Los Minnesota Timberwolves se han postulado como uno de los equipos que podrían dar la sorpresa en la temporada que se aproxima. Ya el pasado año, el equipo mostró una considerable mejoría en su juego, que fue mayoritariamente, gracias a la irrupción de Karl Anthony Towns y al crecimiento de la química entre la plantilla. Esta temporada, llevaron a cabo el fichaje de Tom Thibodeau para realizar la última fase de su reconstrucción. El veterano entrenador obtuvo a su vez, la potestad para ejercer la función de jefe de operaciones, pudiendo así cambiar la plantilla a su antojo. A esto, hay que sumarle el mantenimiento del bloque de jugadores de las pasadas temporadas, además de la elección de Kris Dunn en el draft, un base más que prometedor. Pero hay muchos deberes que hacer.
Se espera que Tom Thibodeau provoque una mejoría notable en el aspecto defensivo del equipo, ya que es el aspecto que caracteriza su estilo. Tanto es así, que ha conseguido que su anterior equipo, los Chicago Bulls, estuviesen en el podium de equipos defensivos de la NBA hasta en cuatro años consecutivos. Pese a ello, Thibodeau desea que sus Timberwolves sean no sólo mejores defendiendo, sino también en la ofensiva.
Los Minnesota Timberwolves acabaron la temporada promediando 102,4 puntos por partido, rondado la mitad de la tabla en ese apartado. Sin embargo, encajaban 106 puntos por partido, ocupando las últimas posiciones de la liga. Aún así, parece que Karl Anthony Towns asumirá incluso más protagonismo, al igual que Andrew Wiggins y por supuesto, Zach LaVine. A estos nombres hay que añadir al antes mencionado Kris Dunn, y al base Tyus Jones, quien demostró en la Summer League que posee en sus manos, calidad suficiente para ser una de las principales armas ofensivas.Si todo esto sale como Thibodeau desea, quién sabe si podrían ocupar uno de los puestos de Playoffs.