El tenis es psicológico. Es cabeza. Son momentos, emociones. Nervios. Es pura confianza lo que determina el curso del tenista en un partido. Y si no que alguien le pregunte a Novak Djokovic, o a Kei Nishikori, que este viernes por la tarde le regalaron a todos un partidazo emocionante desde el primer game hasta el último. Ambos necesitaban ganar para no caer en el ranking ATP, y por momentos dejaron lo mejor de sí para avanzar a las semifinales. Lo consiguió Djokovic, porque fue el que más lo buscó, porque tiene más experiencia en este tipo de partidos que el japonés y porque estar entre el top 3 de mejores tenistas de la última década no es para cualquiera.

Como si hubiera sido poca la expectativa de este encuentro entre el ex número 1 y el asiático, el partido se encendió desde el primer juego. Tras 9 minutos de peloteo intenso desde el fondo, pelotas profundas, ángulos bien buscados y una varieté de efectos, Nishikori le quebró el saque de entrada a Djokovic. Durante todo el primer set sobresalió el japonés, con un revés a dos manos digno de un jugador top 5, con cambios de ritmo, aceleraciones y una velocidad mental y de piernas impresionante. En frente, estaba "Nole", perdido, desconocido, errando mucho el primer saque, cometiendo errores provenientes de los nervios y tensiones que sufría. Nishikori no le ofreció resquicio alguno por donde meterse en partido al serbio, y le quebró nuevamente el saque cuando iban 3-1. El resto fue mantener los servicios hasta acabar 6-2 en favor de Kei, que no le ganaba un set a Djokovic desde las semifinales de Roma en 2016, hace dos años.

Pero todo cambió en el segundo set y la balanza se inclinó hacia Serbia. Novak ganó un primer juego fundamental, nuevamente de 9 minutos. Esto lo sacó del pozo en el que había jugado la primera manga, y tras tener dos oportunidades de quiebre, finalmente lo concretó y se llevó el servicio del japonés. De inmediato se ganó su propia confianza y la del público que estaba en la pista Centrale, que comenzó a corear un “Nole, Nole”. Nishikori bajó la efectividad en su saque (5 puntos ganados en el set con su servicio), se fue mentalmente del partido y Djokovic empezó a demostrar la calidad de tenista que es. Fue otro jugador, fue ese que se vio en los últimos años prendido al número 1 del ranking. Minutos después de que el reloj marcó la hora de juego, Nishikori soltó una derecha que se fue larga y el set se puso 4-0 para el serbio, que estaba sólido, con otro semblante y tenía todo bajo control. Luego, se sucedieron dos quiebres más, primero el japonés y luego "Nole", que se lo llevó por 6-1 ante un Nishikori que no corrió las últimas pelotas. Tras una pasada por el vestuario, se renovaron las esperanzas para el tercer parcial.

Todas esas emociones que se transmitieron en ese primer game del partido, se ampliaron en el tercer set. Volvieron esos peloteos largos, con ritmos variados, golpes de élite tenística y estrategias bien pensadas por ambos para aventajarse ante su rival. Los games promediaron entre 4 y 5 minutos cada uno, aunque llegaron a durar más. El partido estaba en su pico máximo y podía ser para cualquiera. Logró una mínima diferencia Djokovic al quebrar en el 1-1, pero rápidamente se igualó todo cuando Nishikori hizo lo propio con el servicio del serbio. Las mentalidades y las caras cambiaban segundo a segundo, cada punto era clave y cada game durísimo. A las dos horas de partido, sacó Nishikori 3-3 y el ex número 1 lo dio vuelta, quebró y mantuvo para ponerse 5-3 y estar a un paso de la semifinal. Dos derechas malas del japonés, una ancha y una larga le bastaron a "Nole" para sellar su pase a la siguiente instancia y ganar un partidazo que comenzó perdiendo jugando terriblemente mal y terminó mostrando un nivel excelente, casi del número 1 que conocíamos. Se mostró mejor que ante Ramos Viñolas desde lo físico, y en 2:21 hs ganó el partido por 2-6, 6-1 y 6-3.

Ahora se viene Rafael Nadal. Una parada dificilísima en semifinales nada más ni nada menos que ante el rey del polvo. Mucho tiene por mejorar aún Novak Djokovic si quiere volver a estar en la cima del ranking mundial, pero para eso falta tiempo. Su objetivo es ser finalista mínimamente para defender los 600 puntos que hizo el año pasado en Roma, pero deberá superar a la bestia española, que viene de derrotar en 3 sets a Fabio Fognini.

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Sobre el autor
Alejandro Epifani
Periodista Deportivo - 21 años - Rosario, Santa Fe - Escribo sobre Newell's Old Boys y sobre tenis