Ni siquiera la lluvia pudo aguar la fiesta del millar de espectadores que acudía a Las Llanas con ganas de fiesta en plenos carnavales de Sestao. No sin sufrir, como ya viene siendo costumbre en la fiel afición del River, los tres puntos se quedaron en casa gracias al gol de Canario, ese falso nueve que ha asumido la responsabilidad anotadora este invierno, y al sacrificio colectivo que permitió dejar una vez más a cero la portería de Raúl Domínguez, La última víctima del enrachado equipo verdinegro fue en esta ocasión un Rayo Majadahonda que buscaba un baño de autoestima en su primera visita a Las Llanas, pero que se volvía de vacío tras desaprovechar, como la semana anterior, su ventaja numérica sobre otro equipo vizcaíno
Bien es cierto que el equipo majariego acudía a tierras vizcaínas con la moral por las nubes tras su clasificación para semifinales de la Copa Federación entre semana. El hattrick de su goleador en Móstoles, Rubén Acha. le valía para ganarse un puesto en un once inicial donde la suplencia bajo palos de Basilio y la ausencia de Oliva en el eje de la zaga aparecían como otras novedades significativas en el once que presentaba para la ocasión Antonio iriondo.En el banquillo local, la vuelta de Gago y el retorno al once de Agirrezabala permitían a González y Pinedo reconstruir la banda derecha habitual en estos últimos partidos del ‘resurgir’ del Sestao en la clasificación.
Desde el pitido inicial el River mostró su predisposción a llevar las riendas del partido ante un Rayo que esperaba a la contra sus oportunidades. Bajo la dirección de un imperial Eneko Rubio, bien secundado por Rodri, en la zona ancha, y con el dinamismo de Jorge Hernández en el enganche con la delantera, los sestaoarras se gustaron en los primeros cuarenta y cinco minutos. Ocasiones para Canario, Riki y sobre todo el Duende de Sanzoles, que no encontró el gol pero sí a su compañero y amigo en la jugada que originó el único gol del partido. La asociación entre Jorge y Canario resultó de nuevo letal, y una gran acción personal del talentoso mediapunta zamorano era ejecutada por el delantero palentino, disfrazado de Jito para deshacerse de sus defensores y fusilar a Miguel Ángel desde el punto de penalti.
Gol y expulsión
También tuvo sus oportunidades el Rayo, primero con un disparo de José Luis, pero sobre todo en un mano a mano de su pichichi Portilla que salvaba con el pie el ‘Zamora’ Raúl Domínguez.Sin embargo la jugada más decisiva para los visitantes se iba a producir a punto de finalizar la primera parte, cuando el joven Agirrezabala pagaba su inexperiencia con una tarjeta roja que dejaba al River en inferioridad numérica toda la segunda parte. Iriondo reaccionaba en los vestuarios con un cambio en su línea de ataque, a lo que respondían González y Pinedo sacrificando a Rodri por Cristian para asegurar la contención en la zona ancha.
En estas circunstancias el Rayo se apropió del balón, tratando de jugarlo de lado a lado, buscando algún resquicio en la sólida zaga sestaoarra, que ha vuelto a demostrar que sus actuales cifras no son fruto de la casualidad. Los verdinegros incluso pudieron aumentar su ventaja en el marcador si Miguel Ángel no hubiese salvado con la cara un chutazo de Canario tras jugada de Eneko Rubio, o si el colegiado hubiese castigado con la pena máxima una acción sobre el incisivo Canario dentro del área majariega.
El tramo final del partido, ya con el Rayo volcado sobre un Sestao agazapado, trajo algunos sustos sobre el área local, otra vez con Portilla y José Luis como protagonistas, pero la seguridad de Raúl y la escasa puntería de los atacantes madrileños bastaron para mantener ese 1-0 en el marcador, que se está convirtiendo casi en ley inexorable para los últimos visitantes que pasan por Las Llanas.El Sestao sigue al acecho de la cuarta plaza y el Rayo deberá mirar de reojo los resultados de los equipos que luchan por la permanencia en la categoría.