Con tan solo 24 años la verdinegra del Sestao será la octava camiseta que se enfunde Sergio Rodríguez Cidoncha en su trayectoria futbolística. El lateral zurdo extremeño se inició en las categorías inferiores del Mérida para incorporarse en 2005 al equipo juvenil del Levante. Tras llegar a debutar con el filial en Segunda B, fue captado por el Valencia, que lo cedió al Granada su primer año y lo mantuvo en el Mestalla el segundo. Su primer éxito a nivel de clubes no llegaría hasta la temporada 2010/2011, en la que se clasificó para la disputa de los playoffs de ascenso con la UD Melilla. Un ascenso a la categoría de plata que sí conseguiría la temporada siguiente con la SD Ponferradina, club en el que probaría también las mieles de la 2ª División. La pérdida de protagonismo le hizo probar suerte en el ambicioso proyecto del Real Oviedo, aunque una gris temporada en lo colectivo e individual ha provocado la desvinculación del jugador con la entidad carbayona, y su firma por el Sestao, club en el que Sergio espera mantener la sonrisa y la ilusión por progresar en el mundo del fútbol.

PREGUNTA. Acaba de jugar su segundo de pretemporada como jugador del Sestao. En el primero quizá se le vio falto de ritmo, pero este sábado en Medina de Pomar, fue de los más destacados tanto en defensa como en ataque. ¿Comparte usted esas sensaciones?

RESPUESTA. Pues sí. En el partido contra el Zalla llevaba pocos entrenamientos con el equipo y, quieras que no, eso se deja notar, sobre todo en las piernas, que están más cansadas. Luego vas cogiendo forma y confianza poco a poco, conociendo a los compañeros, y es normal que salgan las cosas mejor como ante el Burgos.

P. Y que tal la adaptación al nuevo sitio donde va a vivir. ¿Ya está definitivamente instalado?

R. En el vestuario la adaptación está siendo rápida y fácil, porque es un grupo humilde y lleno de muy buenas personas. Luego para vivir he elegido un sitio cercano y tranquilo, en Galdácano, recomendado por Mikel, con quien hemos congeniado bien dentro y fuera del vestuario.

P. El anuncio de su fichaje se produjo pocas horas después de confirmarse su acuerdo de rescisión con el Real Oviedo. ¿Cómo fueron las negociaciones con el Sestao? ¿Por qué se decidió por su oferta?

R. Las cosas fueron bastante rápidas. Tan pronto como mi representante me comunicó el interés del Sestao y la oferta que habían presentado, no me lo pensé y le dije que fuera con el tema para adelante. Me pareció una propuesta atractiva por lo humilde pero serio que es este club, cosas que valoré por encima de otros aspectos.

P. Es de suponer que el gran contraste entre un equipo como el Oviedo y el Sestao se dejan notar aunque apenas lleve dos semanas aquí. ¿Cuál es la mayor diferencia que observa hasta ahora?

R. Sobre todo en la masa social de uno y otro club. El Oviedo es un equipo de capital, que tiene muchos más socios, y los aficionados acuden hasta a los entrenamientos. Es cierto que el Sestao también tiene su historia, pero el Oviedo es un equipo que hace no mucho tiempo ha estado en Primera División, y eso se nota en todos los aspectos. Eso sí, yo con ver mil personas en Las Llanas animándonos cada quince días me sentiría feliz y satisfecho. Aún no hemos jugado en casa pero ya me sorprendió, a pesar de estar a una hora de Sestao, cómo la afición se desplazó en buen número a Medina el sábado para vernos jugar contra el Burgos.

"Con ver mil personas en Las Llanas animándonos cada quince días me sentiría feliz."

P. Militando en la Ponferradina había jugado contra el Sestao en la temporada 2011/2012, logrando la victoria en ambos enfrentamientos ligueros. Curiosamente cuajó dos grandes actuaciones tanto en el Toralín como en Las Llanas. ¿Guarda recuerdos de ese doble enfrentamiento?

R. En efecto, me salieron dos grandes partidos contra el Sestao, porque en casa ganamos 4-1 y marqué uno de los dos goles que hice esa temporada, mientras que en Las Llanas ganamos 1-2 y me salió un partido muy bueno en ataque, con un balón al larguero y participando en la jugada de uno de los dos goles.

P. De vuelta a sus orígenes, que nos remontan a la histórica Mérida. Aunque el hecho de estar bien lejos de su tierra es algo a lo que ya debe de estar acostumbrado desde que salió de su ciudad natal en edad juvenil, no sé si sabe que en la Margen Izquierda tiene un centro extremeño tanto en Santurtzi como en Portugalete para combatir “la morriña”.

R. Es cierto, no tenía ni 16 años cuando salí de Mérida para crecer como futbolista en el otro lado del mapa, en Valencia. El presidente, Pepe Fouto, me vendió al Levante y allí estuve jugando tres temporadas, para pasar al Valencia donde firmé por dos temporadas más. Por otra parte, ya que lo comentas, reconozco que no sabía de esos sitios de reunión para gente de origen extremeño, aunque confío que la relación con la gente del grupo ayudará a que me integre más rápido. De todas formas la tierra siempre tira, y cada vez que llegan fechas de vacaciones aprovecho para volver.

P. Siguiendo con su comunidad, ¿qué ha sucedido para que haya pasado de contar hace unas décadas con dos equipos en Primera División y uno en Segunda, a sólo tres en Segunda División B? ¿Cree que la situación del fútbol extremeño propicia, como en su caso, el éxodo de las perlas de su cantera hacia equipos de otras comunidades?

R. Pues supongo que la crisis económica ha sido la principal causante de que Mérida y Extremadura hayan pasado de estar en Primera División a estar actualmente en Tercera, y que los máximos representantes de Extremadura sean equipos de Segunda B con presupuestos bastante humildes como Cacereño, Arroyo o Villanovense. El Mérida en concreto desapareció, y ahora parece que está resurgiendo de la mano de gente nueva que ha entrado en la directiva. Esta temporada se ha quedado a un paso de ascender, quedando eliminado ante el Langreo, pero creo que tarde o temprano regresarán a la 2ªB, que es la categoría que como mínimo le corresponde.

P. Usted se formó en la cantera de dos equipos de Primera División, el Levante y el Valencia. Fue titular indiscutible en el Levante Juvenil de División de Honor, lo que le permitió debutar con el filial de 2ªB en el tramo final liguero. El verano siguiente, mientras estaba realizando la pretemporada con el primer equipo "granota", el Valencia le observó y se hizo con sus servicios. ¿ Se sintió protagonista involuntario de un episodio más de la rivalidad entre los dos clubes de la ciudad del Turia?

R. Como ya comenté antes, estaba jugando en el Mérida pero ya había problemas de dinero y la mejor oferta que llegó por mí era la del Levante. Yo quería ser futbolista y sabía que era una oportunidad así que salí contento. En el Levante estuve tres años, y, siendo aún juvenil, me subieron al filial los cuatro últimos partidos de liga en Segunda B. En el verano, aprovechando que yo había estado jugando en la selección valenciana juvenil y que el Levante andaba por esa época asfixiado en temas económicos, el Valencia me ofreció fichar y yo acepté encantado. Entrené durante la pretemporada con el primer equipo, pero como el filial ya tenía el cupo de fichas completo me cedieron el primer año al Granada, donde jugué mi primera temporada entera en 2ªB. Al año siguiente ya sí jugué en el Valencia Mestalla, y aunque teníamos un equipazo con gente como Isco, Paco Alcácer o Míchel al final descendimos a Tercera y yo marché para Melilla.

"En el Valencia Mestalla, teníamos un equipazo con gente como Isco, Paco Alcácer o Míchel pero descendimos a Tercera."

P. Ya que se habla de ellos, en un grupo y una categoría con tantos equipos filiales cuál es su opinión?

R. Son equipos formados por jugadores más o menos jóvenes que están aprendiendo para llegar, si no al primer equipo, al menos a categorías superiores. Su comportamiento es muy irregular, porque cuando tienen el día parecen invencibles, pero al final tienen sus puntos débiles, y en el fondo nos merecen el mismo respeto que cualquier otro rival de nuestro grupo

P- Parece que fue internacional en categorías inferiores. ¿Es cierto?

R. No del todo. Sí que fui convocado para un entrenamiento con la selección española en categoría cadete, cuando aún jugaba en el Mérida. Pero no llegué a debutar en ningún partido y no pasó de ahí.

P. Aparte de su estancia en estos filiales usted siempre ha jugado en equipos con aspiraciones dentro de la categoría de bronce. Ascendió con la Ponferradina, jugó los playoffs de ascenso con el Melilla, y tanto Granada como Oviedo eran proyectos con miras de estar en lo alto de la clasificación. Se supone que llegará a Sestao con objetivos similares.

R. Viendo cómo acabó la temporada pasada, primero de grupo con 71 puntos, no es para menos. Es cierto que en el fútbol cada año es un mundo, y más para un equipo humilde como el Sestao, pero con la plantilla que hay, los refuerzos que se han hecho y los que quedan por venir, se pude aspirar partido a partido a repetir al menos la clasificación para los playoffs.

P. En su primer partido con el River su entrenador ya le ha probado en las dos posiciones en las que a priori se desenvuelve mejor: lateral y extremo izquierdo. ¿Dónde cree que rinde mejor según sus características?

R. Personalmente me gusta más jugar de lateral, y arrancar desde más atrás. Pero también he jugado más adelantado, ya desde la época de juvenil con el Levante, y si lo tengo que hacer me adapto sin ningún problema.

P. ¿Cuál es su jugador modelo, el que tiene como referencia o con quien simplemente se identifica?

R. Pues, a pesar de ser simpatizante del Barcelona, mi jugador preferido de pequeño era Roberto Carlos, y ya actualmente es Jordi Alba. Ambos juegan en mi misma posición y creo que destacaban por una forma de jugar similar a la mía.

P. Cuentan que en sus primeros años tuvo la mala fortuna de vivir problemas de impago en equipos como Levante y Granada. Es de entender que estas experiencias influyan luego en un futbolista a la hora de decidir entre varias ofertas.

R. Sin duda. Cuando sales a jugar fuera de tu casa, y tienes gastos importantes como el del alojamiento, prefieres elegir un sitio donde haya seguridad de que cumplen en los pagos. Hay equipos que te “venden la moto” y luego sólo te pagan la mitad de lo acordado, o a veces se demoran varios meses, o incluso terminan sin pagar. Por ello es mejor valorar no sólo las cantidades que te ofrecen sino las garantías de que vas a cobrar.

P. Si se repasa su curriculum se comprueba que en su mejor temporada en cuanto a número de partidos no llega a los treinta partidos. No sería el primer jugador que consigue en Las Llanas la continuidad y la madurez necesarias para explotar sus cualidades. ¿Piensa que el paso por Las Llanas puede ser un trampolín, como ha sido para muchos antes que usted, para conseguir ese “salto de nivel”?

R. Estoy de acuerdo con lo que dices. Creo que no he tenido la continuidad necesaria y asumo mi responsabilidad en ello, pues creo que en cada equipo el entrenador ha decidido por el bien común del colectivo, y si había otros que consideraba mejores no hay más que decir. En Oviedo por ejemplo hay muchas urgencias por recuperar cuanto antes la categoría que por historia y entidad les debía corresponder, y en cambio en Sestao confío en tener la confianza del míster y la tranquilidad necesaria para llegar a mi mejor rendimiento.

"Confío en tener la confianza del míster y la tranquilidad necesaria para llegar a mi mejor rendimiento."

P. Un jugador como usted, que acumula experiencia en los cuatro grupos de la categoría de bronce, sabrá valorar la importancia de jugar con rivales de una u otra comunidad. ¿Qué diferencias observa en cada zona? ¿Le habría gustado más jugar contra los equipos de Castilla-León o del Cantábrico como se prefería en Sestao?

R. Es difícil comparar el nivel porque con el paso de los años los grupos cambian, y si antes a lo mejor parecía que era el IV el más difícil, ahora puede ser otro. Mi opinión es que, salvo equipos puntuales como Cádiz, Oviedo, Jaén y alguno más – ojalá nosotros -, no existen grandes diferencias entre los equipos de los cuatro grupos y no me decantaría por unos u otros a la hora de enfrentarme a ellos. Otra cosa distinta es el tema de los viajes, que sí que hace más apetecible jugar con equipos más cercanos, del Norte, que no tener que desplazarte hasta Madrid o Castilla-La Mancha. Sin embargo la RFEF los ha decidido distribuir así y no queda otra que aceptarlo.

P. Lleva ya tres años, entre Ponferrada y Oviedo, por la zona norteña pero aún no ha perdido su acento extremeño. ¿Ha aprendido ya alguna palabra en euskera?

R. Sí, es algo que sobre todo por esta zona llama mucho la atención, porque somos pocos los que hablamos así. Sobre el euskera, “aupa” y “egunon” son las primeras palabras que he controlado, no ya de aquí, sino de mi época en Oviedo, donde Alain Arroyo solía utilizarlas casi a diario cada vez que saludaba.

P. Ya para terminar, ¿qué le pide a esta temporada Sergio Rodríguez?

R. Sobre todo el bien del colectivo por encima del mío propio, y por ello que podamos meternos en playoffs. Creo que hay que ser ambiciosos porque siento que podemos dar de sí para conseguirlo. Por supuesto no me olvido de la Copa, en la que el sorteo no se ha portado mal con nosotros. Jugar a partido único fuera de casa siempre es más difícil, pero de la misma forma, si pasamos ronda, tendríamos la segunda eliminatoria en Las Llana. Ya quedaría jugárselo en el tercer partido “a por todas”, sabiendo que estaría detrás el premio soñado de que te toque un “grande” si te clasificas.