El Mérida volvía el pasado domingo a la senda de la victoria tras una racha de siete partidos sin lograr tres puntos, donde consiguió un total de cuatro derrotas, tres de ellas de manera consecutiva. Pero por fin el conjunto romano volvió a sumar tres puntos más que necesarios.
Un total de 56 días ha estado el equipo emeritense sin lograr una victoria y un total de 56 días ha estado Jesús Perera fuera de los terrenos de juego por una lesión en la rodilla. Casualidad o no, el oliventino disputó sus últimos minutos antes de la lesión frente al Cartagena, partido en el que el equipo logró la última victoria antes de la mala racha, aunque solo jugó los minutos finales.
Tras casi dos meses fuera de los terrenos de juego, el equipo lo necesitaba y Perera disputó los 96 minutos que duró el encuentro, dejando destellos de su calidad. Cuando el balón pasaba por sus botas y estaba Troiteiro cerca se veía que algo iba a pasar, son dos jugadores destinados a entenderse. Además, situado por detrás del punta da mucha libertad a Pedro Conde.
Aunque terminó sin aliento, sin duda alguna, la recuperación de un jugador como Jesús Perera para la plantilla del Mérida es una bendición, aunque Ángel Alcázar tendrá que dosificarlo y saber cuándo utilizarlo porque la rodilla no está del todo bien.
A finales de la temporada pasada Jesús Perera ya andaba renqueante con la rodilla y llegó muy justo al partido decisivo del ascenso frente al Laredo, en el que no pudo ser titular y solo jugó unos minutos. Aun así fue uno de los grandes artífices del ascenso con sus 23 goles, siendo el máximo goleador del equipo.
El próximo partido, en Linarejos, nueva prueba para el equipo romano en el que tendrá que confirmar sus sensaciones positivas ante un rival que ha dejado escapar dos victorias de su feudo, ante Granada B y Cádiz.