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La Copa se queda en Ourense

El CD Ourense se hace con la Copa RFEF tras imponerse en la eliminatoria a doble partido por 3-2. Si el primer encuentro fue dominado por el equipo alcarreño, ocurrió lo mismo a la inversa. Los gallegos supieron remontar el resultado adverso con dos goles de Javi Hernández. El Guadalajara, por su parte, se encontró perdido y luchaba contra sí mismo, no supo canalizar el fútbol para convertirlo en goles. Foto: www.rfef.es

La Copa se queda en Ourense
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Por Patricia Malagón Arroyo

En O Couto, con 4.500 almas bajo el lluvioso cielo ourensano, arrancaba la final de la Copa RFEF. Una final sin luces ni colores, sin mil ojos puestos sobre ella y sin repercusión mediática. Pero eso sí, con mucha tensión entre ambos conjuntos. Una tensión provocada por el aliciente económico de 90.000 euros al campeón y 30.000 al subcampeón. Sobre todo, fue un estímulo para los gallegos que tras cinco meses sin cobrar, el club les prometió abonarles lo adeudado con los 90.000 euros.

En el césped se colocaban los 22 a la espera de escuchar el pitido inicial. Con gestos de concentración y de seriedad Óscar Martínez, colegiado gallego, sopló el silbato y arrancó la final. Los de la Alcarria parecían eléctricos en los primeros compases del choque, buscaban un gol tempranero y rápido. En frente, los pupilos de Luisito aguardaban con parsimonia y concentración que la presión inicial se diluyera como la espuma sobre el agua.

La espera dio sus frutos y pasados los diez primeros minutos las fuerzas se fueron igualando. El impulso inicial de los morados fue dando paso a una lucha de tú a tú en el centro del campo. Ambos querían el balón, más para evitar el peligro contrario que para generar el propio. Pero fue el Ourense quien empezó a generar ocasiones, consiguiendo meter en su propio campo a todos los hombres de Salvachúa.

El 'Guada' se diluye y el Ourense se hace con el control

Se llegaba al 20’ y los cancerberos no habían tocado el cuero, hasta que Álex Fernández remató un corner de cabeza que se marchó lamiendo el lateral de la red. Los locales crecían poco a poco, como un fuego avivado por el viento iban cogiendo fuerza. Los de Castilla intentaban controlar la situación cortando las jugadas rivales con dureza. En uno de estos cortes llegó la primera ocasión visitante, Toledo en la línea de fondo se la puso a Quique y cuando el ‘killer’ tenía la pierna preparada, Moisés la envió fuera. Les supo a poco esta jugada a los de morado y después del corner Quique asistió al capitán Espín, que estaba sólo dentro del área, pero el zaguero no sabe de laborales goleadoras y se la puso en las manos a Pato.

Ante las ocasiones del ‘Guada’, los gallegos no se quedaron atrás y Moisés disputó un uno contra uno a Campos, donde ganó la partida el meta valenciano. Se reavivó el ataque de los locales y después de mucho intentarlo, consiguieron desorientar a los defensas alcarreños. Un error de Espín dejó a Javi Hernández cara a cara con Campos, que esta vez no ganó el mano a mano.

A diez minutos del descanso, los de casa dieron la vuelta a la tortilla, eran ellos quienes tenían la sartén por el mango y eso se notó. El Dépor sintió el gol como un jarro de agua fría ante sus aspiraciones y no consiguió reaccionar. Tan sólo Quique insistía, pero un maravilloso Moisés supo tapar los huecos.

A falta de la reacción visitante, los gallegos subían al área rival gracias al impulso de Noguerol, que estaba generando muchos problemas a los zagueros. Llegar al descanso con el 1-0 era lo mejor que les podía pasar a los de Salvachúa, así que aguantaron el tipo los últimos minutos para coger aire y regresar al verde con aspiraciones a proclamarse campeón.

Quedaban cuarenta y cinco minutos por delante y al final de ellos estaba un título oficial. Ambos eran conscientes de ello, y el Deportivo regresó como empezó, es decir, buscando un gol en los primeros compases. La tuvo Quique a balón parado y desde la frontal del área, el de Valladolid disparó raso a las manos de un atento Pato.

Doblete de Javi Hernández con dos buenos tantos

El Ourense no se arrugó ni quiso tirar del estilo italiano, más bien quería el segundo. Javi Hernández y Noguerol tuvieron en sus pies la posibilidad del 2-0, pero Campos y la falta de puntería hacían su aparición. Pero quizá la más clara la tuvo Adrián Cruz, de nuevo un cara a cara para Campos y el portero respondió con una magistral parada. Óscar, Noguerol, Yebra y Javi se apoderaron del esférico. El Ourense estaba en sus mejores minutos del choque y lo vio materializado cuando Javi Hernández, tras marcharse de tres rivales, recortó a Álvaro Campos e hizó subir el 2-0.

Mientras tanto, el Dépor era la versión adulterada de sí mismo en esta temporada. No sabía contener al rival y no conseguía pasar de la línea de tres cuarto. El técnico reaccionó y comenzó a cambiar el esquema, tres defensas, cinco medios ofensivos y dos delanteros. Pero la fórmula seguía sin dar resultado. Los de casa se fueron relajando y dejaron hacer al ‘Guada’ que libraba una lucha interna contra sí mismo para crear una jugada. Y la jugada llegó. Toledo sacó petroleó de un balón en largo y con un centro raso a Quique, este estuvo a punto de meter a los suyos en la pelea.

Los de casa miraban el crono, se relajaban viendo como pasaban minutos y los rivales no les hacían daño. Entonces, el fútbol dio paso a la tensión, propia de las finales, comenzaron las faltas, las reclamaciones, los ‘rifi-rafe’, los insultos… El balón pasó a un segundo plano. Los de Luisito tirando de inteligencia futbolística le iban quitando minutos al tiempo echándola fuera.

El último tramo de ese enfrentamiento fue una lucha agónica de los morados consigo mismos, los balones en largo los ganaba el Ourense, los contragolpes con Quique como referencia no llegaban a buen puerto, los extremos estaban sin chispa.

Sin fútbol y con riñas el árbitro indicó el final. Alegría superlativa para los ourensanos que tras muchos disgustos, el fútbol les da una buena nueva. Decepción en el Guadalajara, que ante la oportunidad de conseguir su primer título oficial, ve como el que lo levanta es otro.