El éxtasis veraniego parece haberse disipado en la NBA con las franquicias a punto y las plantillas, incluyendo training camp, listas. Pero en Ohio mantienen un problema mayúsculo desde hace tres meses. Aunque a David Griffin y sus compañeros de directiva no parece preocuparles mucho, Tristan Thompson sigue sin estar de acuerdo con los términos que una y otra vez la front office de Cleveland le plantea. Su último gesto ha sido rechazar la oferta cualificada que expiraba ayer y por la que percibiría 6,8 millones de dólares el próximo año para acabar siendo agente libre en 2016.
El interior a las órdenes de David Blatt ha ignorado varias ofertas a lo largo del periodo estival incluyendo una máxima de 80 millónes de dólares por cinco temporadas. Pero es que el canadiense busca el máximo ingreso posible en un contrato multianual que le satisfaga. Recientemente su oferta fue de tres años y 53 millones de dólares que las oficinas de los Cavaliers volvieron a desestimar.
La situación no parece muy dramática para LeBron James y compañía, más allá de que la estrella de Akron ya haya insistido en que se resuelva el tema y el principal reboteador ofensivo de los Cavaliers ya se esté perdiendo entrenamientos de pretemporada sin posibilidad de ser sancionado al no pertenecer a la disciplina del equipo. De aquí en adelante queda esperar que los de Ohio vuelvan a realizar la oferta cualificada, ya que tienen que formalizarla para que se pueda firmar tras haber expirado la anterior. Por otro lado, que Thompson negocie con cualquier otra franquicia, aunque Cleveland tendrá el derecho a igualar tales ofertas si lo cree conveniente. O por último que ambas partes lleguen a un punto común y firme un contrato de varios años para pertenecer otra vez a los finalistas de la NBA.