Un punto con sabor agridulce

El Deportivo rescata un empate ante el último clasificado, que sigue sin conocer la victoria, tras haber disputado más de una hora de partido con un hombre menos por la discutida expulsión de Hélder Postiga. El Córdoba, impreciso arriba, perdonó en varias ocasiones y Fabricio volvió a erigirse como héroe.

Un punto con sabor agridulce
Foto: lavozdegalicia
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Por Andrés Pascual Dias

El Deportivo visitaba al farolillo rojo con la oportunidad de distanciarse de los puestos de descenso y dejar a seis puntos a un rival directo. Para ello Víctor Fernández reforzó el once en labores defensivas dando entrada a cuatro laterales: Canella y Luisinho por la izquierda y Laure y Juanfran por la derecha. Mientras, arriba, Hélder Postiga y Cavaleiro esperaban balones llovidos desde las pobladas bandas.

La tensión de un encuentro que ninguno quería perder pero tampoco supo ganar resultaba evidente desde el inicio del encuentro. Errores en pases sencillos, parones constantes e imprecisiones en ataque fueron la tónica durante los noventa minutos, que sin embargo dieron lugar a fases bien distintas sobre el césped.

Presión y contraataque

A pesar del planteamiento inicial, aparentemente defensivo, el Deportivo se valió de una presión constante para robar en mediocampo y armar el contraataque. Un Luisinho muy participativo, con la espalda protegida por Canella, ganó los duelos por su banda, sin embargo sus centros no encontraban rematador. El Córdoba, lento e impreciso a la hora de sacar el balón jugado, interrumpía el juego mediante faltas, dando la oportunidad al Dépor de colgar balones al área. En una de ellas llegó el primer acercamiento peligroso, al colgar Medunjanin un balón parado lejano que peinaba un defensor y Cavaleiro servía para un Lopo que a punto estuvo de abrir el marcador.

Volvería a perdonar dos minutos después Sidnei, que remataba en bote un córner, también botado por el bosnio y que de nuevo atraparía Juan Carlos, meta local. Los primeros minutos, pues, correspondían el conjunto visitante, más cómodo sobre el césped y sin pasar apuros atrás. La suerte no sonreía al Córdoba, que en el minuto diez veía como Crespo pedía el cambio por molestias físicas y se veía obligado a abandonar el terreno de juego en sustitución de Pinillos.

Postiga, el antagonista

Tras el primer cuarto de hora de juego una falta lejana en este caso para el Córdoba supondría la ocasión más peligrosa del partido. Fede Cartabia ponía con maestría un balón al corazón del área que nunca encontró rematador pero que acabó siendo señalado por Mateu Lahoz como penalti. Un leve agarrón de Hélder Postiga en labores defensivas fue castigado por el valenciano con pena máxima y tarjeta amarilla para el portugués. De nuevo Cartabia, encargado de cobrar todas las jugadas a balón parado del conjunto andaluz se encaminaba hacia el punto fatídico. Su chut fue repelido por Fabricio, que supo aguantar la posición y se vio beneficiado por el mal golpeo del argentino.

Lo que podía haber sido un duro golpe para el combinado blanquiazul -ayer de morado- supuso una carga moral y la oportunidad de sacar adelante un partido que parecía haberse puesto cuesta arriba. Sin embargo Postiga no pensaba lo mismo. Tras varias protestas por las faltas recibidas cerca del área rival el portugués cometió un error infantil empujando a un rival tras una falta en mediocampo. Lo que parecía un lance del juego motivado por la tensión del encuentro acabó con el luso en la grada, al considerar Mateu Lahoz que el lance era digno de tarjeta. Si bien cabe destacar que el colegiado no fue consciente de la repercusión de la amonestación en un primer momento, ya que tras mostrar la cartulina indicaba a Postiga que centrase su atención en el juego. De este modo Lahoz dejaba al Deportivo con un hombre menos y condicionaba el partido tras un empujón infantil de todo un veterano como el portugués.

Un nuevo encuentro

Llegada la media hora de juego el Córdoba se veía en una situación inmejorable de cara a lograr su primera victoria en Liga. Ante un rival directo, como local y con un hombre más sobre el campo las llegadas a la meta rival comenzaban a incomodar a la defensa blanquiazul. A pesar de la ventaja numérica y de los ánimos de su afición el Córdoba se mostraba impreciso y nervioso, y no lograba generar peligro. Despejes al cielo cordobés, saques de banda y faltas en mediocampo seguían protagonizando el partido.

Por su parte el Deportivo trataba de seguir la misma receta que hasta entonces, robar y salir con velocidad, sin embargo la ausencia de Postiga dejaba a Cavaleiro muy solo. Únicamente las subidas de Sidnei y Luisinho lograban generar peligro. Con las incursiones del brasileño, Wilk guardaba la posición de central y el mediocampo se veía despoblado, generando superioridades constantes del Córdoba en esta parcela. Al no poder entrar por el carril izquierdo, Cartabia, protagonista de los locales, caía al medio y buscaba combinar con los hombres de banda. Sin embargo el peligro seguía sin llegar a la meta de Fabricio. Con el público volcado y el Deportivo metido atrás se llegaría al descanso.

Defensa, defensa, defensa

Si bien el primer tiempo finalizó con el Córdoba volcado pero sin llegar a crear una sensación de peligro real sobre la meta deportivista, la segunda parte sería diferente. Djukic daba entrada a Borja y retiraba a Luso, reafirmando así su propuesta ofensiva. La sustitución pronto se haría notar, siendo la posesión para los locales. Con Abel más cerca de los centrales, en posición de doble pivote junto a Rossi, el Córdoba armaba los ataques con sus laterales -Gunino y Pinillos- en posición de extremo y López Silva y Ghilas generando peligro cerca de la meta blanquiazul. El Deportivo, totalmente replegado, mantenía la línea defensiva muy atrasada. El segundo tiempo se convertiría en un ejercicio defensivo que vendrá bien a la zaga deportivista de cara a próximos encuentros.

En el minuto cincuenta y uno el colegiado anulaba por claro fuera de juego un tanto de los locales. A pesar de que los herculinos ya no parecían buscar contras, Juanfran lograba poner un centro que tras rechazar el portero acaba en Medunjanin, que tras un mal control desperdiciaba una ocasión franca dentro del área. El bosnio, acertado como siempre en el balón parado, se mostró incómodo sin balón e incluso llegó a perder pases sencillos cerca de su propia área. Tras el susto, el Córdoba siguió intentándolo en ataque a través de balones largos y pases al hueco. Laure -titular la noche de ayer y en la grada la semana pasada- sufría para que Pinillos no le ganase la espalda. El lateral que entraba en el partido en el minuto diez fue uno de los mayores peligros de los locales, saliendo victorioso en la mayoría de duelos ante Juanfran y el propio Laure. Otro al que le costaba vigilar su retaguardia era a Lopo, superado por velocidad constantemente y obligado a parar con faltas a sus rivales cuando se producía un pase al espacio.

Reestructuración

Djukic daba entrada a la tercera sustitución, siendo Xisco el elegido. El ex del Fabril dejaba claras las intenciones del serbio, convencido de que lograría su cuarta victoria como entrenador ante el Deportivo. El sustituido era López Silva, muy activo en el segundo tiempo pero visiblemente cansado. Por su parte, Víctor Fernández daría entrada a José Rodríguez, modificando así la posición de Juanfran y Luisinho. Canella -con molestias en el sóleo- abandonaba el terreno de juego y el portugués pasaría a ocupar el lateral, mientras que José se desempeñaría en la derecha y Juanfran en el carril zurdo. Buscaba el preparador deportivista dar entrada a un hombre fresco que permitiese coger aire al mediocampo.

El exjugador del Castilla supo interpretar su papel, pero se perdía en posiciones defensivas, comprometiendo al equipo cuando trataba de aguantar el balón en exceso. El Córdoba acumulaba a hombres arriba, pero no lograba combinar, siendo sus ocasiones más peligrosas los lanzamientos lejanos de Abel que Fabricio -empeñado en ganar segundos- detenía con seguridad. En medio del asedio cordobés, Xisco se encontró con un balón en el interior del área herculina, totalmente libre de marca, sin embargo al mallorquín le pudieron los colores y perdonó, a pesar de que la jugada había sido anulada por fuera de juego.

Juan Domínguez y Bergantiños salen a escena

A falta de un cuarto de hora para el final del encuentro, Víctor Fernández daba entrada a Juan Domínguez, siendo Medunjanin el elegido para abandonar el terreno de juego. Las constantes imprecisiones en el mediocampo y la falta de ambición del bosnio en las disputas hacían necesaria la entrada de un hombre de refresco, y Juan Dominguez supo corresponder a los minutos que disputó con el criterio que le caracteriza, guardando la posición y acertando en sus entregas, sabiendo esconder el balón cuando el equipo trataba de sacarlo jugado. Sin embargo los locales seguían creando peligro y Fabricio tuvo que volver a ejercer de salvador en un buen pase de Xisco al interior del área hacia Ghilas, que a punto estuvo de llegar.

El meta canario, muy concentrado durante los noventa minutos, se reafirmaba a cada jugada, demostrando carácter y manejando el poco tiempo que quedaba de encuentro. La última sustitución del encuentro sería también en el doble pivote, dejando el partido Wilk e incorporándose Álex Bergantiños. El coruñés formaría pareja una vez más con Juan Domínguez, que se mostró más cómodo que con el polaco a su lado. Cerca ya del minuto noventa, el Deportivo disfrutó de una última aproximación al arco rival, con Cavaleiro presionando y Laure forzando un córner. El portugués tuvo que vérselas con la defensa rival en cada jugada, desasistido y sin opciones de pase, pero no desfalleció en ningún momento y tuvo una actuación destacada.

El cartelón con el tiempo de descuento indicaba que se llegaría hasta el minuto noventa y dos, y el Córdoba dejó a un lado la cabeza y colgó balones con el corazón que le quedaba. En el interior del área Lopo supo despejar por alto las últimas ocasiones de peligro local. Se llegó así al final de un encuentro en el que nadie quería perder y ninguno supo ganar. El Deportivo saca un punto ante el último clasificado que sin embargo hay que considerar como bueno, al haber disputado la mayoría del partido en inferioridad numérica por la expulsión de un Hélder Postiga que tampoco jugará ante la Real Sociedad en Riazor.