Ni vencedores ni vencidos en la ‘batalla de Las Llanas’, donde cuarto y quinto clasificados del grupo segundo se citaban en uno de los enfrentamientos directos más interesantes en la apretada lucha por los playoffs. Ni el Sestao consiguió su propósito de adelantar en la clasificación a los castellano-manchegos ni el Toledo despegarse de su cuarteto de tenaces perseguidores, integrado por Arenas, Amorebieta y Socuéllamos además del propio River, amén de desaprovechas la segunda oportunidad consecutiva de asaltar la tercera posición de un Real Unión en caída libre.
Un partido que respondió a las expectativas generadas desde la grada, con la mejor entrada de la temporada en Las Llanas en las dos últimas temporadas, y el técnico visitante, Onésimo, como espectador de excepción debido a su sanción. El pucelano, tal y como se preveía, apostó para la ocasión por un once más de contención que la pasada jornada, sustituyendo al delantero Roberto por un tercer centrocampista, Aicart, para ayudar a los centrales en su tarea de frenar el juego áereo de Jito y Abaroa. Además conformó una novedosa banda izquierda con Adrián como lateral, cubriendo la baja del lesionado William, y Rubén Arroyo por delante, en detrimento de Ezparza. Menos cambios en el bando local, con la destacada presencia de Tarantino en el eje de la zaga tras un largo período de inactividad, y el retorno de Silas en el extremo derecho, lo que motivaba el retraso de Abaroa como segundo mediocentro en lugar de Kurbus.
Sin duda el mediocampo fue el foco de atención de los primeros cuarenta y cinco minutos, una parcela del campo que el Toledo gestionó mejor, en buena medida por la superioridad numérica del trivote alineado por Onésimo. Con una línea defensiva adelantada para hacer caer a los sestaoarras en la tram del fuera de juego, los visitantes dominaban el esférico y protagonizaban sus primeros acercamientos por mediación de Rubén Arroyo, que en sendas ocasiones probaba a Raúl Domínguez con sus disparos. La réplica local, también por partida doble, la daría Abaroa, primero culminando un contraataque local con un remate con el pie, y luego con un cabezazo que se marchaba por encima de la portería de Manolo.
De tres puntos a pedir la hora
Los dos equipos eran conscientes de la importancia de adelantarse en el marcador, y tras el paso por vestuarios era el River quien disponía de la primera ocasión por medio del infatigable Silas, cuyo disparo cruzado obligaba a Manolo a despejar con acierto. Sin embargo serían los toledanos los que iban a rozar el gol poco después, con un gran disparo desde fuera del área de Pablo que Raúl repelía a córner en una acción providencial.
No pudo hacer nada sin embargo el buen meta cántabro minutos después, cuando un buen centro de Expósito, un incordio para los locales en sus incorporaciones desde el lateral derecho, encontraba a Rubén Arroyo en el segundo palo para cabecear iremisiblemente al fondo de las mallas. El gol momentáneo alejaba prácticamente de la pelea por la cuarta plaza a los verdinegros, al tiempo que colocaba virtualmente terceros a los visitantes, lo que apreció espolearles en busca de la sentencia. Otra subida de Expósito desde la derecha acababa con servicio de Esnáider para que el carrilero chutase fuerte pero sin encontrar portería.
Eran los mejores minutos del Toledo, que oxigenaba su centro del campo con Cristóbal y Esparza, mientras en el lado local González y Pinedo dieron un paso adelante, situando a Riki en lugar del habilidoso Canario en banda izquierda, y colocando a Leandro como escudero de Jito en el área rival, pasando a jugar con un solo mediocentro. Los cambios se dejaron notar en el cuarto de hora final del encuentro, y tanto Jorge Hernández como Riki avisaron de que el River no iba a cejar en su empeño de derribar el muro de su ‘bestia negra’. Un remate de Arnáez era salvado sobre la línea por un defensor del Toledo, que aguantaba confiado en los problemas ofensivos demostrados por su rival a lo largo de la temporada, y que tenía que reemplazar a Echaide por lesión.
Sin embargo la fe y la insistencia locales hallaron su premio a cinco minutos del tiempo reglamentario, cuando un centro desde la derecha de Silas era remtado dentro del área en espectacular chilena por Leandro, que celebraba de la mejor manera posible su primer tanto oficial con la escuadra vizcaína. El gol esta vez espoleó a los locales, que en un frenético final de partido pudieron llevarse incluso la victoria, primero con una vaselina de Jito que se topó con el larguero, y luego con un gol anulado por fuera de juego al propio delantero catalán. El Toledo también tuvo su oportunidad en un contraataque que no supo culminar Esparza, pero terminó agradeciendo el punto que le permite al menos mantener la ventaja de dos puntos con su rival, y salir por cuarta vez en su historia, invicto de Las Llanas.