Abonados a las complicaciones

El Dépor perdió por tres goles a cuatro y con una evidencia de que la mejoría del juego existe, pero también el crecimiento del peligro con respecto al descenso.

Abonados a las complicaciones
Foto: LFP.
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Por Álex Varela

Fue un día de contrastes. El sábado Riazor vio tres goles de su equipo, uno por cada partido consecutivo sin marcar, pero este acierto de cara a portería terminó eclipsado totalmente por una derrota que, aunque esperada, terminó doliendo más de lo previsto por la buena imagen del Dépor y la cara plantada durante los noventa minutos, dejando a un lado los errores defensivos del 1-2 y el 1-3, fruto de adelantar excesivamente a los jugadores para acrecentar las opciones de ataque. Y fue un día que, a pesar de dejar a las claras (una vez más) la gran progresión de este equipo en las últimas jornadas, presenció nuevamente peticiones de dimisión para Víctor Fernández. En definitiva, ¿qué conclusiones dejó el 3-4?

Y llegó

Con toda probabilidad, el doblete de Oriol Riera fue la gran nota positiva de un partido agridulce. El catalán, en el punto de mira desde el derbi contra el Celta y acusado de falta de puntería, se estrenó como goleador casi dos meses después de debutar con la camiseta del Dépor al ser el protagonista de los dos primeros tantos de su equipo, los dos muy típicos de delantero, que a pesar de servir para poco al final del partido sí lo hacían para acabar con la mala racha del cedido por el Wigan Athletic.

Irónicamente el gran día de Oriol Riera, alabado en sus primeros partidos por su trabajo en el juego aéreo y en el 'curro' en general, llegó en uno en el que esta aportación brilló por su ausencia, como si el propio delantero decidiera a propósito reducir este aspecto de juego para centrarse más en él y marcar su gol. Fuera como fuera, es obvio que tuvo su mejor actuación.

Y la tuvo en una semana en la que fue uno de los grandes protagonistas. Su falta de acierto, que despertó impaciencia en algún sector del deportivismo, hizo reaccionar a sus compañeros, que sin excepción defendieron a su compañero en sus respectivas comparecencias de prensa. Isaac Cuenca, Lucas Pérez, Álex Bergantiños o José Rodríguez se encargaron de dar su voto de confianza a un Riera que desde luego no les ha decepcionado, ni a ellos ni a los presentes el pasado sábado en el Estadio de Riazor. Ya se sabe lo que pasa con los delanteros y la confianza. ¿Serán estos dos goles los primeros de muchos?

Esta vez hubo rival

No era muy difícil mejorar la penosa imagen ofrecida en la primera vuelta, eso es cierto. A pesar de haber perdido el Deportivo impuso una resistencia y una dignidad mucho mayores a las del partido del Sánchez Pizjuán, en el que estuvo absolutamente nulo en ataque (el único gol, obra de Medunjanin, fue una jugada aislada a balón parado) y algo bastante peor en defensa. El sábado en Riazor, los hombres de Víctor Fernández sí que fueron un equipo serio, con oportunidades frente a la portería de Sergio Rico y que cayeron derrotados simplemente porque el rival era superior en individualidades. No es la misma la efectividad de un conjunto con Bacca y Vitolo que la de otro con Cavaleiro y Oriol Riera, aunque este último haya sido protagonista de un doblete.

Sin ir más lejos fue el Dépor el que golpeó primero gracias a la buena definición del delantero cedido por el Wigan, y tuvo alguna oportunidad para doblar su ventaja ante un Sevilla que en la primera parte sufrió, aunque supiera sacar partido a sus grandes jugadores para irse al descanso con el partido empatado y más tarde remontar en los segundos cuarenta y cinco minutos. Desde luego, las imágenes ofrecidas en Sevilla y A Coruña no tienen absolutamente nada que ver, lo que habla bien del progreso que ha tenido el equipo en estos meses. Pero eso tampoco era difícil de mejorar.

Jugador con compromiso, jugador vital

Hay jugadores que disputan cada balón como si fuera el último, que no paran de correr a pesar de estar cansados e intentan todo lo posible por ayudar a su equipo. Desafortunadamente cada vez hay menos en el mundo del fútbol, pero el Dépor tiene la suerte de contar con Lucas Pérez. El coruñés, como diría el tópico, es el verdadero fichaje invernal del equipo. Su presencia se nota, tanto en lo deportivo como lo motivacional, y un grupo beneficiado con todo esto mejora con creces. El sábado, Lucas procuró hasta la saciedad lograr el gol que ayudara a su equipo, cosa que, a pesar de no gozar de mucha importancia por las circunstancias que le rodeaban, finalmente consiguió.

Desde luego, no puede ser casualidad que la mejoría del Dépor haya coincidido con su recuperación total. Cuando debutó oficialmente contra el Valencia, hace justo una vuelta, el equipo se convirtió en otro; algo que también pasó después de su vuelta hace cosa de dos meses. No es la primera vez que en estos análisis aparece la frase "hay un Dépor sin Lucas y otro con él", pero cada partido que juega da razones para repetirla semana tras semana. Ahora, lo difícil: ¿y la propiedad?

Fuera de expectativas

Tras las actuaciones desesperanzadoras de Lopo, sobre todo en el derbi, muchos aficionados pedían en las últimas dos semanas más participación para un Pablo Insua que hasta este momento no había tenido todo el protagonismo esperado. Sin embargo, el rendimiento del canterano no está cumpliendo las expectativas puestas sobre él. Ante el Almería el de Arzúa protagonizó algunas jugadas donde mostraba inseguridad manifiesta, y el sábado, desafortunadamente para el Dépor, las repitió. Gran ejemplo de ello es el error que comete al hacer el penalti que a la postre significaría el 1-3, dejándose llevar por el hecho de que los sevillistas no tiraran el balón fuera tras el desplome de Juanfran en el césped.

¿Qué es lo que le pasa a la considerada como gran perla de la cantera? Por otra parte, ¿considerará Víctor Fernández la opción de Borja López (que aún no ha disputado ni un minuto de juego) en caso de cesar definitivamente su confianza en Insua o volverán las titularidades de Alberto Lopo? Lo que está claro es que el próximo partido, frente al Valencia en Mestalla, exigirá el mejor compañero posible para el indiscutible Sidnei.