El Matador comenzó la temporada con una victoria convincente ante Brown de Puerto Madryn. Ese triunfo, con otra renovación de plantel de por medio, daba un indicio esperanzador de cara a lo que viene. Sin embargo, esa ilusión se pulverizó en Santa Fe, con la dura derrota ante Central Córdoba, equipo recién ascendido a la B Nacional, que fue mucho para una versión tibia y apática del elenco de Victoria, habitual en los últimos años.

El Lobo Ledesma, sin Diego Morales, optó por jugar de nuevo con tres volantes centrales y en lugar de incluir a un enganche (podía ser Matías Pérez García), decidió jugar con tres delanteros, con Kevin Ramírez haciendo las veces de organizador de juego. Como era previsible, el equipo se hizo largo, sin generación ni cambio de ritmo. Más allá de algunas ocasiones aisladas, Tigre hizo poco mérito para avanzar de fase, y el cuadro santiagueño aprovechó las flaquezas defensivas para llevarse el premio mayor y dejar al Matador con las manos vacías. Una vez más, porque Tigre no supera dos fases de este certamen desde 2012, y desde entonces, quedó afuera en el primer o segundo partido, con el agravante de tropezar ante equipos de segunda o tercera categoría en las últimas tres ediciones (Douglas Haig, Deportivo Riestra y Central Córdoba).

La buena: Walter Montillo debutó y puede aportar juego. Al igual que Diego Vera, el cual tendrá la responsabilidad de aportar gol.

Con este panorama sombrío, sumado al mal cierre en el torneo pasado, hay que afrontar la próxima Superliga, que constará de 25 finales: Tigre arranca en zona roja, estando 11 puntos abajo de San Martín de San Juan y Belgrano, y con Aldosivi y San Martín de Tucumán (los recién ascendidos) que dividirán por una temporada. Al cuadro de zona norte se le irán los valiosos 46 puntos de la era Alfaro (2015) y tendrá las exiguas unidades de los ciclos que terminó con Mauro Camoranesi, Pedro Troglio, Facundo Sava, Caruso Lombardi y que amenaza a Cristian Ledesma. Las urgencias son reales y ameritan soluciones en el corto plazo. Este viernes, ante San Lorenzo, Tigre jugará su final 1 de 25. ¿Lo hará como tal o empezará a extinguirse un nuevo ciclo?