“El Deportivo hizo ayer historia en Europa, los blanquiazules golearon al Milán, vigente campeón de Europa. El equipo entrenado por Javier Irureta ofreció un autentico recital del goles y buen fútbol, que bien vale una Semifinal de Champions League”. Estas palabras podrían ser perfectamente el titular de cualquier crónica de cualquier periódico de aquel martes 8 de abril de 2004, hace hoy justo diez años. Y es que aquella noche, un pequeño equipo del norte de España asombró al mundo, realizando una de las mayores gestas de la historia del Fútbol moderno. La esperanza es lo último que se pierde, o eso al menos es lo que dice el refrán, sin embargo en aquellos momentos, la esperanza era un sentimiento poco presente en las mentes de la mayoría de Deportivistas, y es que los coruñeses venían de encajar un 4-1 en la ida en tierras italianas.

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A Coruña vivía un momento agridulce en la que con casi toda probabilidad sería la despedida del Deportivo de Europa. Aunque, se estaba hablando del Depor, un equipo que había ganado la una Liga, dos Copas del Rey (una de ellas al mismísimo Real Madrid, en el Santiago Bernabéu y el día de su centenario) y tres Supercopas de España, la historia no podía finalizar de aquella forma. Cabe destacar que el Deportivismo es un sentimiento universal, no solo de coruñeses vive el Depor, y es que mucho de aquellos hinchas, que seguían a su equipo, al de toda la vida, vivían en la capital, sí, en Madrid. Por eso, Dépor Vavel ha querido recordar con ellos aquella maravillosa gesta.

Jueves por la tarde, Depor Vável llega a la sede de la "Peña Chamberí Branquiazul" (cervecería S10), en el emblemático y selecto barrio del mismo nombre, donde esperan varios peñistas, Patricia, Ernesto, Miguel y a la cabeza su secretaria, Ana Guerra (una segoviana, a la que su padre le trasmitió el sentimiento deportivista). Cabe recordar, que por aquel entonces la peña no se había fundado, por lo que todos ellos tienen diferentes anécdotas sobre aquel día. Pocos fueron los valientes que se atrevieron a presenciar el partido desde las gradas de Riazor, Patricia, natural de Negreira (paisana del que les escribe), fue una de ellas. Recuerda que se situó con toda la expedición herculina que partió desde la capital barcalesa, muy cerca de la zona visitante. “Los italianos estaban eufóricos, al principio se oían por encima de nosotros”, recuerda, sin embargo tras el recital del Depor,”muchos italianos abandonaron el estadio en la segunda parte”. Por el contrario, Ana, lo vio en la Residencia de San Agustín, rodeada de “Merengues, deprimidos por la eliminación del Madrid contra el Mónaco, el día anterior”, tras la remontada de los coruñeses “llamé a mi padre para compartir mi alegría”, cuenta.

Ambas afirman que ninguna de las dos confiaba en la remontada, bueno en honor a la verdad, la mayoría, no lo hacían. Otros, prefirieron vivir, lo que parecía que iba a ser un partido triste, en soledad, ese gran bien. Este es el caso de Ernesto Plaza, un coruñés que vive en Madrid desde los 4 años. Es de esos deportivistas que nacieron y crecieron, con un Deportivo de Segunda División, de ese Depor “que solo ocupaba un minuto en los resúmenes de Estudio Estadio”, nos cuenta que tan solo recuerda los momentos posteriores al partido, “Todos mis amigos, eran madridistas y culés pero estaban tan eufóricos como yo”, relata. ¿Conocen ustedes a alguna persona que creyera en la gesta? ¿No? Bueno pues Ernesto, era una de ellas, “Después de la goleada en Italia, acabé con una sensación de casi ridículo, sin embargo, sabía que algo grande iba a pasar”. Concluye la visita a la peña, con el relato de Miguel Vázquez, natural de Santiago, que recuerda ese día como “uno de los más felices de mi vida”. este santiagués vivió el partido en su localidad del estadio de Riazor, en el fondo Pabellón, sobre la remontada dice " creía en la victoria pero no en la remontada, no conozco a nadie que lo creyera".

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Los otros representantes del deportivismo en la capital de España son la "Peña Centenariazo", todos unos expertos en seguir al Deportivo en sus desplazamientos. Tres son los representantes que han atendido a nuestras preguntas; Roberto Pita Pérez, su secretario, Cristina Romay y Pablo Blanco.

¿Que recuerdan de aquel día?

Pablo, recuerda con nostalgia, a los deportivistas más ancianos, “decían que los italianos no se les podía remontar”. “aquel día coincidió con un entrenamiento” y a su entrenador se le notaba “la vena deportivista”, recuerda Cristina. También, Pablo se encontraba en una concentración con su equipo de balonmano “Todos iban con el Depor”.

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¿Dónde vivieron el partido?

Roberto relata que lo vio con otros deportivistas “en el bar O Tizón”, Cristina disfruto de aquel histórico partido, en familia “con mi hermano, al ganar, dimos saltos de alegría”. Y Pablo, se encontraba en Santander viéndolo con sus compañeros de equipo “ninguno era del Deportivo, pero todos iban con nosotros”

¿Creían en la remontada?

Parece ser, que el optimismo es algo muy común en esta peña, ya que tanto Pablo como Roberto lo hacían. El secretario nos cuenta que no tenía “ninguna duda” de que lo consiguiera , “teníamos un equipazo”, añade. Por el contrario Cristina se mostraba menos confiada, “al principio no lo creía, pero a medida que pasaba el tiempo, la esperanza, me conquistaba”-concluye.

Estas son siete historias, siete recuerdos de siete deportivistas de la calle, siete historias que bien podrían ser de cualquier hischa de Depor. Aquella gesta, demostró al mundo, de lo que el Real Club Deportivo de La Coruña era capaz de hacer con Trabajo, pero sobre todo con HUMILDAD.