Mucha gente tiene la esperanza de que esta sea, por fin, la temporada en la que Minnesota dé un paso al frente y se convierta en un equipo competitivo y con aspiraciones a Playoffs. Tras el debut del equipo, la ajustada derrota contra Memphis no ha cortado la ilusión, sino todo lo contrario. Después de tanta espera, por fin se vio a un equipo duro, trabajado y organizado. Estuvieron muy cerca de ganar en el FedEx Forum y solo el acierto de Marc Gasol y Mike Conley en el último minuto les privó de ganar el primer partido de la temporada.
Gran parte del optimismo recae en la pareja de Andrew Wiggins y Karl-Anthony Towns. Los dos últimos rookies del año y sumaron anoche 46 puntos entre ambos, superando la media de 39 puntos que combinaron la temporada pasada. Se espera que los dos números uno del draft mantengan ese registro anotador. El equipo, aún así, ya era una potencia ofensiva sumando los puntos de Zach Lavine y las asistencias de Ricky Rubio, pero ahora también hay que añadir al rookie Kris Dunn, que tuvo unos minutos de mucha calidad y dejo claro que está preparado para jugar muchos minutos.
Ahora les falta mejorar en defensa, su gran déficit, para dar ese salto de calidad y ser equipo de Playoffs. Para mejorar esa defensa, hay plena confianza en el entrenador Thibodeau, que es un especialista en la defensa, consiguiendo que sus Bulls estuvieran en el Top 3 de equipos que menos puntos encajaban casi todas las temporadas.
Otro aspecto a mejorar es la toma de decisiones en los minutos claves. Al final de los partidos, tanto la pasada temporada como anoche, no tenían las ideas claras y no ejecutaban jugadas con la soltura del resto del partido.
Aún hay mucho trabajo por delante, pero si son capaces de mejorar en un par de aspectos, el optimismo que tiene la prensa y la afición está más que justificado.