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Las individualidades no dan victorias

Un partido monótono tras el primer cuarto, debido a la ventaja que ya tomaron los angelinos. A partir de ahí administrar la ventaja fue lo único que tuvieron que hacer.

Las individualidades no dan victorias
Okafor intentando un canasta ante Young y Randle | Foto: NBA.com (Sixers)
martivila
Por Martí Vilà

Tras ocho derrotas consecutivas y no terminar de encarrilar los partidos al final, Los Ángeles Lakers llegaban a Philadelphia para intentar revertir la situación ante, a priori, uno de los equipos más fáciles para hacerlo. Sin muchos problemas pudieron sacarse de encima a Embiid y compañía nada más empezar el partido.

Los Sixers, por su parte, siguen con la mala racha, y encadenan ya ocho derrotas en los últimos diez partidos. Ayer no conseguían meterla ni en una piscina, eso fue lo que perjudicó al equipo de cara al final del partido e intentar la victoria. A pesar de perder por 11 puntos, podrían haber sido más, si no fuera por las individualidades de jugadores como Embiid, Okafor o Stauskas.

Un inicio brillante es suficiente

Comenzó el partido y solo un equipo había entrado enchufado, Los Ángeles Lakers. Un parcial de 13-2 a favor de los angelinos dejó visto para sentencia el partido. Tras el primer cuarto y un D'Angelo Russell más inspirado que nadie, junto a la ayuda de su compañero, Julius Randle, dejaban el marcador con una ventaja de 12 puntos para los de Luke Walton.

A partir de ahí, la única faena que tuvieron fue mantener la ventaja, ventaja que en ningún momento del partido bajó de los siete puntos. Con los titulares en pista bastó para conseguir la victoria, aunque los suplentes no estuvieron del todo mal, hasta entrados en el tercer cuarto, donde ahí se durmieron.

Nance Jr y Ingram junto a Saric para coger un rebote | NBA.com (Lakers)
Nance Jr y Ingram junto a Saric para coger un rebote | NBA.com (Lakers)

Lou Williams sacó las castañas del fuego a su equipo en los dos últimos cuartos en los momentos en que los suplentes hacían acto de presencia. El veterano del equipo, terminó con 18 puntos y un +2 con él en pista. Nick Young y Jordan Clarkson tuvieron un buen partido personalmente, ambos terminando con dobles dígitos.

El rookie no tuvo la noche, y terminó solo con dos puntos, tres rebotes y una asistencia, pero con porcentajes malos de tiro. Finalmente, los Lakers, que tuvieron algún momento de desconexión, se llevaron la victoria sin muchas contemplaciones.

Ser superiores en la pintura no es suficiente

Desde que en 2013 Nerlens Noel fichara por los Sixers tras ser elegido por Pelicans en el draft, en 2014 Joel Embiid saliera como número tres del draft por los Sixers y en 2015 Okafor, también como tres, se juntaban por primera vez en pista desde que los tres militan bajo las órdenes de Brett Brown. Dominaron las dos últimas elecciones, los pívots titulares. El Big Ball funciona a la perfección en los Sixers, pero la restricción de minutos impide que puedan luchar por partidos que podrían ganar.

Un equipo sin ideas en los ataques estáticos, solo balones al poste y que Okafor y Embiid se la jueguen ante Mozgov y Deng. Lejos del aro, ni Sixers ni Lakers tuvieron la noche, muy fallones en todos los compases del encuentro. Solo Embiid y Stauskas dieron la cara en ese aspecto, ambos con un 50% de acierto en cuatro intentos.

Embiid tira ante la oposición de Mozgov | Foto: NBA.com (Sixers)
Embiid tira ante la oposición de Mozgov | Foto: NBA.com (Sixers)

Desde el banquillo poco se pudo ver, solo un buen Ilyasova, solucionando aspectos que desde el quinteto titular no podían. Terminó con un doble-doble y un +5 con él en pista. Muy desarcetados Covington, que no tuvo el día desde lanzamientos exteriores, aunque terminó con 14 puntos y también el español, Sergio Rodríguez, que al parecer cuando tiene continuidad no responde como se espera de él. 

Seis aciertos de 31 intentos, un bagaje muy pobre si lo que intentas es competir ante equipos de nivel superior al tuyo. Los Sixers tienen que seguir mejorando muchos aspectos, pero sobre todo el de los lanzamientos exteriores.

Un partido que no decidía nada, únicamente confirmar el mal momento por el que pasan los Sixers y el renacer de los Lakers, que intentarán meterse en la lucha por los playoffs tras pasar una racha de ocho partidos consecutivos sin conocer la victoria. Las individualidades, como se pudo ver, no dan victorias.