Tras una semana de locos, con dos partidos de Euroliga el martes y el jueves, los madridistas volvían a la competición doméstica. En frente un clásico como el Zaragoza, que este año ha cambiado de patrocinador. Los rojos salieron muy enchufados, con un ritmo muy ágil en el movimiento de balón. Gracias a ello abrieron ventaja de seis puntos. Respondían los blancos con el triple de Randolph (el ala-pívot hace de todo), y la bandeja de Llull. El duelo tenía momentos espectaculares, como el alley-hoop culminado por el neozelandes Fotu.

Laso pedía el primer tiempo muerto, buscando reajustar sus piezas. A pista Felipe Reyes, para intentar cerrar más la zona y el rebote. Los maños entraban ya en el bonus de personales, lo que aprovecharon los capitalinos para sumar desde la línea. Casadevall reaccionaba metiendo al checo Jelovac, un fino estilista que a los 24 años ya tiene mucha experiencia ACB. El Zaragoza alcanzaba el bonus de personales, lo que aprovecharon máquinas desde los libres como Jaycee Carroll para dar la vuelta al marcador. Final del primer cuarto con un parejo 21-21.

Igualdad y poco ritmo

Amanecía el segundo parcial con Luka Doncic jugando de base puro. La polivalencia del genio esloveno es tremenda. Lo primero que hizo fue asistir a Reyes, que además sacaba el 2+1. La anotación se había frenado de manera exponencial, ahora las posesiones eran mucho más estáticas. El ritmo más lento, sumado a marcas muy correosas motivaron frecuentes faltas personales. Más rotaciones en la cancha, Nocioni por los merengues y Holt por los aragoneses. Seguía el festival de Doncic, que esta vez encontraba en pleno vuelo a Anthony Randolph, que la metió para abajo con violencia.

Isaac Fotu elevándose ante Maciulis (ACB.com)
Isaac Fotu elevándose ante Maciulis (ACB.com)

Momento para las individualidades, y allí el Madrid es muy superior. Los triples consecutivos de Nocioni y Jeffery Taylor hacían daño al Tecnyconta. Pese a ello los blancos no terminaban de romper el encuentro, y cometían errores incomprensibles, como el mate errado por un Taylor demasiado revolucionado, o los libres desperdiciados por Doncic. El partido estaba muy apagado, con la grada fría y cierta desidia por parte de los madridistas. Tras dejar literalmente solo a Fotu, Laso paraba el duelo y abroncaba a los suyos. Final de la primera mitad con 37-37.

Llull pisa el acelerador

Comienzo de la segunda mitad con los dos mismos quintetos iniciales en pista. El Madrid abría con parcial de 4-0, pero rápidamente respondía el capitán maño Norel con una canasta interior. Cada vez que los capitalinos corrían la pista hacían sangre al rival, como el canastón de Randolph con sus brazos kilométricos. Los maños estaban notando la ausencia de su base Tomás Bellas, que salió de inicio pero tuvo que abandonar el encuentro. Benzing y Fotu estaban sustentando a los suyos (entre ambos habían metido más de la mitad de los puntos). 

Llull celebrando una canasta (ACB.com)
Llull celebrando una canasta (ACB.com)

El Palacio se despertaba tras la magnífica jugada de Rudy, fintando, remontando línea de fondo y asistiendo para el triple esquinado de Jonas Maciulis. Pero el Zaragoza era una roca, siempre respondía con canastas de laboratorio, como la de Jelovac. Los madridistas seguían fallando una ingente cantidad de tiros exteriores, y tampoco acudían al rebote con demasiada fiereza. Pese a ello, apuntalando mejor las marcas sumaban ventaja de +9, bastante para un encuentro tan rocoso y disputado. Seis puntos consecutivos de un Llull clarividente y la canasta sobre la bocina de Randolph abrían finalmente brecha. Final del tercer cuarto (62-48).

Sin perdón

Los madridistas habían entrado en modo apisonadora y su ventaja seguía aumentando. Laso rotaba aún más el banquillo, y Draper disputaba sus primeros minutos del duelo. Benzing rompía la tremenda tónica negativa de los suyos, anotando un triple, pero la diferencia era ya muy amplia. Además, los capitalinos estaban leyendo mejor los bloqueos y entraban en la zona maña liberados y forzando varios 2+1. La dupla Ayón-Reyes se entendía a la perfección en la pintura, sumando puntos y rebotes. La ventaja se aumentaba a los 20 puntos.

Es evidente que la pegada del Madrid es tremenda. Los zaragozanos habían aguantado casi tres cuartos pegados al rival, pero en unos pocos minutos los merengues daban un rotundo golpe en la mesa con parciales de escándalo. Casadevall pedía tiempo y exigía a los suyos que no bajaran los brazos tan pronto. Revitalizados, lucharon más los rebotes y maquillaron algo el resultado, pero la derrota era clara. Laso daba minutos al joven Álex Suárez, de los que menos cuenta en la amplia rotación. Reyes y Carroll seguían sumando sin piedad. Final del encuentro con un contundente 94-68. El Madrid pone el 5-0 en Liga Endesa y es líder en solitario.