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Derrick Rose: lo que pudo ser y no fue

Sucesor de Michael Jordan en los Bulls, despreciado por su franquicia y olvidado por muchos aficionados. De espaldas, Derrick Rose ha seguido en primera línea. 

Derrick Rose: lo que pudo ser y no fue
Fuente: Getty Images
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Por Álvaro Ayuso

Derrick Rose jamás tuvo una vida fácil. Su infancia vino marcada por su lugar de origen, Englewood, uno de los barrios más peligrosos de Estados Unidos, en la ciudad de Chicago. El joven jamás conoció a su padre, por lo que sus hermanos mayores, Dwayne, Reggie y Allan, intentaron ejercer de padres del chico, para evitar que cayera en cualquier banda callejera.  

D-Rose ya destacaba en las canchas, y en el instituto ya era toda una estrella. Llevó al a la Simeon Career Academy, donde jugaba, a ganar dos campeonatos estatales seguidos. Pero él lloraba todas las noches, deseaba sacar a su familia del infierno en el que vivían. Y el baloncesto era la salida.  

Las universidades se peleaban por el de Illinois, pero fue la de Memphis quien se llevó al base. Gracias a él, los Memphis Tigers eran imbatibles en la NCAA, llegando a su más alto récord, 38 victorias frente a 2 derrotas, clasificándose para la Final Four, pero cayeron en la final contra Kansas con un 75-68.  

Y entonces su oportunidad de brillar llegó. El 26 de junio de 2008, una noche cerrada, en el interior del Madison Square Garden. Con el número uno del Draft, los Chicago Bulls seleccionaron a Rose. Su oportunidad llegó siendo elegido por el equipo de su ciudad natal, en primera posición

Desde Elton Brand no ganaba el Rookie del Año un jugador de los Bulls, pero Rose lo consiguió de vuelta. En su primer año cosechó 16.8 puntos y 6.3 asistencias. Antes que Brand sólo lo había conseguido Jordan, y Derrick venía para ser un jugador franquicia tan mediático como él.  

En su debut en playoffs igualó la marca de 36 puntos de Kareem Abdul-Jabbar, siendo este el número más alto jamás alcanzado por un rookie en lo que a anotación en playoffs se refiere. Ademas, capturó 4 rebotes y realizó 11 asistencias en su victoria contra los Celtics. 

Pero aquel verano se destapa el primer escándalo de su carrera. Se demuestra que falsificó su prueba de acceso a la universidad de Memphis, por lo que todas sus marcas quedan anuladas, y la NCAA nombra a Derrick Rose ‘no elegible con carácter retroactivo’, pero no hubo consecuencias más allá de esa para el de Chicago, pasando por alto la gran mancha que quedaría en su expediente.  

En su año de sophomore la media de puntos asciende hasta los 20.8 puntos, siendo este el primero de su carrera en el que se cuela entre los nombres del All-Star. Por si no fuera poco, en el verano de 2010 fue parte de la selección estadounidense, junto con Durant, Curry o Iguodala, ganando la medalla de oro del campeonato.  

La temporada 2010-2011 llevó su nombre, unido a los gritos del United Center coreando ‘MVP’. 25 puntos de promedio, 7.7 en las asistencias, y liderando a los Bulls hasta los playoffs, con 62 partidos a su favor y sólo 20 en contra durante la temporada regular. Se convirtió en el MVP más joven de la historia, con tan solo 22 años. Algo que no consiguieron ni Michael Jordan, ni Kobe Bryant, ni LeBron James. Y, hablando del primero de estos tres, se convirtió también en el único jugador de los Bulls junto con Michael en conseguir este galardón.  

Pero los Heat de LeBron James, Dwayne Wade y Chris Bosh fueron los únicos capaces de romperle la ilusión a Rose, eliminando a los Bulls en las finales de la Conferencia Este con un 4-1.  

En el verano del 2011 Rose firmó por casi 300 millones de dólares, repartidos entre los Bulls, que le prometieron 95 millones por 5 temporadas; y Adidas, con 185 millones por 13 temporadas.  

La NBA sufrió un lockout en la siguiente temporada, dejando en 66 partidos la RS. Derrick solo disputa 39 de estos por un conjunto de molestias, aunque, sin él en una buena parte de la temporada, los Bulls consiguen ser los mejores del Este.  

Y con este percal se llegó al primer partido de playoffs del año 2012. Chicago Buls contra Philadelphia Sixers. El equipo de Illinois tiene una amplia ventaja cuando alcanzan en el contador los últimos dos minutos de partido, con un 87-99 en el minuto 1:24. El comienzo de la debacle de Rose.  

Balón para los Bulls, Noah bloquea fuera de la línea del triple, y Rose se enfila rápidamente para buscar la penetración. Da el primer paso, pero luego cae con los dos pies, forzando el pase hacia Boozer, de una forma un tanto extraña. Quedaban 8 segundos de posesión. Boozer consigue abrir el triple para Korver, que ve oportunidad de tirar, pero falla y la posesión es para los Sixers.  

Pero, de pronto, las cámaras enfocan a D-Rose en el suelo, dolorido. Se había esguinzado el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Entre 8 y 12 meses serían necesarios para el base de los Bulls, y el golpe fue tan duro para sus compañeros que perdieron los siguientes cuatro partidos, quedando como octavos de Conferencia.  

Si la recuperación iba bien, debía volver tras el parón del All-Star de 2013. Pero, pese a tener el alta médica, el jugador no se veía preparado psicológicamente para volver a ser el jugador franquicia que todos conocían. Jamás debutaría en aquella temporada, aunque se rumoreaba que volvería para disputar los playoffs.  

Volvió a las canchas el 29 de octubre de 2013, un año y medio después de su lesión, solamente anotando 12 puntos. A su vez, su novia de toda la vida, y madre de su único hijo, anunciaba la ruptura de la pareja en Instagram. Otro duro golpe en la vida del de Chicago. Tras disputar diez partidos, se lesiona el menisco derecho. Es decir, la rodilla que no se había lesionado en el fatídico encuentro contra los Sixers.  

Ese verano gana con Estados Unidos el Mundial de España, y acaba en la temporada 2013-2014 disputando más partidos con la selección que con los Bulls. En la siguiente temporada disputa 51 partidos, pero su físico ya no es para nada el mismo. Es incapaz de jugar dos meses seguidos sin perderse algún partido por estar lesionado.  

En el periodo estival de 2015, el jugador es acusado por delito de maltrato sexual a su exmujer, culpado de una violación en grupo a la que es la madre de su hijo. Rose y sus dos compañeros fueron absueltos por falta de pruebas. La detective encargada del caso, Nadine Hernández, fue hallada muerta en su domicilio, y aunque todo apuntó a un suicidio, las teorías conspiratorias no se hicieron esperar a lo largo y ancho de Estados Unidos. 

Un año después de las acusaciones, mientras se celebraba el juicio, y a falta de un año de contrato, que suponía 21.3 millones de dólares restantes, el jugador es traspasado a los New York Knicks.  

Él funcionaba bien en el Madison, convirtiéndose en una pieza clave para la franquicia. Pero en enero, debido a una crisis emocional, siente la imperiosa necesidad de volver a Chicago, por lo que coge un vuelo y no se presenta en el MSG para disputar el partido de aquella noche, con los Pelicans.  

Ante la opinión general, los Knicks se mostraron comprensivos con la situación del jugador, pero dentro del club, aquello supuso el principio del fin. Fin que estalló cuando se lesionó de nuevo el menisco, esta vez el izquierdo, al final de la temporada. Esto hizo que los Knicks no quisieran renovar con él, y Rose pasó a la Agencia Libre, eligiendo a los Cavs de James como lugar en el que pasar la siguiente temporada.  

Con solo dos partidos jugados, se lesiona los tobillos, y tras cinco más después de su vuelta, vuelve a caer en el pozo sin fondo de las lesiones. El de Chicago se plantea dejar la NBA con sólo 29 años, porque no podía seguir soportando el ritmo constante de lesiones del que era preso. Acaba traspasado a los Utah Jazz, que ni siquiera lo presentaron, y prescindieron de él, sin llegar a debutar, dos días más tarde. 

Pero los Timberwolves confían en él, y él se vuelve a sentir cómodo en el juego. En Minnesota consigue la máxima anotación de su carrera, 50 puntos, contra los Utah Jazz que lo abandonaron. Juega como sexto hombre, sin forzar demasiado su maquinaria, pero dejando muy buen sabor de boca entre los aficionados.  

En verano de 2019 firma con los Detroit Pistons un contrato de 15 millones en dos años, y ese, Detroit, es el último lugar en el que se ha podido ver a D-Rose, con 18 puntos de promedio, y volviendo a vivir este deporte.  

Esta es la historia de un jugador superado por las lesiones, sumido en una pesadilla constante, pero capaz de salir de ella y resurgir, no como MVP, pero sí con la cabeza bien alta.