La dura derrota 3 a 2 ante el equipo ecuatoriano en la Bombonera golpeó fuerte y directamente en el corazón del equipo. Luego del partido, varios jugadores empezaron a analizar su futuro en el club y esto disgustó a Guillermo, quién pidió una reunión este lunes con el presidente de la institución, Daniel Angelici, para traer refuerzos de jerarquía.
Carlos Tevez fue uno de lo jugadores más criticados luego del partido de ida en Quito y la vuelta en la Bombonera por sus malas actuaciones. Todos coincidieron en que el Apache no es el mismo jugador que volvió a Boca en julio del 2015 y mucho menos de aquel crack que vestía los colores de la Juventus de Italia. Sin embargo, el propio Tevez fue uno de los primeros en presentarse en el entrenamiento del sábado en Casa Amarilla. Y para alejar cualquier sospecha sobre una posible renuncia del 10, Royco Ferrari, vicepresidente del club de la Ribera, aseguró que: "Tevez va a seguir en Boca, no llegaron ofertas ni nada. Nos miramos en el vestuario asombrados por los rumores”.
Además de Tevez, Agustín Orión y Cata Díaz se vieron acechados por las críticas y cuestionamientos, y también se replantearon la posibilidad de renunciar, pero todo quedó en la nada y ambos jugadores seguirán en el plantel.
Luego de esto, Guillermo y Gustavo Barros Schelotto se reunieron este lunes por la tarde con Daniel Angelici para pedir refuerzos. Luego de una extensa charla de casi tres horas, los Mellizos le expresaron su deseo al presidente de contar sí o sí con el mediocampista Guido Pizarro, quién actualmente juega en Tigres de México. Si bien el presidente de Boca no prometió nada, dijo que haría todo lo posible para que el cuerpo técnico tenga a Pizarro de cara al próximo semestre. Pero esta no fue la única condición que pusieron los hermanos Schelotto sobre la mesa. Ambos están convencidos que Boca necesita un central de jerarquía y un delantero más, pero no se dieron a conocer nombres ni se sabe quienes serán los apuntados para conformar el nuevo equipo de Boca, que tendrá la obligación de ganar la Copa Argentina (clasifica directamente a la Libertadores 2017) y el torneo doméstico para levantar la pobre imagen que dejó en semifinales de Copa.