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Iguodala devuelve a Philadelphia 76ers a la realidad

Los 76ers han experimentado la primera derrota de la temporada, tras tres partidos invicto. Unos Warriors intachables dejaron el partido visto para sentencia al descanso (42-66), pero, no contentos con esto, siguieron apretando hasta llevar la diferencia más allá de los 30 puntos. Un último cuarto intrascendente maquilló un marcador abultado, a pesar de la mayor producción local en los últimos 12 minutos. (Foto: Jesse D. Garrabrant | Getty Images).

Iguodala devuelve a Philadelphia 76ers a la realidad
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Por Carlos Rey Estévez

"La vida es sueño y los sueños, sueños son", decía Calderón de la Barca. Y en sueño se ha quedado la tentativa de Philadeplhia de dar comienzo a su temporada con una semana perfecta. Ni los más optimistas habrían predicho que estos 76ers serían capaces de derrotar a los bicampeones Heat o a los poderosos Bulls de Derrick Rose, además de a unos Wizards que apuntan a playoffs. De hecho, todo adelanto de la temporada se parecía más a lo que pudimos contemplar esta noche en el Wells Fargo Center: la debacle de unos jovencísimos 76ers. 

Golden State Warriors sacó a la palestra todo su arsenal: sabían que todos los ojos estarían puestos sobre ellos y quisieron demostrar a la NBA de lo que son capaces. Esta noche Philadelphia (y gran parte de los aficionados a la NBA) se acostará con un punto menos de ilusión, la ilusión que confería ser testigo de como, durante 48 minutos, un equipo era capaz de obrar lo imposible. El golpe de autoridad de los Warriors borró de un plumazo todo atisbo de magia a orillas del río Delaware.

Curry e Iguodala intercambian papeles

Esta noche hemos sido testigos de lo que todos los expertos preveían que llegaría tarde o temprano: la caída en picado de Philadelphia. Los jóvenes 76ers volaron demasiado alto, haciendo más dura si cabe esta caída. Ni siquiera Michael Carter-Williams, recién nombrado Jugador de la Semana de la Conferencia Este, pudo salvar a los suyos. Cuando jugadores de la talla de Stephen Curry, Klay Thompson, David Lee y hoy, sobre todo, Andre Iguodala, tienen su día, poco se puede hacer para evitar la catástrofe.

Andre Iguodala fue el verdugo de los 76ers. (Foto: Howard Smith | USA TODAY Sports).

Poco fue justamente lo que hizo Philadelphia: comenzaron el partido con el inocente planteamiento defensivo de intentar frenar a Stephen Curry y Klay Thompson mediante superioridad numérica. La idea no sería mala de no ser porque centrar los esfuerzos de Carter-Williams, Turner y Anderson en dos hombres dejaba libre a un tercero en discordia que, cuando se lo propone, es igualmente mortífero: Andre Iguodala. El resultado, incontestable: 11 puntos de Andre Iguodala, gracias sobre todo a 3 triples anotados en 4 intentos, todos ellos con presión defensiva escasa o inexistente. Si a esta dejadez en la marca individual del alero de Golden State sumamos las 6 pérdidas de Philadelphia, de las cuales sus rivales sacaron 10 puntos, la ecuación es clara. Añadiendo a la mezcla que los 76ers sólo consiguieron sacar un punto de las 5 pérdidas visitantes, el cóctel es más mortífero si cabe, haciendo parecer bueno el 36-22 que reinaba en lo alto del Wells Fargo Center a la conclusión del primer cuarto.

Iguodala llegó al descanso con 27 puntos

Lejos de cambiar la dinámica, Philadelphia siguió pecando de los mismos errores cuando el juego se reanudó. Si bien esta vez los Sixers fueron capaces de defender mejor a todo el equipo rival (dejar en 14 puntos a Curry, Lee y Thompson no es poco), Andre Iguodala terminó de explotar, dando un recital. Tres triples más salieron de sus manos, igualando su record personal (6) al descanso. Las cifras, incontestables: a sus 11 puntos del primer cuarto se suman los impresionantes 16 del segundo, sumando un total de 27. Mientras, a diferencia de lo habitual, el que dirigía desde la sombra y daba cohesión al equipo no era otro que Stephen Curry. En silencio, el menudo y talentoso base había logrado 9 asistencias, acompañadas de unos más discretos 9 puntos y 4 robos, así como 4 rebotes. A falta de acierto anotador (0 de 6 en triples), la estrella se puso el mono de trabajo. El descanso llegaba con las caras largas de los aficionados y jugadores locales, a propósito del aparentemente insalvable 42-66 que se habían llevado tras dos cuartos de dominación absoluta de Golden State.

Haciendo leña de árbol caído

Hace tan solo tres días éramos testigos de una sucesión de hechos bien parecida a la que se estaba viviendo esta noche: gran ventaja al descanso, enormes diferencias en el juego... con la salvedad de la remontada de Philadelphia ante los Bulls. Quizás prevenidos de lo que estos Sixers son capaces, quizás por simple orgullo, los Warriors salieron del vestuario dispuestos a seguir mandando sobre el parquet del Wells Fargo Center.

El ímpetu de los locales dejaba claro que buscaban otra reacción como la que habían tenido días antes, pero sus rivales no dejaron dudas: llegaron a Philadelphia con la intención de ganar y no se irían de allí sin su victoria. Esta vez Curry, aprovechando el bajón en la presión defensiva de los 76ers, rindió a su nivel habitual en ataque, con 11 puntos y 2 triples en 3 intentos. Además, a estos números añadió unos sorprendentes 6 rebotes que, sumados a sus 3 asistencias, completarían el segundo triple-doble de su carrera: 18 puntos, 10 rebotes y 12 asistencias (más la mención honorífica a sus 5 robos).

Stephen Curry logró el segundo triple-doble de su carrera

Evan Turner aprovecharía este cuarto para engordar ligeramente sus cifras, llegando a los 18 puntos. Misma anotación obtuvo Carter-Williams, aunque jugando gran parte del último cuarto y siendo el único titular en pista durante todo el periodo. Sus puntos no tuvieron repercusión en el marcador final, sobre todo si los comparamos con las pérdidas de balón, 5 para Turner y 6 para Carter-Williams. Fueron una de las principales losas que tuvo que suportar el equipo, que ya se enfrentaba de por sí a una jornada complicada, en la que completó los tres primeros cuartos con un demoledor 65-98.

El último cuarto no merece más mención, sin contar con participación de titulares más allá de la ya mencionada de Carter-Williams. La segunda unidad de Philadelphia, liderada por su joven base, superó a la de Warriors, dejando la diferencia en 20 puntos. El 90-110 final refleja el dominio de Golden State a lo largo de todo el partido, pero el maquillaje final desluce lo que había sido un partido demoledor de los visitantes.

Un golpe en la mesa no debe romperla

La victoria de Golden State ha sido clara e incontestable. Sin embargo, esto no debería desmotivar a Philadelphia. No luchará por entrar en playoffs, pero como plantilla joven y con aspiraciones de adquirir piezas de primer nivel en el próximo Draft, debe empastar al equipo actual lo más posible. Esta primera semana ha dejado claro que Carter-Williams es una realidad y el éxito futuro de la franquicia pasa por sus manos. Estas aspiraciones a largo plazo dependen en gran medida de su desarrollo durante estos primeros años en la NBA.

Por su parte, los Warriors dejan claro que han vuelto, más fuertes que la temporada pasada. La ausencia de Jarrett Jack (ahora en Cavaliers) no se notará si Iguodala ofrece el nivel que ha demostrado estos primeros partidos de temporada regular. Más allá del espejismo de esta noche (Iguodala no anotará 30 puntos por norma general), la calidad del jugador, su entrega y, según hemos podido comprobar hoy, su compenetración con el equipo, son más que seguras. Si esta química sigue evolucionando y explotan al máximo el potencial que atesoran Curry, Thompson, Iguodala y Lee (más el trabajo de Bogut y la aportación desde la segunda unidad de Barnes), este equipo debería tener algo importante que decir una vez termine la temporada regular.