Con CSKA (por amplitud, variantes y calidad de plantilla) y Real Madrid (por historial reciente, estado de forma y ser el anfitrión de la competición) como grandes favoritos, junto con la eterna amenaza de otra exhibición del eterno Spanoulis, aterriza Fenerbahçe Ülker en su primera Final Four con la etiqueta de segundo espada y sin ver cómo su gran temporada se convierte en ruido mediático. Sin duda, un rol que su entrenador, ganador de ocho ediciones de la máxima competición europea, agradece y sabrá aprovechar como beneficio propio. El equipo turco, con una plantilla llena de talento e ideas claras en su juego, llega a esta Final Four tras sobrevivir al grupo de la muerte en el top16 y barrer a Maccabi Tel Aviv, actual campeón de Europa, con un contundente 3-0 en cuartos de final. Con el todoterreno y recientemente nombrado MVP Nemanja Bjelica, la voracidad anotadora de Andrew Goudelock y una batería de secundarios de una calidad enorme (Bogdanovic o Vesely entre otros), este Fenerbahçe Ülker quiere hacer historia ganando la primera Final Four de la entidad turca.
Fenerbahçe Ülker: estilo de juego
En la segunda temporada de Zeljko Obradovic a bordo del transatlántico turco, ya comienzan a apreciarse las características en el juego que han acompañado al entrenador serbio a lo largo de su laureada y dilatada carrera. Un eficiente juego en estático ofensivo y una defensa agresiva y con iniciativa son los rasgos principales de un equipo turco que llega a la cita de Madrid en el mejor momento de la temporada.
1.- Bloqueo central
Si hay algo característico en la libreta de Obradovic en fase ofensiva, eso es el amplio dominio del bloqueo central. Con Goudelock prácticamente aislado en su totalidad de cualquier peso creativo, esta ejecución recaía sobre los otros jugadores exteriores: especialmente el joven Bojan Bogdanovic, Emir Preldzic y en menor medida Kenan Sipahi. Con la llegada de Nikos Zisis a lo largo de la temporada, es el jugador griego el encargado de llevar a cabo esta jugada tan básica pero efectiva desde la segunda unidad. Una vez realizado el bloqueo, y gracias a la fantástica lectura de la defensa rival de los jugadores encargados de ejecutarlo, el equipo turco se encuentra con dos variantes a explotar: aprovechar un posible mismatch entre hombre alto y hombre bajo o buscar a la vez un bloqueo indirecto sobre Andrew Goudelock que aprovecha el despiste de su rival al sentirse alejado del foco principal de la jugada.