Dos de los mejores equipos frente a frente. Los Boston Celtics iniciaban su gira de tres partidos por el Oeste y, para empezar, lo hacían en el sitio menos idóneo. Visitaban el Toyota Center, hogar de los enrachados Houston Rockets, que llegaban a la cita tras ganar sus últimos 14 partidos.
A principios de temporada los de Brad Stevens llegaron a encadenar 16 triunfos, pero recientemente habían atravesado una etapa de irregularidad. Además, otra derrota iba a dar más margen todavía a los Raptors, líderes del Este con las mismas victorias (44), pero en tres partidos menos.
Aun así, los pupilos de Mike D'Antoni ya estaban avisados. El pasado 29 de diciembre había tenido lugar el primer enfrentamiento entre ambos equipos. Ganaron los Celtics 99-98 después de que Horford anotara a falta de 3'7 segundos. Sin embargo, lo más impactante de ese resultado fue la remontada de 26 puntos que firmaron los verdes. Los Rockets no se podían relajar en ningún momento.
El banquillo, lo mejor de los Celtics
Con el balón ya en juego, los texanos marcaron un ritmo de juego muy alto. Iba a ser un encuentro de alta anotación, condición que favorecía al estilo de siete segundos de Houston. A falta de dos minutos para cerrar el primer cuarto el marcador reflejaba un 28-20 para los locales. No obstante, los de Boston reaccionaron con un parcial final de 12-2 que culminó Terry Rozier con un triple (30-32).
Tras los 12 primeros minutos había quedado una cosa muy clara: el banquillo de los Celtics estaba muy enchufado. De hecho, los cuatro hombres que representaron a la segunda unidad iban a sumar dobles dígitos en anotación.
En el segundo parcial esto fue a más. En un par de ocasiones se situaron con un +9 con Greg Monroe y Marcus Morris haciendo números. Mientras, los Rockets trataban de aguantar el envite con un gran Eric Gordon, que volvió a demostrar se condición como mejor sexto hombre de la pasada campaña, siendo el máximo anotador del partido con 29 tantos.
Pero con los titulares en pista, James Harden igualó a 50 tras un triple. Sin embargo, la primera parte iba a finalizar con un marcador favorable a los verdes (58-64), que no solo estaban manteniendo el ritmo, sino que lo estaban superando aunque éste no fuera acorde a su estilo.
No iba a ser la mejor noche de Irving y Harden: 6/17 y 6/18 en tiros de campo, respectivamente. Pero aun así, el Toyota Center estaba presenciando un auténtico partidazo entre estilos opuestos. Los Celtics estaban mutando en los Rockets, lanzando por encima del 50% de acierto desde el perímetro. Una cualidad que, sin duda, iba a ser indispensable si querían salir de ahí victoriosos.
Pero la ventaja era mínima y Houston siempre está al acecho. Tras la reanudación, los de Boston mantuvieron su liderazgo hasta que un parcial de 12-2, culminado por un triple de Gordon, puso a los líderes del Oeste por delante, aunque inmediatamente Irving igualó con su respectiva réplica desde más allá del arco (79-79).
El más 'clutch' fue Ariza
Restaban tres minutos del tercer cuarto y era importante llegar al último con ventaja. Finalmente los de Stevens se rearmaron y mediante la conexión Smart-Monroe, cerraron el periodo con un apretado +3 (86-89). Ya solo quedaban 12 minutos para definir si la racha de los Rockets se mantenía o si, por el contrario, quedaba destruida por unos grandes Celtics.
Una vez ahí, los triples protagonizaron el inicio del parcial. Marcus Morris siguió muy enchufado (5/7 3P) y llegó a poner el 102-108. De hecho, a falta de cuatro minutos por jugarse, esta ventaja se mantuvo tras un triple de Rozier, que dejaba todo en un 107-113 a pesar de los constantes intentos de Eric Gordon, que se empeñaba en conquistar casi todo desde el perímetro.
Pero en el clutch-time llegó el momento de los Rockets. Habían ido a remolque durante todo el encuentro pero, con 76 segundos por jugarse, cinco puntos consecutivos de Trevor Ariza iban a darle la vuelta a la situación (117-115). Era el momento de dar la estocada, aunque el muro celtic también iba a hacer acto de presencia.
Los de Boston lograron cerrar el paso hacia su aro, pero en Houston hicieron lo propio. Los errores se empezaron a suceder mientras el reloj no paraba de correr. Esto favoreció a los intereses de Houston, que finalmente se lo iba a jugar todo en los tiros libres.
En esos momentos, tanto Chris Paul como Kyrie Irving estuvieron acertados. Sin embargo, la estrella visitante erró uno a falta de 2'8 segundos (122-120). Entonces, con 2'3 por jugarse, Gordon también falló uno y dio esperanzas a los Celtics (123-120). Pero no quedaban tiempos muertos y el triple a la desesperada de Marcus Smart no entró.
De esta manera, se confirmaba la racha de 15 victorias consecutivas de los Rockets. Son el equipo más en forma de la NBA y ya están a solo un triunfo de los 16 seguidos que, precisamente, lograron los Celtics. Mientras, los verdes, aunque bien acomodados en la segunda plaza del Este, van a tener que remar mucho y esperar a que los Raptors fallen si quieren tener posibilidades de ser primeros.
MVP del partido: qué importante es tener un buen banquillo. Aunque el de Boston fue mejor en el global, el gran protagonista de las segundas unidades fue Eric Gordon. De nuevo, su capacidad para anotar fue un salvavidas para su equipo, que necesitó cada uno de sus 29 puntos (7/11 en triples). Además, también sumó tres rebotes y una asistenca.