Quién le iba a decir a los deportivistas que el equipo iba a viajar al Madrigal jugándose tanto. El domingo era el día. Era el día de ganar, de hacer disfrutar a los aficionados, y de cerrar la dichosa permanencia. Ya se sufrió mucho en A Coruña la temporada pasada. La primera vuelta invitaba al optimismo. Buen fútbol, un delantero al nivel de selección, y una cifra de puntos más que suficiente para acabar tranquilos el año. Pero llegó 2016. ¡Ay el 2016! Desde entonces el equipo ha encadenado una racha tan negativa como preocupante que nos deja en la situación actual: dos partidos, seis puntos, y pocas esperanzas de conseguir alguno. Analizaremos el partido del domingo y las opciones del Dépor de aquí al final de curso.

El comienzo, un espejismo

Nada salió ante el Getafe. Veinte minutos iniciales que invitaban al optimismo. Movimientos  de Lucas por todo el frente de ataque, un Fede Cartabia pletórico, Celso Borges llegando al área, y un equipo que, tras un inicio de orden y repliegue, tenía la pelota, dominaba, y se gustaba. Pero el gol no llegaba. Luis Alberto tuvo la primera clara. Paradón de Guaita y Riazor se animaba. Parecía el día. Pero de nuevo, errar ocasiones se pagó, y se pagó muy caro.

El Getafe daba la sensación de estar dubitativo, sin ideas claras de cómo afrontar el partido. Daba esa sensación, pero no era la realidad. Esnáider sabía perfectamente que partido tenía que hacer su equipo, e hizo una lectura muy inteligente. Comenzaron los madrileños tratando de guardar orden y rigor defensivo atrás. Ofensivamente, cometieron muchos errores en la salida de balón, pero eran conscientes que cuando recuperaban la pelota, el doble pivote del Deportivo (Mosquera - Borges) sufría para la transición y repliegue defensivo, pues se incorporaban al ataque. A partir de ahí, se empezaron a ver en el partido numerosas acciones de contra del Getafe en la que el Deportivo replegaba con muy pocos hombres. El gol se estaba fabricando. Y lo culminó el ex del Real Madrid, Pedro León, en un contraataque de manual y una definición perfecta con la pierna izquierda. Todo se torció. La marcha al túnel de vestuarios cuando pitó Clos Gómez el descanso estaba inundada de pesimismo. Volvían los fantasmas.

Apatía, dejadez y mentalidad de equipo de segunda

La segunda parte no mejoró. El equipo, repleto de dudas, no salió con el gen de remontada necesario en partidos así. Tal vez el problema es que veían la temporada cerrada, y el descenso lo divisaban como algo lejano e inalcanzable. Fede no pensaba lo mismo. Tiró del equipo en ese arranque de segunda parte y obligó a Guaita a intervenir. Daba la impresión de que bastaría con eso para al menos empatar. Pero llegó la clave del partido. Celso Borges fue a disputar un balón a media altura con la pierna levantada y golpeó al rival. Es cierto que probablemente se tratara de una acción involuntaria, pues el "tico" intentó bajar la pierna cuando vio a su rival. Sin embargo, no valía como excusa. Estaba expulsado y el equipo deportivista se quedaba con diez jugadores y con muy pocas esperanzas para sacar algo positivo en ese partido. El resto era historia. El Getafe mataría el partido en el 87' con un gol de Vigaray a la salida de un córner. La tensión recorría el deportivismo: otro año más sufriendo hasta el final.

El calendario no invita al optimismo

La consecuencia principal de la derrota del domingo es que ahora el Deportivo no puede afrontar tranquilo el duro calendario que le viene. Los gallegos tendrán que viajar la semana que viene al campo del ya cuarto clasificado de la Liga BBVA, el Villarreal. Ese factor puede ser positivo para los deportivistas, pues el submarino amarillo no se juega nada en liga. Por otro lado, este jueves afrontan el partido más importante de la temporada en Anfield ante el Liverpool, que les puede dar un billete a la final. Esto supondrá un desgaste físico brutal que el Deportivo puede aprovechar.

Por otro lado, la última jornada será en casa, sí, pero ante todo un Real Madrid. Los de Chamartín probablemente llegarán con opciones de ganar la Liga si fallan sus rivales y por tanto será un hueso duro de roer. Ambos partidos conllevan una dificultad extrema que le puede costar al Dépor no puntuar y exponerse a lo que ocurra en otros partidos.

Sin puntuar también se puede

El Deportivo de la Coruña suma 39 puntos en la clasificación. Le siguen el Granada con 36 puntos, el Rayo con 35, y el Sporting de Gijón y Getafe también con 35. Cabe destacar que el golaverage solo lo tiene ganado ante el Rayo. En ese caso, descendería si Sporting, Getafe y Granada acaban la temporada con su misma cifra de puntos. El Rayo Vallecano irá a Anoeta en la siguiente jornada para enfrentarse a la Real Sociedad (que no se juega nada), y acabará la temporada recibiendo en casa a un Levante descendido. El Granada tiene que visitar el Ramón Sánchez Pizjuán y recibir al FC Barcelona que llegará jugándose seguro el campeonato liguero. Este es a priori el calendario más complicado. Sporting y Getafe jugarán entre ellos el siguiente partido en el estadio de los madrileños, lo que será sin duda un partido vital para el futuro del resto de equipos involucrados en la lucha por el descenso. Sporting acabará recibiendo al Villarreal y Getafe viajará a Sevilla para enfrentarse al Betis.

El Deportivo tiene ya las cuentas hechas. Puede salvarse en la siguiente jornada si se dan tres supuestos:

- En el caso de que gane, no tendrá que fijarse en otros resultados, pues estará salvado.

- Empatando, las opciones de conseguir la permanencia pasan por el hecho de que no gane el Rayo o empaten Getafe y Sporting.

- En el caso de perder en el Madrigal, los gallegos se salvarían solo en un caso: que en el partido entre Getafe y Sporting haya un empate, y además que el Rayo no gane.

Si no se da ninguna de estas tres situaciones, preparémonos para una última jornada de infarto.

En el club hay tranquilidad

Desde la autoculpa y el reconocimiento de que el equipo falló cuando no podían fallar, en el vestuario hay tranquilidad. Al fin y al cabo, son de los cinco equipos el que menos opciones tiene de descender, dependen de sí mismos y con un empate en el Madrigal la cosa se pondría muy de cara. Víctor Sánchez lo tiene claro: "Tenemos cuatro puntos de ventaja a falta de seis y vamos a ir a jugar a Villarreal con toda la confianza de poder sacar allí un buen resultado y es lo que vamos a hacer". Fede Cartabia se mostró muy decepcionado en sus declaraciones pos partido, pero también trataba de animar al deportivismo: "Tenemos margen todavía, tienen que enfrentarse entre ellos y ojalá el fin de semana se den los resultados, nosotros puntuemos y tengamos el objetivo". Por último, queríamos destacar también el argumento optimista de Fernando Navarro ante los medios, que expresó el sentimiento de responsabilidad de los jugadores, pero apeló a sus opciones el próximo fin de semana: "Tenemos que intentar sumar sin mirar a los demás, para poder conseguir la permanencia lo antes posible. Sabemos que no son los dos mejores rivales para enfrentarse ahora pero confiamos en sacar algo".

La semana que viene será clave y a lo largo de la semana veremos cuál es el mensaje que jugadores y técnico desean transmitir a los aficionados. La hinchada tendrá que vivir un año más con nerviosismo este final de temporada, pero con confianza en el Deportivo, el mismo club que hace pocos años le ganó una liga a Madrid y Barça, gesta de similar dimensión a la que ha conseguido este fin de semana el Leicester City entrenado por Claudio Ranieri y al que desde aquí damos la enhorabuena.