Talleres fue de menor a mayor y le ganó 4 a 1 a Rosario Central, que siendo el campeón defensor sigue sin poder ganar. El partido fue más parejo de lo que marca el resultado y tuvo un primer tiempo buenísimo.
El primer tiempo fue espectacular, frenético de principio a fin. Comenzó mejor la visita, que tuvo la primera clara a través de Malcorra (intentó desde afuera y la mandó al córner Guido Herrera,), pero el local pegó primero: a los 13', Rubén Botta picó hacia el punto penal, quedó solo, controló de gran manera, inventó un curioso amague que engaño al arquero y definió.
Tras lo de Botta, Central no se vio caído anímicamente y siguió siendo superior, pero se encontró con un Herrera brillante, figura. Hasta que pudo vencerlo a los 29', a través de Maximiliano Lovera, que cambió un penal por gol. Los de Rosario merecían más que un 1-1. En el final del primer tiempo, Talleres llegó al 2-1, se animó, y luego alcanzó el 3-1. Primero, Juan Rodríguez de cabeza tras un centro de Botta: un tanto que en principio se anuló por offside, pero que se terminó convalidando tras una larga revisión. Segundo, un bombazo de Ramón Sosa. Así, el dueño de casa pasaba a ganar un partido en el que no estaba siendo superior.
En el complemento, el partido se planchó. Era muy difícil sostener el nivel del primer tiempo. Aunque ambos siguieron atacando, cada uno según su objetivo (liquidarlo o descontar). Y en ese contexto, Matías Catalán marcó un gol para aplaudir. El 4-1.
Ya sobre el final, el elenco de Walter Ribonetto pudo agrandar la diferencia, pero perdonó. Fue evidente que al conjunto de Miguel Ángel Russo le dolió y mucho el 4-1. Se fue de partido y pudo haberse comido una goleada histórica.
Con este resultado, Talleres se subió a la cima de la Zona A, mientras que Rosario Central aún no ganó: dos empates y esta dura derrota.
En la próxima fecha, la T visitará a Instituto. Por su parte, el Canalla recibirá a Independiente Rivadavia, que también se posa en la cima de la zona.