Que Orlando Magic es un equipo joven e inexperto es algo de sobra conocido por aquellos familiarizados con la NBA. También es un equipo con personalidad, sin complejos ni tapujos, capaz de amargar la noche a cualquier oponente, como así aconteció en el enfrentamiento ante Los Ángeles Clippers, favoritos a todo esta temporada.

Los de Florida se presentaron enchufados desde el primer minuto, anotando con facilidad a través de Afflalo, en los primeros compases, y Oladipo tras su salida desde el banquillo. El número dos del draft, el nuevo Mickey Mouse de los Magic, todo un “tribunero” por su eléctrica forma de jugar que tanto adoran los seguidores estadounidenses, irrumpió de manera explosiva en el partido, sin ningún tipo de reparo a la hora de lanzar a canasta, demostrando gran autoconfianza. Junto a él en este primer cuarto destacaron Harkless, habilidoso en ataque, un contundente Moore y Vucevic, de cuya estratosférica actuación se hablará más adelante.

Por parte de los Clippers apenas podríamos destacar en este primer cuarto a Griffin, acertado con su tiro de 4-5 metros, marca registrada, y al de siempre, Chris Paul. El base de Carolina del Norte es el metrónomo de los angelinos, marca el compás que debe seguir su orquesta según su criterio. Cuando él está acertado su equipo se contagia, el baloncesto fluye y los demás rinden, pero cuando desaparece arrastra a sus compañeros consigo. En este primer cuarto fue de lo mejorcito, hasta que Doc Rivers decidió darle descanso por un desacertado Collison. Finalmente el primer periodo concluyó 29-20 para los locales.

En el segundo cuarto el panorama no cambió para los Clippers. Orlando se mostraba solvente en sus ataques, con un perfecto juego “dentro-fuera” interpretado por sus hombres interiores, que sacaban el balón a posiciones relativamente cómodas para los tiradores Magic. En cambio, los californianos abusaban del tiro de tres sin encontrar recompensa alguna, como se traduce del lamentable 0-8 en triples al descanso. Otro de los problemas al que tuvieron que hacer frente fue la rotación. La segunda línea de los Clippers era incapaz de frenar los ataques de los impulsivos Magic liderados por Oladipo, a la vez que no producía puntos para su equipo. Barnes no jugó y su equipo lo acusó profundamente, pues ni Mullens ni Green anotaron en todo el encuentro y Collison sólo sumó dos tantos. Sólo Crawford, de cuyo acierto como sexto hombre dependen sobremanera, encestó para el banquillo agelino. Parecía que Crawford revitalizaría el ataque de su equipo pero más bien evitó un marcador sonrojante, aunque seguramente no la charla de Rivers en los vestuarios.

Las continuas pérdidas de los Clippers fueron aprovechadas a la perfección por los Magic, quienes encontraron en los últimos compases del primer tiempo al voraz anotador de otros tiempos Jameer Nelson. Sin embargo, la principal figura en este cuarto (como en todo el encuentro) fue Nikola Vucevic. Los aficionados comprobaron la amplia carta de movimientos y recursos ofensivos que tiene el menú de este joven center, que ridiculizó en algunas acciones a Blake Griffin y casi firmó un doble-doble al descanso (14 puntos, 9 rebotes). Al final antes de enfilar a vestuarios el marcador reflejaba un 57 a 42 y un 55% en tiros de campo para los de Florida, más intensos y con muchas más ganas que sus oponentes.

Reacción en el tercer cuarto

Puede que la regañina de Doc en el descanso surtiera efecto o puede que los Clippers se relajaran un poco en la primera parte a sabiendas de su superioridad. El caso es que el tercer cuarto tuvo una puesta en escena totalmente opuesta. Vucevic desapareció, pero emergió el ex de Orlando JJ Redick. Él junto con Paul y sus asistencias fueron los artífices de un parcial de 13 a 5 en el inicio de la segunda mitad, donde los Magic salieron dormidos con un juego desordenado y alocado, propio de jugadores jóvenes. Los Clippers incrementaron notablemente su bagaje defensivo, propiciando un 3 de 11 en tiros para los de Orlando en 9 minutos. Griffin se erigió como baluarte del equipo, impecable en defensa y acertadísimo con su tiro de media distancia, lo cual ayudó a su equipo a remontar el encuentro. A la conclusión del tercer periodo, el mejor sin duda de los californianos, el parcial reflejaba un 32-15 para un marcador global de 74 a 72 favorable a los Clippers. Redick se reivindicaba con 16 puntos, mientras que Griffin ponía cifras a su partidazo con 20 tantos.

El impecable tercer cuarto hacía pensar en una remontada y victoria fácil de los angelinos. Pero solo fue un espejismo al no mostrar continuidad en su gran juego. Las defensas apretaron y apenas anotaron ambos equipos en el inicio del último cuarto. Los jugadores no encontraban posiciones cómodas para tirar gracias a la labor de las pizarras de los entrenadores. Nicholson y Harkless pusieron a los Magic 83-80 arriba, pero Paul reaccionó rápidamente para empatar instantes después a 86. Pero llego el tiempo de Nikola Vucevic. El montenegrino se echó el equipo a la espalda como no demasiado tiempo atrás hacía un pívot que frecuenta ahora Houston, y anotó los últimos diez puntos de su equipo de manera consecutiva, rompiendo así la igualdad vigente en pista. No obstante, a falta de 23 segundos y con cuatro arriba para los Magic, Paul tuvo la oportunidad de apretar el encuentro, pero inexplicablemente falló una bandeja fácil. Resultado, rebote de Vucevic y final del partido.

Esta es ya la segunda derrota de los Clippers en cinco encuentros, demasiadas para la franquicia favorita a acabar la temporada regular con el mejor récord del Oeste. A Doc todavía le queda trabajo por hacer. Desde la otra perspectiva, los Magic firman el mismo bagaje que sus rivales de anoche y dan muestras de que pese a sus limitaciones, piensan plantar cara a cualquiera. Talento tienen de sobra.