El encuentro comenzó muy dinámico, con un Compostela que salió de vestuarios con la clara intención de firmar la segunda victoria consecutiva en San Lázaro y empezar a mirar así hacia los puestos cabeceros de la clasificación. 

El Ourense, por su parte, dedicó los instantes iniciales a replegarse y situarse defensivamente, para intentar coger a los de Fredi mediante las rápidas contras tiradas por el gijonés Iker Alegre. Esto dio sus frutos, pues aunque los blanquicelestes lo intentaban, no eran capaces de perforar a una retaguardia que se mantiene como la menos goleada de todo el campeonato.

La 'Esedé' no cesó en la búsqueda del gol

Joselu primero y Yahvé después pusieron a prueba la solvencia de Manu Táboas bajo palos, pero el meta ourensanista respondió a la perfección. El gol tardaría en llegar, exactamente hasta el minuto 44. 

Una cabalgada potentísima de Jimmy desde la parcela defensiva terminaba con un zapatazo cruzado desde el pico del área ante el que nada pudieron hacer los jugadores visitantes, sino más que aplaudir.

Llegábamos de este modo al intermedio, con un Compostela muy superior, venido arriba por el gol en los instantes finales y que dejaba muy tocados a los visitantes.

Transformación sorprendente

Luisito, como es propio en él, actuó con inmediatez. Antes de reanudar el partido introdució a Borja Valle, para hacer lo propio poco tiempo después con el canterano Rubén Arce.

Los de la Ciudad de las Burgas empezaron a tomar el mando del encuentro, mientras que los pupilos de Fredi pagaban el desgaste físico realizado en el primer tiempo y se defendían con bastantes dificultades.

En el minuto 68, una combinación entre Juan Martínez e Iker Alegre dejaba solo al goleador Gonzalo Souto, que no fallaba ante Adrián Laureda. La situación ya había cambiado, y el que tenía la sartén por el mango ahora era el equipo visitante.

El fútbol volió a ser injusto con el Compos

A pesar de esto, los capitalinos se mantuvieron firmes, y el partido entró en una fase totalmente indeseable para el espectador. Faltas, cambios, tarjetas e interrupciones fueron la tónica general durante unos 10 minutos.

Entonces, cuando todo parecía destinado a un justo empate entre dos equipos que se respetaban mutuamente, una contra conducida por Borja Valle volvía a colocar a Souto ante Laureda, y como hiciera anteriormente, el ariete no falló. Con esto llevó la impotencia a la plantilla del Compos, que volvía a ver como el destino le tenía preparado un nuevo obstáculo, mientras que los de Luisito se marchaban a casa con la sensación de haber realizado un gran partido y llevarse un resultado, quizás, excesivamente beneficioso.