Otras grandes finales clásicas

River y Boca se disputarán el cetro de la Copa Libertadores 2018, en un hecho histórico para el fútbol sudamericano y mundial. En Europa, dos veces pasó que dos equipos con gran rivalidad del mismo país jugaron por un trofeo continental: Real Madrid - Atlético Madrid y Borussia Dortmund - Bayern Munich.

Otras grandes finales clásicas
Bayern Munich-Borussia y Real-Atlético, recientes finales de Champions (Fotomontaje).
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Por Nicolás Diz

El mundo será testigo, a partir de este sábado, del primer capítulo de un espectáculo que quedará para los libros, la final más especial que la Copa Libertadores ha tenido en su historia, y que posiblemente, tendrá: River logró la hazaña y le dio vuelta la llave a Gremio, actual campeón, en Porto Alegre, mientras que Boca aprovechó el regalo de Palmeiras en fase de grupos y lo castigó en semifinales. Es así que habrá Superclásico en las finales de la Libertadores, que será para uno de los dos más grandes de la Argentina.

Algunos memoriosos recodarán clásicos por copas internacionales que quedaron en la historia, como el Inter-Milán de la UEFA Champions League 2003 que obtuvo el Rossonero, o la semifinal entre Barcelona-Real Madrid de la Champions 2011, con una exquisita actuación del blaugrana de Messi y Guardiola. No obstante, una final de esta característica en un clásico por la gloria de un continente se ha visto poco. De hecho, los antecedentes más cercanos fueron recientes, en el Viejo Continente.

Gloria teutona

En la edición 2013 de la Champions, llegaron al partido definitorio el poderoso Bayern Munich, que había perdido en la definición de 2012, jugando en su propio estadio, ante el Chelsea de Mourinho. Aún con la sangre en el ojo, el equipo de Jupp Heynckes, con Neuer en el arco, la proyección de su capitán Philippe Lahm, la solidez de Boateng en la zaga central, la potencia de Schweinteinger, la elegancia de Frank Ribery, el juego de Arjen Robben (quien se tomó revancha) y dos pilares demoledores del gol, Thomas Muller y Mario Mandzukic. Para llegar a la final que se llevó a cabo en el mítico estadio de Wembley, en el corazón de Londres, los rojos superaron con holgura a Juventus y humillaron a Barcelona.

Enfrente aparecía el clásico, el otro grande de Alemania, más popular: Borussia Dortmund, quien quería repetir el logro de 1997, cuando se alzó con la Orejona por primera y única vez. El elenco de Jurgen Klopp contaba con Marco Reus, Mats Hummels, Ilkay Gundogan, Robert Lewandowski (hoy en la otra vereda). Un verdadero equipazo, que no pudo ante la potencia y las individualidades de su adversario.

El clásico alemán fue para Bayern Munich, que se impuso por 2-1, con tantos de Mandzukic y Robben; Gundogan para los aurinegros. De esta manera, los de Múnich alzaban su quinta Copa de Europa, que no lograban desde 2001.

El derbi madrileño, por duplicado

Una de las curiosidades más impresionantes de la Champions en los últimos años fue una final repetida, entre equipos de la misma ciudad, que si bien no tiene el alcance de un Real Madrid-Barcelona, de todos modos paralizó a toda España: el Merengue, con abstinencia de Orejonas desde 2002, enfrentando a Atlético Madrid, el impresionante equipo de Diego Simeone que quería dar el gran salto en Europa.

Primero se enfrentaron en la final 2014, en la antesala de la Copa del Mundo en Brasil, en Lisboa, Portugal. En un partido cargado de tensiones, como toda final, el Colchonero empezaba a dar el golpe, a través de un remate del uruguayo Diego Godín. El Aleti tenía el título en el bolsillo, hasta que al minuto 94, llegó el cabezazo de Sergio Ramos para poner el 1-1 y el baldazo de agua fría para los dirigidos por el Cholo. Y en el alargue, Real Madrid hizo gala de su potencia física y futbolística y terminó goleando por 4-1, con tantos de Gareth Bale, Marcelo y Cristiano Ronaldo. Fue figura el argentino Ángel Di María. Era la décima para el equipo blanco.

En la edición 2016, volvía a darse una final de la capital española. De nuevo, cara a a cara Real Madrid y Atlético Madrid (que venía de dejar afuera a Barcelona y Bayern Munich). En el estadio Giuzzeppe Meazza de Milán, chocaron los cuadros de Zinedine Zidane y Cholo Simeone. Al igual que en 2014, iba a darse un partido parejo que ganaba el Merengue por medio de su capitán Ramos, mientras que para el Aleti (fue titular el ex River Augusto Fernández y en el plantel colchonero estaba Matías Kranevitter) igualaba el belga Carrasco. 1-1 en los 90 minutos, igualdad que no se movió en 30´de tiempo suplementario, así que la Champions se definió por penales: todos acertaron, menos Juanfran, de Atlético. Ronaldo se encargó del quinto y definitivo para el 5-3 final y la undécima a la parte "blanca" de Madrid.