El Trival Valderas desaprovechó una oportunidad excelente para sumar tres puntos que le habrían venido de maravilla en su lucha por eludir el descenso a Tercera División. El empate no le permite abandonar el puesto de colista, pero, si sirve de consuelo, le mantiene no demasiado alejado de la salvación, teniendo en cuenta lo apretada que está la tabla en su zona baja. De hecho, el Leioa, rival de esta 21ª jornada, va noveno en la clasificación pero sólo tiene 11 puntos más.
Costaba mucho madrugar una mañana de domingo, y más con las bajísimas temperaturas que reinaban en el suroeste madrileño. Además, el partido casi coincidía en horario con el Getafe - Real Madrid de Primera División. No obstante, numerosos aficionados acudieron a ver el enfrentamiento entre alcorconeros, con su habitual uniforme tricolor blanco, rojo y verde, y los vascos azulgranas.
El once inicial del Leioa estaba formado por Iturrioz, Ormazábal, Larrucea, Córdoba, Degre, Alaña, Paredes, Julio, Yurrebaso, Sergio y Vitoria.
Por parte del Trival Valderas, saltaron al césped artificial de La Canaleja Kike, Javi Polo (en sustitución de Raúl, lesionado en el calentamiento), Herrero, Altares, Proín, Mancera, Óscar, Noguera, Palacios, Joaquín y Cruz.
Desde el principio se estableció una dura batalla en el centro del campo. Ningún equipo era capaz de imponerse al otro con claridad en los primeros minutos.
Poco a poco el Trival iba haciendo valer su condición de local y lanzaba algunos ataques. Muchos de ellos tenían como protagonista al capitán Joaquín, como siempre uno de los más activos.
En todo caso, la zaga del Leioa no permitía que Iturrioz pasara muchos apuros.
Palacios probó fortuna con un espectacular remate acrobático, pero tampoco tuvo éxito.
El juego seguía desarrollándose, sobre todo, en la zona central del terreno, sin excesiva fluidez.
Aquí vemos al lateral izquierdo visitante Larrucea en un saque de banda.
Por los madrileños, el canterano Javi Polo tuvo que ocupar el costado derecho de la defensa debido a la lesión en el calentamiento del habitual Raúl. Y no lo hizo nada mal: pese a ser su debut en la categoría, no pasó grandes apuros.
El Trival también probó a balón parado, aprovechando el buen toque de la pierna izquierda de Herrero.
De vez en cuando los vizcaínos también se acercaban al área de Kike, aunque la retaguardia del Valderas se las apañaba para evitar riesgos.
Con sólo media hora jugada, llegó uno de esos momentos que nunca son agradables de ver: la lesión de un futbolista. Larrucea sufrió un tirón muscular al sacar de portería.
El daño era tan grande que los servicios médicos tuvieron que sacarle del campo en camilla. En su lugar entró Garmendia.
Tras este sobresalto, el encuentro transcurría con relativa tranquilidad. Sólo alguna jugada interrumpía la calma, como este golpe franco que el Leioa lanzó muy desviado.
O este intento de remate que Altares despejó como pudo.
Duelo de dieces: Joaquín bajó para ayudar a su defensa a frenar la internada de Sergio.
Sin embargo, en el último momento, justo antes del descanso, Cruz aprovechó un despiste de la zaga azulgrana para marcar el gol del 1-0 provisional. El Trival, consciente de su importancia, lo celebró con mucha alegría.
Ya después del descanso, parecía que el Trival Valderas tenía más ganas de marcar el segundo gol que el Leioa de empatar. El balón estaba más tiempo cerca del área visitante.
Iturrioz tuvo que emplearse a fondo y hacer paradas espectaculares, más propias de porteros de balonmano.
No obstante, la lucha por cada pelota seguía siendo dura. Vitoria y Palacios pugnan por un balón.
De hecho, Palacios, delantero centro, era uno de los que más energía derrochaban con la esperanza de ampliar la ventaja en el marcador.
Es justo reconocer que el Leioa también lo intentaba. Este remate de Alaña metió el miedo en el cuerpo a la afición de La Canaleja, pero acabó yéndose fuera.
Los Valdarras, el grupo de aficionados más bullicioso del Trival Valderas, se encargaban de que, pese al frío, sus jugadores nunca dejaran de sentirse alentados.
A ellos saludó Joaquín cuando fue sustituido por Diego en el primero de los muchos cambios que se vieron en la última media hora de juego. Anteriormente, el Leioa ya había reemplazado a otros dos hombres.
El defensor Córdoba, del equipo vasco, jugando un balón en largo.
Del colegiado, el valenciano Rivas Leal, no se había hablado mucho, pero en los últimos 20 minutos todo cambió. Se convirtió en el blanco de todas las críticas por dos acciones concretas. La primera, la expulsión por doble amarilla del medio local Noguera. Quizás demasiado rigurosa, teniendo en cuenta que la falta que generó la segunda tarjeta fue en el centro del campo y no pareció especialmente violenta. La primera, además, había sido por protestar.
El otro momento de tensión, poco después, fue el penalti que indicó a favor del Leioa, cuando Vitoria cayó en el área en presencia del central Propín. Da la sensación de que sí hubo contacto entre ambos, pero podría discutirse si fue suficiente para hacer que el delantero fuera al suelo o más bien éste exageró la caída.
Las quejas no sirvieron de nada: el árbitro no estaba dispuesto a cambiar su decisión.
Paredes no tuvo piedad y engañó por completo a Kike para marcar el 1-1.
Los vascos habían igualado el marcador y contaban con un hombre más, circunstancia que intentaron aprovechar para llevarse la victoria. Este remate de cabeza de Vitoria, por ejemplo, salió muy alto.
Pero los alcorconeros, heridos en su orgullo, no se lo iban a poner fácil. De hecho, siguieron atacando, quizás con más ímpetu que orden.
Hubo incluso una oportunidad clarísima de poner el 2-1 en un zapatazo lejano de Herrero que pegó en el larguero, rebotó en el guardameta vizcaíno y salió fuera.
Kike estuvo también atentísimo para evitar el 1-2 en un disparo algo escorado de Sergio.
Pese a todos los esfuerzos, el tanteo ya no varió, así que con el 1-1 se llegó al pitido final.
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