Cuando el equipo no carbura, tarde o temprano llega el momento de cambiar de tecla y, mediante ensayo-error, buscar aquellas cualidades colectivas que mejor se pueden explotar para el bien común. El Deportivo no ha empezado a funcionar después de doce jornadas, y no solo eso, ya que tras el primer trimestre de competición los jugadores siguen sin saber a qué juegan.
El pasado sábado Riazor fue testigo del regreso de los tres centrales a la endeble zaga coruñesa: "Nos encontramos muy cómodos en la segunda parte", asegura Pablo Ínsua en lo referente a la defensa de cinco presentada por Víctor Fernández, aunque también reconoce que "en la primera sufrimos bastante". Fue cuando la defensa lo pasó peor, con una línea estática de tres centrales, entorpeciéndose y demasiado alejada de los centrocampistas.
Sin necesidad de entrar a valorar la novedad propuesta por el técnico maño, es innegable que la defensa viene sufriendo menos de lo habitual en los últimos partidos: "Es muy importante encajar pocos goles", dice Ínsua, ya que "no vamos a marcar tantos como los de arriba". Uno de los artífices más evidentes de este cambio de tendencia es el portero Fabricio Agosto, que desde que se hizo con la titularidad tan solo ha recibido dos goles, "ojalá siga en su momento", reza el de Arzúa.
El proximo domingo el Deportivo visitará el Calderón para enfrentarse al "actual campeón", en un encuentro que "será muy complicado". El equipo irá con la moral alta, ya que "si tenemos actitud y un poco de fortuna tendremos opciones". Será difícil, pero el conjunto herculino deberá conseguir esa regularidad que tanto necesita, pues " es lo que buscamos, ser más constantes". Por último, el canterano del Dépor aseguró que, a pesar de volverse a encontrar sumergido en el descenso, el equipo se encuentra "en la misma situación que hace una semana, no hay que dramatizar".