Boban Marjanovic llegó el año pasado con sus 2,21 de altura a la NBA, y los San Antonio Spurs fueron los encargados de darle la oportunidad de demostar su valía. Una vez acabada la temporada, Marjanovic se convirtió en agente libre sin restricciones, tenía la oportunidad de decidir dónde quería jugar. Llegaron los Detroit Pistons con un contrato de 21 millones de dólares por tres años debajo del brazo, pero Marjanovic siempre mostró su deseo de seguir en la franquicia tejana. Entonces, entró en escena el laureado entrenador de los Spurs, Gregg Popovich. Este conocía perfectamente lo que podía dar Boban Marjanovic a los Spurs, que era mucho, pero el equipo se quedó sin margen de maniobra para poder apostar por su continuidad, así que el entrenador optó por convencerle para que aceptase la oferta de tres años y 21 millones de dólares que le ofrecieron los Pistons, ya que entendía que no debía rechazarlos.
“Es un buen chico, pero llegó un momento en el que le tuve que hacer entender que 21 millones de dólares no son tres. Le dije: ‘Saca tu culo de aquí, tienes que hacerlo’. Él se sentía mal”, explica a Jeff McDonald de San Antonio Express-News.
Cuestionado sobre lo grande es la pérdida, el entrenador de San Antonio se lo toma como algo normal dentro del mercado NBA: “Sabíamos que se iba. Le pasa a todos los equipos. Pierdes a alguien porque hay que pagar a la gente y no se puede hacer con todos”.
Buen comienzo
Pese a contar con pocos minutos en su debut en la NBA –exactamente 9,4 por partido– el pívot serbio fue capaz de destacar gracias a un promedio de 5,5 puntos y 3,6 rebotes, números que la valieron para firmar un importante contrato en Michigan. Ahora, se le considera una de las piezas importantes de cara a la próxima temporada para el equipo de Stan Van Gundy.