Una derrota que preocupa. Hoy Argentinos cayó ante el equipo más destrozado de la Primera División, en lo instuticional y futbolístico. Pero lo que más inquietud genera es el pésimo funcionamiento de los dirigidos por Borghi, así como la falta de entrega a la hora de luchar ante la adversidad (0-1). Colón siempre fue más, y superó a su visita en todas las líneas. Tuvo para hacer más de uno, pero no logró concretar.
Fútbol y amor propio, los fallos más importantes en el 0-1 de esta paupérrima noche. Lucas Rodríguez, quien mostró ganas, y Sergio Vittor, prudente y claro, fueron los únicos futbolistas que tuvieron una aceptable actuación. El resto fue tibio, e impreciso. El Bicho no creó ninguna situación, y ni siquiera controló los títeres, sino que fue controlado en todo momento. El Sabalero, que venía de cuatro meses sin marcar, aprovechó, después de marrar muchas chances, la mala salida de Migliore, que no debió jugar de arranque.
La ilusión subió los tonos. Hoy el peor equipo del país, siendo el más accesible, derrotó a los de Borghi, y pudiendo haberlo goleado. No hay manera realista de pensar en positivo. Sí esperanzarse. Creer que fue sólo eso, una mala noche. Pero lo único cierto, es que siendo lento, inofensivo, y sin mucha gana, se perdió una final importantísima y que no era de victoria utópica, al contrario. Los resultados jugaron para el elenco de Paternal, pero el mismo jugó para el resto.
Mas el fútbol da revanchas. Y este miércoles Argentinos tiene una, para nada sencilla, recibiendo a nada más ni nada menos que al último campeón, San Lorenzo de Almagro, que viene de ganarle 1-0 a Racing. En la semana se deberá trabajar mucho para revertir la mala imagen hoy dejada en Santa Fe, para buscar el equipo que el Bichi quiere formar, con su identidad y todo. Falta, pero este no es el camino.