¡Argentina tiene futuro!

Argentina está cumpliendo con una notable actuación en las Eliminatorias FIBA rumbo al Mundial de China 2019 y el nuevo grupo está haciendo un gran papel.

¡Argentina tiene futuro!
Salvo Scola, el resto de estos jugadores serán los encargados de hacer historia en los próximos años. Foto: FIBA
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Por Juani Alburquerque

Muchos pensaron que luego de la Generación Dorada no se conseguiría un equipo como ese. Claro estaba Emanuel Ginóbili, Andrés Nocioni, Hugo Sconochini, Alejandro Montecchia, Fabricio Oberto, Luis Scola, Carlos Delfino, Pablo Prigioni, Walter Hermann, Leandro Palladino, Rubén Wolkowyski y muchos más. Súmale también que se reunió un gran grupo de trabajo en el banco donde mandaba Rubén Magnano. Una final de Mundial en Indianápolis 2002 y el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 era un trabajo difícil de empatar.

Pasaban los años y la sociedad se preguntaba ¿qué pasará cuando estos monstruos se retiren? La respuesta tardó en llegar pero poco a poco se fue moldando un nuevo chip en la selección. Para ello, se necesitó de dos técnicos como Sergio Santos Hernández y Julio Lamas para llevar a cabo un nuevo proceso. Ambos son artífices del gran presente nacional y tienen mucho que ver en la explosión del equipo.

De aquella Generación Dorada que logró grandes hitos a principios del siglo sólo queda Luis Scola, capitán y referente de esta nueva camada. Hoy el futuro está dotado de muchos jugadores que han logrado darle un nuevo estilo a el Alma Argentina.

En la base, muchos dudaban sobre quien sería el encargado de suplir la tarea de Alejandro Montecchia y Pablo Prigioni. Pero el recambio llegó. Facundo Campazzo se convirtió en un nuevo líder en el ataque y la defensa del combinado nacional. Salió de Peñarol, se ganó todo en la Liga Nacional y partió a Europa. Allí tardó en madurar, pero tras unos años consiguió ser el base titular del Real Madrid de España, escuadra con la cual consiguió dos Euroligas. Se caracteriza por ser un veloz base, con mucha potencia para penetrar y sobre todo una gran lectura.

Por si fuera poco, otro base con un estilo más pausado como Nicolás Laprovittola salió de Lanús, fue un líder de ese equipo y más tarde se fue a Brasil para vestir la camiseta de Flamengo. Pegó el salto al Lietuvos Rytas y de allí a su primer experiencia en la ACB con Estudiantes de Madrid. Al año siguiente vivió el gran sueño de formar parte de la NBA con San Antonio Spurs, pero el periplo duró poco. Pese a ello, obtuvo lugar en Baskonia, Zenit y Joventut, donde siguió afirmando su juego. En la Selección forma parte de la segunda línea del equipo, donde generalmente se encarga de facilitar las canastas a sus compañeros.

Por último, aparecen en un tercer y último escalón las figuras de Luca Vildoza y Franco Balbi. El primero salió de Quilmes y se consolidó hasta despegar a España, donde viste la camiseta del Baskonia. Allí fue mejorando poco a poco y le llegó la oportunidad de ser determinante en la Selección, donde con una defensa asfixiante y destellos de calidad puede perforar la defensa adversaria. Va a ser un buen recurso para el futuro. El segundo, en cambio, estuvo una vida en Ferro donde llegó a ser uno de los mejores bases de la Liga Nacional. Ahora se fue a Flamengo, donde buscará dejar su huella. El Mago puede ser una gran variante cuando alguno de los jugadores internacionales no pueden venir a jugar las ventanas FIBA y puede ser un muy buen pasador gracias a una visión de cancha.

En la posición de escolta, después de Manu se esperaba que costara encontrar referentes, pero allí aparecieron tres soldados dispuestos a que no se sienta la ausencia del mejor basquetbolista argentino de la historia. El más consolidado es Nicolás Brussino, que fue el primer jugador nacional en pasar de un club de Argentina a la NBA. Con un dardo en sus manos, es una constante amenaza desde la línea de tres puntos, además de generarse espacio para encarar al aro. Luego aparece otra figura joven como Lucio Redivo. El escolta de Bilbao Basket empezó a tener lugar en la Selección Argentina cuando se fue a Europa. Pese a la baja estatura, el ex Weber Bahía Basket se las ingenia para amenazar con sus constantes penetraciones al aro como así también su tiro de tres puntos desde la esquina, tiro que se hizo habitual desde que él forma parte de este proceso. Por último, encontramos a Eric Flor, jugador que por el momento permanece en Argentina, donde ahora pasó a ser parte de Boca Juniors. Con mucha garra y rapidez, se vuelve un jugador difícil de marcar. Busca producirse sus propios espacios y seguro será un arma vital para los siguientes años.

Por el lado del alero, buscar a alguien con los huevos y el corazón de Andrés Nocioni es difícil. Pero parece que Patricio Garino consiguió hacerse un hueco en el equipo. Con un pasado en la Universidad en EE.UU., tuvo su chance en los Spurs pero no prosperó. Finalmente fueron los Magic quienes le dieron la chance de ser parte de seis juegos. Allí partió hacia Baskonia, donde fue de menor a mayor. En el Alma desde el principio empezó a verse el sacrificio por defender cada pelota. Un jugador atento y que es imposible despegársele. Mejoró mucho sus cualidades ofensivas, donde el tiro de tres puntos se ha vuelto su mejor tiro. Otro que todavía no ha tenido la chance de mostrarse con solvencia es Gabriel Deck. El Tortu ha sido el jugador más dominante de la Liga Nacional durante las últimas dos temporadas y se espera que siga su crecimiento en Real Madrid. En el Alma seguramente lo veremos ver con sus gigantes zancadas encarar al aro y atreverse a entrar en tierra de gigantes.Con mucha menos prensa, Juan Pablo Vaulet y Máximo Fjellerup son otras dos promesas que se hacen un lugar en el equipo. Juampi tuvo su boom cuando fue seleccionado en 2015 por Brooklyn Nets, aunque por el momento no logró demostrar todo su potencial. Con mucho físico, promete ser una muy buena variante para el equipo. Maxi, por otra parte, es el más joven del grupo y por ende no cuenta con muchos minutos. Pero en Weber Bahía ha demostrado que tiene todos los pergaminos para ser un jugador muy valioso que puede llegar al aro con suma facilidad.

En el lado de los internos, quizás se encuentra la parte más difícil. El legado del inoxidable Luis Scola, del cordobés Fabricio Oberto y del colorado Rubén Wolkowyski ha sido inmenso. Pero dentro de todo, Argentina sacó un par de jugadores que se han amoldado de gran manera al equipo. Primero está Marcos Delía, jugador que se desempeña en UCAM Murcia de España y sabe defender a los grandes pívots y rotar en los momentos justos. Cada vez más aceitado, ha progresado en la faceta ofensiva, donde en la última ventana FIBA se lo vio muy participativo para definir en un pick and roll o en un corte hacia al aro. El otro jugador es Javier Saiz, jugador actual de Regatas de Corrientes. El joven poco a poco se fue ganando su lugar a base de aprovechar sus minutos en cancha. Tiene una excelente lectura de juegos para ubicarse en el lugar adecuado para ser asistido por sus compañeros. Es un finalizador nato. Además, se actualizó al interno actual que cuenta con un amenazante tiro de tres puntos. Con menos minutos en la cancha están Roberto Acuña, Tayavek Gallizzi y Lautaro Berra. Los primeros dos son dos buenas variantes que tienen que saber controlarse. Pero tienen la masa definida para pelear con los seleccionados más importantes del mundo. El último es todavía muy joven y recién está dando sus primeros pasos en la Liga Nacional. Pero el Oveja Hernández ya lo vio como uno de los canteranos con más futuro. Con una buena estatura, quizás su punto débil sea el estado físico. Necesita ganar en masa muscular porque después en cuanto a técnica promete ser un jugador importante.

Lo cierto es que el proyecto ya está iniciado. Ahí que confiar en el proceso que viene. Hay que dejar de lado esos comentarios comparativos con la Generación Dorada y es momento de dar vuelta la página. Estos jugadores necesitan escribir su propia historia. Los nombres actuales son los que están o estarán en importantes equipos internacionales. Con muchas horas de trabajo, Argentina puede volver a dar pelea ante equipos importantes como Estados Unidos, Serbia, Francia, España o Lituania. Tiene material, sólo falta perfeccionarlo. Pero de lo que no queda duda es que Argentina tiene futuro.