El señor que nos hizo amar el fútbol

Juan Carlos Valerón, uno de los futbolistas con más talento de la historia reciente, cumple cuarenta años.

El señor que nos hizo amar el fútbol
Foto: Nando Martínez | VAVEL.
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Por Álex Varela

Uno no sabe cómo empezar a la hora de hablar de un tipo como Valerón. Tal vez sea el sentimiento extremo de admiración, el miedo por dedicarle un texto indigno de él o la incapacidad de comprimir tantos buenos momentos en un simple artículo, pero probaremos suerte, la misma que tuvo el fútbol cuando aquel chico fichó por la U.D. Las Palmas y empezó a darle patadas a un balón.

Juan Carlos Valerón cumple hoy cuatro décadas de vida, dos de ellas dedicadas íntegramente a hacernos disfrutar con algo tan simple y banal como jugar a la pelota, a la vez que demostraba que los grandes jugadores no eran siempre estrellas egocéntricas esclavas de la moda y el dinero. Él fue, es y siempre será diferente, y pasará a la historia de este deporte como eso, como un adelantado a su tiempo que parecía que jugaba a otra cosa que el resto. Y a pesar de ser menos reconocido mundialmente como otros jugadores de su mismo puesto y edad, será capaz de dejar un legado que muy pocos consiguen: ser la razón por la que muchas personas empezaron a adorar el fútbol.

La importancia que tiene Valerón para los coruñeses, sobre todo para los que nacimos a mediados de los noventa, no se puede definir con exactitud usando las palabras. Futbolísticamente hablando él era el cerebro del EuroDépor, el hombre por el que giraba todo. Pero fuera del campo seguía demostrando que para él eso de clasificarse para unos cuartos o una semifinal de Champions no era impedimento para pararse con la mayor de las sonrisas a sacarse una foto contigo, y de casi sonrojarse cuando escuchaba las palabras de admiración de los jóvenes y no tan jóvenes. Ese es uno de los factores que convierten a Valerón en un futbolista único tanto en el juego en sí como para el aficionado que le conocía.

¿Cómo un hombre así, que se avergüenza cuando recibe todos los elogios que merece, puede despertar tantas emociones? La alegría desmedida cuando volvió a jugar a este deporte después de dos lesiones de cruzado seguidas en aquel Dépor-Valladolid, la sensación de agradecimiento cuando fue el primero en manifestar que se quedaba tras el primer descenso, el ser aplaudido en todos -todos- los campos de España incluyendo Balaídos... Y el mar de lágrimas y lamentos cuando decidió que su etapa en A Coruña había terminado. Probablemente ese día de mayo fuera el más triste de la historia reciente del deportivismo por el hecho de juntarse con un descenso, quién sabe. "¿Un Deportivo sin Valerón?", pensaban aquellos chicos de mediados de los noventa. No se podía concebir cómo el gran héroe de todos ellos había decidido marcharse.

El 21 cumplirá en pocos días otra temporada más en el fútbol profesional a falta de una confirmación: un año más jugando o la retirada definitiva tras cuatro lustros de magia. El balón le pide suplicando que aún no. Y todos. Un tipo así merece retirarse en Primera División y ser reconocido como lo que es: el jugador más especial de la historia reciente. Lo dicho.