Kyrgios se repone y sigue en carrera

El australiano Nick Kyrgios venció por 7-5, 2-6, 6-4 y 6-2 al moldavo Radu Albot en la noche de New York. Ahora lo espera en segunda ronda el francés Pierre-Hugues Herber. De pasar iría contra su majestad Roger Federer.

Kyrgios se repone y sigue en carrera
El saque el arma positiva y negativa del australiano. Imagen: Zimbio
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Por Rodrigo Desmedt

Ayer se vieron las dos caras de Kyrgios, en los primeros parciales fue el Nick malo, el que se queja que no se mete en el partido, el que por momentos se torna insoportables de aguantar en una cancha de tenis. En el tercer y cuarto set cambió totalmente la mentalidad, empezó a jugar en serio, golpeó en los momentos que debía jugar y fue netamente contundente.

Ayer, Rudu Albot duró competitivamente dos sets, ya que en los dos primeros el moldavo hizo todos los deberes, fue el mejor alumno de la escuela. No cometió muchas dobles faltas, ante un rival que le pegaba más fuerte al segundo saque que al primero, y además siempre metió más pelotas que Kyrgios y eso lo llevó a estar a tiro de llevarse la primera manga y de ganar fácil la segunda.

En el primer parcial, el australiano entró a la cancha intolerable, tiraba todo lo que pasaba por su raqueta, sin tomar pausas en su juego y fue así que tras un concierto de dobles faltas le cedió al moldavo el servicio en cero en el cuarto juego. Tras ello Albot no tuvo la entereza de ponerse en papel de dominador del juego y cuando debía sacar para confirmar el quiebre, no fue eficiente con su primer servicio y permitió que la mano de Nick haga estragos y que le arrebate el saque para quedar igualados.

Tras el quiebre de Nick, tuvo un momento de lucidez y fue así que volvió a quebrarlo en el undécimo game y a quedarse con el primer set por 7-5.

El segundo set fue para Kyrgios una obra maestra del terror, ya que sacó pésimo, le enseñó a todos los que aman este deporte todo lo que desde el punto de vista técnico no se debe hacer, cometió muchos errores tontos, jugó para su rival y por sobre todo no tomó en cuenta uno de los conceptos básicos del tenis, “gana el que mete la última pelota”.

El saque de Kyrgios en este parcial fue peor que en el primero y gracias a ello el Albot tuvo 10 puntos de quiebres contra ninguno de su rival, pudiendo capitalizar dos y así quedándose con un parcial en el que el australiano prácticamente hizo los puntos de los dos.

Pero tras un mal comienzo de partido, en la silla tras perder el segundo set, se calibró. No dejó de pegarle al segundo como al primero, pero sí estuvo preciso, por ello el australiano corrigió el saque tirando bien la pelota, y a la potencia le dio todo el efecto del mundo para que sus saques sean indescifrables para Albot.

Gracias a ello, Nick se empezó a ordenar, no tuvo problemas con su servicio, le quebró el saque a su rival en el séptimo juego para quedarse con el set.

Kyrgios había cambiado, dejó de errar, sus porcentajes de saques directos empezaron a superar los de doble falta y fue así que inclinó totalmente el partido a su favor. Kyrgios no solo fue efectivo con su servicio, sino que empezó a ser una máquina de devolver, con tiros bien angulados y eso empezó a generar una presión tremenda en su rival.

Fue así que el cuarto parcial fue un monólogo del australiano, se puso rápidamente en ventaja por 4-0 quebrando dos veces consecutivas a su rival y con un concierto de saques ganadores Nick viajó derecho a la segunda ronda.

No fue fácil el partido para Kyrgios, ya que debió batallar mucho hasta encontrar su juego, pero lo importante para el australiano es que se mantuvo “serio” y que pudo revertir la situación sin la necesidad de cometer tantos errores.

Ahora lo espera Pierre-Hugues Herber, el francés ya le ha ganado el año pasado en Wimbledon y por ello tras el partido Kyrgios manifestó: “Él tiene un gran servicio. Él me ha vencido antes. Entonces va a ser difícil”.