Asoma ya la edición 2018 de Roland Garros, llega el segundo Grand Slam del año. La cita es en Francia, en París más precisamente. El complejo sede, llamado State Roland Garros, se teñirá nuevamente de banderas de todos los países recorriendo sus pasillos, sus gradas, y sus estadios, en busca de que los espectadores vean el mejor tenis sobre tierra batida. Pero aquí en VAVEL.com nos centramos en una sola bandera, la argentina. Y lo que ella representó a lo largo de este histórico torneo, con abanderados de la élite tenística, como Guillermo Vilas, David Nalbandian, Gastón Gaudio y Juan Martín Del Potro entre otros tantos. Uno de los Cuatro Grandes, que estará integrado en este 2018 por siete argentinos, quienes son Juan Martín Del Potro (6º), Diego Schwartzman (12º), Leo Mayer (43º), Federico Delbonis (66º), Guido Pella (81º), Horacio Zeballos (101º), Guido Andreozzi (109º). 

Primero comenzaremos repasando el camino de cada uno en el torneo pasado. El que más lejos llegó fue Horacio Zeballos, quien en 4ª ronda se despidió ante Dominic Thiem. Lo siguen detrás, en una instancia menos, Del Potro y Schwartman, que cayeron contra dos tenistas de primera clase, como Andy Murray y Novak Djokovic (el Peque lo llevó a 5 sets), respectivamente. Pero aquellos que no pudieron dar ni siquiera el primer paso fueron dos, Delbonis, que perdió con Kravchuk, y Pella, que se fue tras enfrentar a Delpo en primera ronda. Además jugó Charly Berlocq, que se fue en primera ronda también, Renzo Olivo que eliminó al local Tsonga y luego quedo eliminado ante Edmund, Nicolás Kicker que fue derrotado por el uruguayo Pablo Cuevas en sets corridos y Marco Trungelliti, que tras perder con García López se quedó fuera del certamen. Este año tendrá un debutante en cuadro principal, Guido Andreozzi quien accedió al Grand Slam tras haber completado con victorias sus tres partidos correspondientes de la qualy.

En cuanto a los participantes que tendremos desde este domingo en Roland Garros, el que más lejos llegó históricamente fue Juan Martín, que alcanzó las semifinales en el año 2009, donde quedó eliminado ante Roger Federer, quien luego terminaría siendo campeón de esa edición, cortando el tetracampeonato que llevaba en aquel entonces Rafa Nadal. Detrás de él, nadie llegó siquiera a cuartos de final. Lo mejor que hay fue la cuarta ronda de Zeballos el año pasado, luego alcanzaron tercera ronda Mayer cinco veces, y Schwartman, y nunca superaron la segunda ronda Pella, Delbonis.

Pero si de historia argentina y de instancias hablamos, no podemos dejar de describir el extenso pasado, que tuvo a grandes nombres del tenis nacional cerca de lograr un título en París. De hecho, hubo dos campeones en la arcilla de la Philippe Chatrier (anteriormente llamada Tribuna Central): el grandioso y único Guillermo Vilas, una eminencia de este deporte en el país, y Gastón Gaudio, un hombre que logró una hazaña que lo colocó entre los tenistas más destacados del certamen. Roland Garros, junto al US Open son los únicos dos Grand Slams en los cuales dos argentinos diferentes fueron campeones (Vilas y Del Potro en Estados Unidos). Pero detrás de ellos, los que más lejos llegaron fueron: a semifinales, José Luis Clerc en 1981, Franco Squillari en 2000, Guillermo Coria en 2003, David Nalbandian en 2004 y 2006, y Juan Martín Del Potro en 2009; a la final accedieron tres nombres: Guillermo Vilas en 1975, 1978 y 1982, Guillermo Coria en 2004 y Mariano Puerta en 2005.

Los campeones

Guillermo Vilas - Roland Garros 1977

A sus 24 años comenzó a escribir la primera página de la gloria argentina en el tenis. En una época donde pocos practicaban este deporte en nuestro país, sus hazañas en las canchas empezaron a llegar a los oídos de sus compatriotas. Y el tenis explotó. No hay estadísticas oficiales de la época pre-Vilas aunque se habla de unos 70 mil jugadores aficionados. Pero ese año 1977 fue el año del boom. Porque Vilas consiguió su primer Grand Slam, y lo que es aún mejor, se convirtió en el primero de los tres tenistas que conquistaron uno de los Cuatro Grandes nuestro país.

Venía de perder en la segunda ronda de Roma y esa derrota, sorpresiva para quien a esa instancia de 1977 ya había conseguido tres de sus 16 títulos de aquella temporada, le permitió llegar a Roland Garros con el tiempo necesario para preparar hasta el último detalle. Junto a Ion Tiriac, el marplatense se preparó para arrasar la capital francesa.

Lo demás es historia ya contada. Triunfó ante el yugoslavo Zeljko Franulovic (su verdugo de Roma) por 6-1, 6-2 y 6-4, venció al chileno Belus Prajoux (el único que le sacó un set) por 2-6, 6-0, 6-3 y 6-0, al sudafricano Bernard Mitton por 6-1, 6-4 y 6-2, al estadounidense Stan Smith por 6-1, 6-2 y 6-1, al polaco Wojtek Fibak por 6-4, 6-0 y 6-4, y al mexicano Raúl Ramírez por 6-2, 6-0 y 6-3 en las semifinales. Faltaba solamente un escalón para alcanzar la gloria. Quedaba apenas el estadounidense Brian Gottfried, quien le había ganado ese mismo año las finales de Baltimore y Palm Springs, aunque Vilas lo había superado en la Copa Davis semanas antes.

Aquella final fue la más abultada de Roland Garros, fue 6-0, 6-3 y 6-0. Todavía tiene el récord de menor cantidad de games jugados en una final de este certamen: sólo fueron 21. Es superado a nivel Grand Slam nada más que por la final que Jimmy Connors le gana a Rosewall por 6-1, 6-0 y 6-1 en el US Open del ’74. Pero Vilas fue el único que en una final de Grand Slam obtuvo dos sets sin ceder games, con esa contundencia abismal reflejada en aquel resultado. Solamente un set en todo el torneo perdió, algo que nada más Rafa Nadal superó, saliendo campeón en este certamen sin otorgar sets, en 2008, 2010 y 2017.

Gastón Gaudio - Roland Garros 2004

Gaudio arribó a París con un buen nivel de juego, pero su ánimo se elevó por las nubes tras derrotar en la primera ronda a su compatriota Guillermo Cañas en cinco sets. Tras ese gran triunfo, el bonaerense sufrió nuevamente en la segunda ronda, superando al checo Jiri Novak otra vez en cinco.

El Gato jugaba por momentos muy bien y por otros caía en esas clásicas lagunas que lo llevaban a enojarse, gritar y perder la concentración en medio de los partidos. Sin embargo seguía avanzando, dejó en el camino al sueco Thomas Enqvist cediendo un set, en los octavos de final eliminó al ruso Igor Andreev por 6-4 7-5 y 6-3 y en los cuartos apabulló, nada más ni nada menos, que al ex número uno del mundo, el australiano Lleyton Hewitt, por 6-3, 6-2 y 6-2, en uno de los mejores partidos que jugó en su carrera.

En las semifinales le ganó a otro argentino, David Nalbandian (por entonces 4º del mundo), por 6-3, 7-6 y 6-0. El cordobés, que en la ronda anterior había eliminado al brasileño Gustavo Kuerten (tres veces ganador de Roland Garros) era uno de los candidatos al título, y quedar en cero en el set final mostraba a las claras el enorme nivel que el Gato tenía.

En la final se daría un memorable partido para todo el país. Del otro lado estaba el Mago Coria (3º del ranking), acérrimo rival de Gastón. En el primer set, lo consumieron los nervios y cayó 6-0. En el segundo mejoró, pero Coria no le dio tiempo de desplegarse, y fue 6-3. El Mago se encaminaba a una consagración segura, pero, promediando el tercer parcial, Gaudio ganó un gran punto y ante la ovación de la gente levantó sus brazos y comenzó a reírse mientras el público hacía la famosa “ola”. Ese momento de distensión marcó un antes y un después en el encuentro porque Coria se puso nervioso, comenzó a sufrir calambres, bajó notoriamente su nivel y terminó cediendo el set por 6-4. Con dificultad para moverse y correr en el cuarto set, y tras intervenciones del fisioterapeuta, Coria perdió 6-1 y de repente tenía todo equilibrado. Era un quinto set a muerte. 

Cuando comenzó el quinto, Coria parecía bastante recuperado y entonces el partido se convirtió en una película mezcla de drama y suspenso. Gaudio no podía desplegar su mejor nivel y el Mago consiguió acceder a dos match points, uno de los cuales lo perdió por un par de centímetros.

Finalmente la gloria quedó para el Gato tras un estupendo revés cruzado que dejó sin chances a su rival y le dio el campeonato en un 8-6 final. La raqueta revoleada por el aire, el grito desencajado son postales inolvidables del 6 de junio de 2004, una fecha que quedará grabada para siempre en el deporte argentino.

Ganó este torneo sin ser cabeza de serie, uno de los tres tenistas que lo logró en la Era Abierta después de Matts Wilander en 1982 y Gustavo Kuerten en 1997. Además es uno de los cuatro que en una final salió de dos sets abajo en Roland Garros, tras Bjorn Borg en 1974, Ivan Lendl en 1984 y André Agassi en 1999.