Boca aplastó a un Caracas muy frágil siendo superior en todos los registros del encuentro. En un partido en el que reflejó claramente la idea con la que Miguel Ángel Russo volvió al club, el xeneize finalizó su participación en la fase de grupos dejando una gran imagen.

Si bien los venezolanos se mostraron como un conjunto que merecía ser eliminado de la competición, Boca no sólo revitaliza muchas de sus individualidades, si no que transmite una sensación adecuada a sus exigencias. El equipo de Russo camina en buena dirección y muestra un interesante rendimiento que lo coloca entre los candidatos. Desde la organización, la combinación, y las asociaciones, Boca da argumentos para adueñarse de los partidos.

En lo individual cabe reiterar el gran momento de Carlos Tévez quien parece volver a tener 19 años, pero sin duda la incorporación de Edwin Cardona es un gran paso hacia dónde se dirige este Boca. La calidad individual del enganche colombiano es indiscutible y el equipo debe incrementar la participación de él en el desarrollo de los partidos. Buen partido de Pol Fernández, bien Frank Fabra y no tanto Eduardo Salvio quien se tuvo dudas en los metros finales. En síntesis, más que aceptable el rendimiento del grupo en general.

Boca ya se encuentra entre los mejores y de forma bien merecida. No obstante, deberá meterle una marcha más a la movilidad de la pelota, dándole así velocidad en las transiciones. En lo defensivo, la presión tiene que mejorar para exigir a sus rivales jugar en espacios cortos para provocar el error continuo. Nunca debemos olvidar que a los grandes equipos siempre hay que evaluarlos en el contexto más exigente para ir acorde a sus metas.