El Atlético Astorga suma un punto más en su lucha por eludir el descenso. Un punto que podría ser insuficiente, pero que tal y como se presentó el partido puede darse por bueno. Jaime Santos adelantaba a los suyos en el marcador en el último tramo de la primera mitad; marcada por el claro dominio rojiblanco. En la segunda parte cambiaría el decorado y Antonio León reestablecía las tablas en los compases iniciales de estos segundos cuarenta y cinco minutos.
Pero, sin duda, el choque estuvo marcado por las muchas bajas con las que contó Pepe Calvo. David Uña, por sanción; Ivi Vales, por problemas en el isquiotibial; Héctor Taranilla, por una infección en un ojo; además de Adrián Rojo, que fue sometido a una operación quirúrgica la pasada semana y podría perderse lo que resta de campaña. Con estas circunstancias, el preparador de Alija del Infantado se vio obligado a contar con el jugador del filial Sergio Pérez, para completar la convocatoria de dieciseis jugadores.
A priori, parecía claro que con la baja de Héctor Taranilla sería Marcos Blanco su sustituto, pero Pepe Calvo sorprendía a todos. David Bandera retrasaba su posición al doble pivote junto a Porfirio Puente, dejando a Roberto Puente -que retornaba a la titularidad después de siete meses- se colocó como segundo punta por detrás de Borjas Martín. Asier Arranz fue el elegido para sustituir al lesionado Ivi Vales; mientras que Víctor recuperó su puesto en la zaga por la sanción de David Uña.
Diferentes esquema en defensa o en ataque
En la primera mitad, el Atlético Astorga se dispuso de dos formas completamente diferentes dependiendo de si ataca o tenía que defenderse. La baja de Héctor Taranilla se dejó notar en los primeros minutos del encuentro y es que la ausencia del mediocentro leonés fue clave tanto en el trabajo defensivo como en la salida del balón. David Bandera se veía obligado a bajar a posiciones muy retrasadas para subir el balón, al mismo tiempo que tenía que aportar su trabajo en tareas defensivas; ambas cosas a las que no está demasiado acostumbrado.
El espacio dejado por ello estaba destinado a Roberto Puente, pero el ariete berciano también pagó caro la ausencia de Héctor Taranilla. En ataque, se colocaba claramente por detrás de Borjas Martín, llegando en segunda línea y teniendo varias oportunidades de disparar desde el borde del área, que no iba a aprovechar. En defensa, tenía que colocarse a la altura de David Bandera, justo por delante de su hermano, Porfirio Puente, que ante el Sporting de Gijón B se tuvo que multiplicar para parar a Tato y a Guitián.
El Atlético Astorga disponía menos del balón que en otras ocasiones en La Eragudina. El conjunto maragato trataba de crear peligro por los costados, pero se encontraba con Benito o Sergio Menéndez una y otra vez. Aunque las mejores ocasiones iban a llegar a balón parado, donde los maragatos superaban en centimetros a los pupilos de Tomás Hervás. Los saques de esquina, las faltas laterales o, incluso, los saques de esquina eran motivos suficientes para que Antonio León, Víctor y Porfirio Puente rondaran las inmediaciones de la meta de Dennis.
Pero el Sporting de Gijón B tuteó a los maragatos y en varios tramos del partido le ganaba la posesión del balón. Además de salir excepcionalmente al contraataque -conseguirían el tanto al borde del descanso gracias a una rápida transición-, los jugadores rojiblancos supieron pausar el encuentro cuando lo necesitaron; sobre todo gracias a Juan Mera, clave en la mediapunta asturiana y que no pudo ser parado por un Porfirio Puente superado por la escasa ayuda con la que contaba.
Cambio de dibujo y pronta reacción
Pepe Calvo sabía que en inferioridad debía buscar distintas fórmulas para cambiar el decorado y pronto iba a encontrar una. No sumar nada positivo podía condenarles al descenso, por lo que el preparador de Alija del Infantado colocaba a Roberto Puente junto a Borjas Martín, dejando por detrás de ellos una línea de tres jugadores formada por Diego Peláez, David Bandera y Asier Arranz. Por detrás, Porfirio Puente se quedaba como único centrocampista defensivo. El todo o la nada.
La presión se hizo notable en los primeros segundos de reanudación. Los maragatos llegaban con relativa facilidad a las inmediaciones de la meta de Dennis y dispuso de dos saques de esquina consecutivos. Precisamente, en el último de ellos iba a llegar el premio de la igualada. Asier Arranz ponía en juego el balón y en el corazón del área, y desde atrás, llegaba Antonio León para cabecear de forma inapelable el esférico al fondo de las mallas, sin que Dennis pudiera hacer nada.
El tanto iba a espolear a los maragatos mientras la 'gasolina' les duró'. Y es que en la grada corría el "run, run" pidiendo un cambio para alguno de los jugadores que empezaba a acusar el esfuerzo físico, como era el caso de Asier Arranz o Roberto Puente. Pero Llamazares, Diego Zamora y Marcos Blanco estuvieron durante toda la segunda mitad calentando en uno de los fondos junto a Jesús Rodicio; pero Pepe Calvo no decidió hacer finalmente ninguna permuta.
Esto provocó que los últimos minutos del partido fueran un absoluto correcalles. El filial del Sporting de Gijón dejaba descolgados a los cuatro jugadores ofensivos, con la intención de llevarse la victoria; mientras que el Atlético Astorga la buscó a base de balonazos al área. Pero el partido iba a 'morir' sin que ninguno de los dos equipos pudiera llevarse el triunfo; gracias en parte a los palos, que evitaron goles, tanto para los verdes, como para los rojiblancos.