El mediocampo del Dépor, a debate

Es innegable la existencia de dudas sobre la composición del centro del campo de Víctor Fernández. ¿Es demasiado riesgo no colocar un centrocampista destructor? ¿O por el contrario resulta más positivo tener más creación y generar peligro a falta de rigor defensivo?

El mediocampo del Dépor, a debate
Foto: Nando Martínez | VAVEL.
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Por Dépor VAVEL

¿Centro del campo elaborador o mezclado con hombres defensivos? Esta cuestión es una de las que han salido a la palestra a lo largo de estas dos semanas de parón liguero, tras dos encuentros ante Granada y Rayo Vallecano que han supuesto tanto errores defensivos en la medular como goles fruto de su trabajo ofensivo.

¿Cuál es el sistema más prudente teniendo en cuenta la categoría? ¿Vale la pena tener más poder creativo y ofensivo a cambio de menos seguridad defensiva? ¿O por el contrario el trabajo de corte en el centro del campo debe ser dogma? En VAVEL se debate sobre ello.

Mediocampo creativo, por Álex Varela

El precedente de una idea inicial basada en una mezcla de diferentes tipos de centrocampistas, habitual durante la temporada pasada, no es precisamente el de un tipo de juego atractivo. Es cierto que muchas veces dio resultados (cosa que primaba en Segunda), pero en Primera convendría aprovechar más el potencial del equipo de mediocampo hacia arriba porque, a diferencia que en el curso 13/14, ahora sí que existe.

Gente como Isaac Cuenca, Lucas Pérez, Hélder Postiga o Toché (y en definitiva todos los jugadores de segunda línea para arriba) verían su trabajo mucho más sencillo si tuvieran atrás un grupo de centrocampistas con talento que les surtiera pases y buen juego. Para ello, Medunjanin y Juan Domínguez formarían un buen triplete junto a José Rodríguez (puro físico, útil para las tareas defensivas) en caso de utilizar el sistema 4-3-3, y existiría la opción de Fariña si se necesita a un hombre con tendencia a acercarse al área bastante más.

Obviamente, el riesgo defensivo de este sistema es el principal aspecto a considerar como defecto, pero si la línea de cuatro permanece concentrada y en su sitio podrá contrarrestar en la medida de lo posible este inconveniente. Por otra parte, sí sería positiva la entrada de un mediocentro trabajador como Wilk o Bergantiños a la hora de ir ganando o de defender un empate positivo para los intereses blanquiazules, de esta manera se tendría en la manga un arreglo a tiempo por si la seguridad defensiva es extremadamente arriesgada.

Entrada de un medio defensivo, por Manuel Díaz

Dos partidos han bastado para dejar en evidencia el entramado defensivo del Dépor. Los goles recibidos ante Granada y Rayo, ponen de manifiesto las complicaciones con las que cuentan los hombres de Víctor Fernández a la hora de salvaguardar su portería. Todo indica que el sistema que se empleará durante este primer tercio de campeonato es el conocido 4-3-3, un esquema que dependiendo del perfil de los futbolistas puede dotar al equipo de mayor seguridad defensiva o todo lo contrario. Con el medio campo formado por Juando, Medunjanin y José Rodríguez; el Deportivo forma una medular capaz de crear mucho juego ofensivo a través de la asociación, pero lo que pierde defensivamente hace desnivelar la balanza hacía esta derrota y posterior empate con el que ha abierto la competición liguera.

Tanto Medunjanin, como Juan Domínguez, son jugadores centrados en la elaboración. Por su parte, José Rodríguez es el jugador más físico de los tres, el problema del alicantino es que a la hora de presionar pierde demasiado la posición provocando un vacío enorme en la zona ancha. Ante estos problemas para cerrar la medular, la entrada de un hombre como Wilk o Bergantiños, aportaría la seguridad defensiva necesaria para que la sala de máquinas gallega alcanzara ese punto de equilibrio que le permita competir en Primera División. Además, la entrada de un mediocentro defensivo no supondría perder elaboración, ya que en la línea de 3 habría dos jugadores con calidad para sacar la pelota, como podrían ser Juan Domínguez y Medunjanin.

Está claro que la apuesta de Víctor Fernández por el juego de toque ha creado grandes expectativas en las gradas de Riazor, pero será imposible alcanzar el objetivo de la salvació, si el Dépor no comienza a poner el cerrojo en el medio del campo.