Muchas bajas en un encuentro vital para el Fuenlabrada. Sin Morientes en el banquillo y sin Ortiz, Jean Carlos y Borja Díaz en el centro del campo, los locales apostaron por jugadores menos habituales para sacar los tres puntos frente a un Arenas con dificultades para sumar fuera de casa y que también contaba con ausencias, como el pichichi del equipo Aitor Ramos.
De más a menos
Morientes varió el esquema del Fuenlabrada, optando por formar con dos puntas y realizar un juego más directo del habitual en el Fernando Torres, con Tito y Robles como novedades en las bandas. Desde el inicio el equipo local buscó a Babunski a la espalda de la defensa y generar peligro con la velocidad de Tito por banda izquierda. El Arenas utilizaba un fútbol directo, con Zumalakárregi casi incrustado en la zona del punta, tratando de ganar el balón aéreo y aprovechar la segunda jugada.
A pesar de la intensidad, las ocasiones no terminaban de llegar. Un centro envenenado de Tito y un gol anulado a Carrasco por fuera de juego fueron las más claras para los locales. Un disparo de Luisma Villa desde la frontal tras una buena combinación, lo más peligroso del Arenas. Con el paso de los minutos el encuentro se fue enfriando, hasta que llegó el descanso. Únicamente los destellos de clase y técnica de Borja Sánchez animaron un tramo final de primera parte bastante apagado.
Aprender a sufrir
En la reanudación, el encuentro volvió a adquirir algo de ritmo, con ambos equipos buscando sin acierto generar peligro sobre la portería rival. Sin embargo, el Fuenlabrada supo explotar la velocidad de Tito en un contragolpe y, pillando a la defensa del Arenas descolocada, el extremo se metió hasta la cocina para asistir a Babunski, que la empujó a placer.
Apenas un minuto después, los locales volvieron a gozar de una oportunidad muy similar a la del gol, pero Tito no acertó en el último pase, otra vez a Babunski. El partido parecía ponerse de cara para los madrileños, cuando Carrasco se tuvo que marchar a los vestuarios expulsado, por doble amarilla.
Con un jugador más y el bajón físico de los fuenlabreños, el Arenas Club empezó a sentirse cómodo en el partido y fue haciendo recular a su rival. Faltaban fuerzas a un Fuenlabrada en el que sólo Borja Sánchez y el recién incorporado Matas lograban alejar el balón del área de Isma Gil, aguantando el balón en posiciones más adelantadas.
Bolo realizó cambios para tratar de acumular gente arriba y generar más ocasiones, sabiendo que la capacidad de contragolpear del Fuenlabrada ya era casi nula. A punto estuvo de lograr la recompensa al arreón final el Arenas. Royo hizo temblar al Fernando Torres con un zurdazo desde la frontal que pasó rozando la escuadra. Migue Montes silenció al estadio con un tanto, pero fue anulado por fuera de juego, tras una gran acción defensiva de Salvi. En rueda de prensa, Bolo comentó que después de ver las imágenes grabadas, no existía fuera de juego "por un metro".
Con el susto en el cuerpo y la tensión por las nubes, el Fuenlabrada logró aguantar el resultado, faceta en la que había tenido dificultades durante toda la temporada. Con la victoria, el conjunto dirigido por Morientes vuelve a coger aire y despide el año del Fernando Torres con una victoria. Otro cero fuera de casa para el Arenas, que acabó con la sensación de haber dejado escapar al Fuenlabrada y lamentando el polémico gol anulado.