiva, que a medida que pasaban los minutos aplicaba tácticas con un objetivo de ataque claro (cambio a defensa de tres y entrada de Toché y Luís Fernández); y un Sporting cada vez más echado atrás pero aprovechando sus oportunidades de contragolpe, hasta el punto de que la posibilidad de un segundo o incluso un tercer gol parecía muy probable. A pesar de su mencionada reacción ofensiva, el equipo coruñés experimentó muchos problemas, algunos ya vistos en otros partidos: la falta de acierto y de fluidez a la hora de atacar fueron los más acusados. Sobrevivió gracias a las buenas actuaciones defensivas en las contras visitantes. Y cuando por sensaciones y falta de tiempo parecía que el Sporting gozaría de unos valiosísimos tres puntos, ocurrió la jugada en la que tras una carambola venida de un saque de córner deportivista Toché logró a regañadientes meter la pelota en la red de Cuéllar, provocando el delirio de Riazor y el silencio e impotencia de la mareona.

Finalmente, punto para Deportivo y Sporting en un partido con todos los elementos necesarios para pertenecer a Primera División; que deja a los de Vázquez una jornada más en ascenso directo y al equipo de Sandoval continuando su acecho a estos dos primeros puestos.