En un derbi igualado e incierto hasta el final, el River consiguió reencontrarse con la victoria tras tres jornadas sin catarla a costa de un Amorebieta que perdió en los minutos finales algo más que un punto. Para no perder la costumbre, bastó a los verdinegros con volver a mantener su portería a cero y aprovechar una de sus ocasiones para hacer valer el mismo marcador que ha registrado Las Llanas cada vez que su equipo ha salido victorioso esta temporada. El 1-0 definitivo iguala el average particular entre ambos conjuntos pero amplía a cuatro la distancia entre los zornotzarras y los de la Margen Izquierda, que con la permanencia matemáticamente asegurada aspiran ya a cotas más altas.
El mediodía del club anfitrión comenzaba con alicientes añadidos como el regreso a Sestao de Carlos Docando como técnico visitante. El exverdinegro demostró conocer bien el campo que pisaba su equipo, en malas condiciones pero infinitamente mejor que hace dos semanas, y a su rival, y dispuso para la ocasión un once bastante ofensivo, con la apuesta de Orbegozo y Arriaga, dos jugadores habitualmente inspirados cuando se enfrentan al Sestao, para acompañar al goleador Ubis en el ataque azul. Quizás para contrarrestar esa amenaza visitante, González y Pinedo respondían en el River con el debut como titular del joven Gaizka Martínez en el eje de la zaga. Tampoco resultaba menos ambiciosa la propuesta del tándem que rige el banquillo local, con la presencia de Silas y Leandro como extremos con la intención de nutrir de balones al enrachado Canario, y la inclusión de Rodri para acompañar a Eneko Rubio en la labor de organizar el juego local en la zona ancha.
Sería el mismo Rodri quien gozaría de la primera ocasión del partido nada más arrancar, aunque no fuese más que un espejismo de un primer tiempo bastante anodino y de poca sensación de peligro en ambas áreas. La labor destructiva de Amelibia por delante de Juaristi y Méndez, y el poderío físico de Muniozguren, sacrificado en posiciones más retrasadas de lo habitual, parecieron surtir efecto a pesar de los bríos iniciales de un Sestao consciente de los problemas para materializar goles.
Las llegadas más reseñables se producían sobre la portería defendida por Raúl Domínguez, primero con un disparo flojo desde la frontal de Ibai, posteriormente con un cabezazo de Jon Orbegozo que se marchaba fuera, y finalmente con otro remate de Ubis. Las réplicas locales se limitaban prácticamente al balón parado, pero las faltas y saques de esquina se acumulaban sin mayores consecuencias para la meta de Oier, que demostró a su técnico la acertada decisión de contar de nuevo con él para salvaguardar la portería zornotzarra.
Méndez se borra y Abaroa resurge
Poco tardó el banquillo local, tras el paso por vestuarios, en efectuar un doble cambio para reactivar su ataque. La entrada de Abaroa y Jito Silvestre suponía una variante importante en el planteamiento ofensivo del Sestao, que apostaba por potenciar su juego aéreo para contrarrestar el físico de los visitantes. Sin embargo seguirían siendo éstos quienes más asustaban, y un error en el control de Fernando Cabero dejaba solo ante el portero a Orbegozo, aunque el capitán del River reaccionaba lanzándose abajo para evitar el remate del azpeitiarra. El mismo Orbegozo intentaría poco después dejar pasar un balón raso para el remate del pichichi Ubis, aunque Igor Arnáez aparecía providencial para cortar el peligro.
Rozando el ecuador de segundo tiempo, y poco antes de que Eneko Rubio tuviera que dejar su puesto por lesión a Cristian, comenzaron a llegar las oleadas verdinegras sobre el área de los azules. Un balón interior de Gago a Jorge Hernández permitía al ‘Duende’ escorarse y efectuar un pase de la muerte al reaparecido Jito, cuyo estreno goleador era evitado por las manos de un Oier vendido ya en el suelo. Poco después era Silas el que centraba al segundo palo para que Leandro asisitiese de cabeza a Jito, aunque nuevamente Oier interceptaba el balón antes de que llegase a su destino.
Docando intentaba cortar el cambio de rumbo del partido con otro doble cambio, oxigenando el centro del campo con Eneko Unda y colocando al ‘talismán’ Goiria como referencia arriba, pero se iba a encontrar instantes después con el contratiempo de la expulsión del bravo Mikel Méndez, que en apenas cuatro minutos, del 78 al 82, iba a ver dos cartulinas amarillas que dejarían en inferioridad a los suyos en el último tramo del derbi.
El River intensificó su presión sobre el área de un excelente Oier, que salvaba con la punta de los dedos un gol casi cantado de Abaroa. El de Lekeitio, tras 3 meses sin ver portería y con ganas de resarcirse del penalti fallado en su último partido en Las Llanas, sí que acertaría en la jugada siguiente, elevándose con majestuosidad por encima de todos los defensores para cabecear a las redes un buen centro de Leandro desde la banda izquierda.
El sexto gol del pichichi del Sestao desnivelaba un partido que ya parecía abocado a las terceras tablas consecutivas del rey del empate, y que con apenas cinco minutos más el añadido por jugar, resultó imposible de remontar para un 'Amore' en inferioridad y ya con pocos argumentos para remontar ante un concentrado y motivado rival.
Un rival que celebraba con su afición los tres puntos que le permiten alcanzar la cifra de 46 que virtualmente aseguran su continuidad en la categoría, y que le aúpan al quinto puesto tras el tropiezo del Arenas dos horas antes. El nuevo compromiso en casa dentro de una semana ante el Mensajero invita al Sestao a seguir esperando acortar la distancia con el Toledo, equipo que actualmente ocupa la última plaza de acceso a los playoffs. Un objetivo que parece alejarse del Amorebieta, que queda a cuatro puntos de los sestaoarras, pero que tendrán la oportunidad de desquitarse del mal sabor de boca con otro derbi vizcaíno. Su rival, un Arenas de Getxo, al que podría adelantar en la clasificación si consigue superar en Urrtixe dentro de siete días.