En Estados Unidos el pasado lunes era un día de fiesta. Se conmemora el nacimiento de Martin Luther King Jr y la NBA lo celebra con un carrusel de más de 12 horas de basket. Y como en toda fiesta siempre hay un plato estrella. Este era la reedición de ‘las finales 2015', un Warriors-Cavaliers interesantísimo a priori, pero que los de la Bahía de San Francisco se encargaron de dinamitar a base de triples.
De desigual manera llegaban ambos equipos al partido. Los Cavaliers solo habían perdido un partido de los últimos 10, fue en Texas frente a los Spurs y dejando muy buena imagen. Sin embargo los Warriors llegaban con el ánimo tocado, venían de perder dos de los tres últimos partidos, con la derrota más abultada frente a Detroit, y veían como alcanzar el récord de los Bulls estaba cada vez más lejos. Pero cuando llega el día importante este equipo sabe a qué juega. Es muy difícil mantener siempre el mismo nivel de intensidad, pero lo que sí está claro es que con el nivel mostrado hoy es difícil que cualquier equipo les plante cara.
Efectividad bestial de Golden State Warriors
Comenzaron los Warriors enchufados, con los Splash Brothers a la cabeza. 10-2 en dos minutos y David Blatt se vio obligado a pedir el primer tiempo muerto. De poco sirvió. Con que les hubiese avisado del vendaval que se les venía encima habría bastado, 10 triples y 70 puntos en la primera parte con un 65% en tiros de campo.
Y es que el equipo entrenado por Luke Walton sale divertirse y lo consigue. Juega rápido, fácil y efectivo. Claro que es más fácil si anotas 13 triples por partido con un 42.5% de efectividad (5% más que el siguiente equipo). Por eso los de Oakland decidieron sacarles los colores a los actuales subcampeones, que mostraron unas cadencias defensivas que tendrán que subsanar si quieren cambiar la historia del año pasado. Bien es cierto que frente al acierto exterior en este partido de los Warriors poco se puede hacer. Pero es que los de David Blatt se mostraron blandos en la pintura dejando penetrar con facilidad y con unas transiciones defensivas ‘bastante mejorables’.
Si al acierto exterior le sumas la magia de alguno de estos guerreros tenemos un show time digno de los Lakers de los 80s. Como la de Draymond Green dando asistencias por la espalda y siempre coqueteando con el triple-doble (16/7/10). O la de Stephen Curry que en el primer cuarto ya le había endosado 16 puntos a los Cavs y hace cosas que parecen sacadas de un videojuego.
El díscolo Jr Smith arrolló a Barnes en un bloqueo y fue expulsado.
Por parte de Cleveland Cavaliers parece que solo Jr Smith y LeBron James habían llegado en la primera parte al Quicken Loans Arena, con 14 y 10 puntos respectivamente. Los primeros 24 minutos se saldaron con 44-70, pero no acabaron las malas noticias para los de Ohio. En la reanudación los Warriors siguieron a lo suyo: enchufar triples. Y el mejor de los Cavs, el díscolo Jr Smith, volvió a mostrar sus dos caras, arrolló a Barnes en un bloqueo y fue expulsado.
Con un incombustible MVP de las pasadas finales Andre Iguodala, que aportó 20 puntos con solo un error en el tiro, los Warriors siguieron adelante. Las máximas se sucedían, llegando al 71-114 a diez minutos para el final. En los minutos finales ya con el fondo del roster en pista, ambos equipos comenzaron a pensar en los siguientes compromisos.
Cleveland Cavaliers sale tocado de esta derrota, tiempo de reflexión para los de David Blatt. Sin embargo Golden State Warriors cogen alas para seguir destrozando marcas esta temporada. Esta era una noche para soñadores, pero de entre todos los soñadores quien sueña y lo hace realidad son los Warriors de Don Stephen Curry.