La más que probable retirada de Manuel Pablo cuando acabe esta temporada abre un problema: ¿quién ejercerá las labores de gran capitán en el futuro? En el Dépor, conscientes de esto, decidieron así apostar firmemente por el fortalecimiento del resto de símbolos del vestuario, y en concreto por dos de ellos: Laure Sanabria y Álex Bergantiños, que tras aumentar su relación contractual con el club coruñés permanecerán en él como mínimo hasta 2018.

El caso de Álex Bergantiños es un claro ejemplo de cómo trabajando y dándolo todo uno puede conseguir sus objetivos. Tras pasar toda su vida en las categorías inferiores del Dépor y convertirse en un baluarte del Fabril, el coruñés se vio obligado a probar suerte en otros lugares por la falta de oportunidades existentes en ese momento en el primer equipo. Tras jugar en el Xerez, el Granada y el Nástic de Tarragona, el descenso de 2011 le abrió la puerta para finalmente formar un doble pivote junto a Juan Domínguez que resultaría clave para lograr el ascenso de categoría. A partir de ese momento, Álex sería por fin un fijo de la primera plantilla.

Laure Sanabria, a pesar de no ser un canterano al uso, ya puede decir que A Coruña es como su casa. Llegado al Dépor hace siete años para formar parte del Fabril, y también a base de trabajo, consiguió poco a poco aumentar su protagonismo en el primer equipo hasta ser un elemento importante para todos los entrenadores.