Al Algeciras le gusta jugar contra el Melilla. Cuenta sus encuentros contra ellos por victorias esta temporada. Y son ya tres las veces que se han visto las caras. Y en todas ellas la tónica ha sido la mínima: victoria albirroja por la mínima. Su primer encuentro fue en el estreno liguero en el Nuevo Mirador, en el que los de Mere se impusieron por 1-0. Poco después, se volvieron a enfrentar en Copa del Rey, aunque esta vez en Melilla. De nuevo, el Algeciras venció por 0-1 con un gol en la recta final del partido.
Hoy, la historia se ha vuelto a repetir, aunque esta vez el resultado ha sido 1-2. Al Melilla le han hecho falta cuatro horas y media de juego repartidas en tres partidos para hacerle un gol a su rival. Y lo ha logrado desde el punto de penalti, pero a unas alturas de partido en las que ya no había tiempo para más. Salvo en milagrosas ocasiones, levantar un 0-2 adverso en el descuento es un imposible. Y hoy no hubo milagro.
Los melillenses esperaban que se cumpliera la premisa que reza que un entrenador nuevo siempre trae una victoria bajo el brazo. Sin embargo, José Carlos Granero no ha podido estrenarse de la mejor manera al frente de su nuevo equipo. El nuevo técnico ha asumido una difícil misión: levantar a un equipo que ha finalizado, bajo la dirección de Fernando Currás, en la antepenúltima posición de la tabla la primera vuelta. Una misión complicada que no ha comenzado de la mejor forma.
Desde el principio, el partido se ha puesto muy cuesta arriba para el Melilla. Ni siquiera se había cumplido un cuarto de hora de partido y el Algeciras ya estaba por delante en el marcador. El autor del tanto fue Cristo Díaz, que fusiló en carrera a la escuadra desde casi la frontal un pase de su compañero Iván. El Algeciras tuvo alguna que otra ocasión para aumentar la distancia, pero no logró acertar. También pudo empatar el Melilla, pero Josemi lo evitó con una gran parada.
Al borde del descanso, lo que ya era una cuesta arriba para el Melilla se convirtió en un puerto de montaña. En el salto para rematar una falta botada desde la banda derecha por Cristo Díaz, el árbitro consideró que un jugador local hizo penalti sobre Álvaro Benítez. La pena máxima la transformó Iván, que batió a Dani Barrio lanzando por bajo al lado derecho.
La segunda mitad no cambió demasiado el panorama. El Melilla apretó buscando meterse en el partido y tuvo alguna que otra oportunidad, como un disparo de Nacho Aznar que se marchó fuera. No obstante, los de Granero no obtuvieron rédito alguno de su trabajo y el partido fue muriendo sin que los locales lograran reducir la distancia. Ya en el descuento, el Melilla por fin pudo anotar, aunque fue demasiado tarde. El arbitró señaló manos de un jugador albirrojo y Cascón transformó el penalti, pero ya era imposible sacar algo útil del encuentro.
De este modo, el Algeciras logra un triunfo vital para seguir de dulce. Lleva desde principios de diciembre en una dinámica muy positiva, con cuatro victorias en los últimos seis partidos, que han aupado a los algecireños provisionalmente a la séptima plaza. El único lunar en este tiempo ha sido la derrota ante el Villanovense, ya que caer en Murcia ante el líder no se puede considerar como un fracaso. Por su parte, el Melilla deberá seguir remando fuerte si no quiere descender. De momento, a falta de que juegue su partido la Balompédica Linense, está a cinco puntos de la salvación directa. Será complicado pero aún hay tiempo.