Los últimos partidos de los Minnesota Timberwolves han disparado las alarmas respecto al proyecto liderado por Tom Thibodau. Muchas voces indican que debería haber un traspaso que revolucione el roster o incluso un cambio de entrenador.
Las informaciones que llegan desde Minnapolis muestran que un equipo con tanto talento ofensivo no debería llevar un record de 6 victorias y 16 derrotas, incluidas 8 derrotas en los últimos 10 encuentros. La situación no es fácil de revertir mirando el calendario que tienen por delante.
Han dejado escapar partidos en los últimos segundos del mismo lo que indica una falta de experiencia alarmante combinado con falta de picardía, tan necesaria en cualquier deporte, y más en baloncesto.
Llama la atención la situación de los terceros cuartos, siendo el peor equipo de la liga con un -24 respecto al rival, lo que hace realmente difícil sacar partidos adelante, el resto de cuartos tienen balance positivo. Su entrenador, Tom Thibodau ha reclamado más intensidad en el tercer cuarto para que el parcial no sea tan negativo.
Otro lastre es la falta de juego colectivo, ya que el base titular, Ricky Rubio está dando menos asistencias que nunca y muchos ataques se resuelven de manera individual. Karl Anthony Towns y Wiggins tienen talento de sobra para solucionar partidos pero vistos los resultados, eso no es suficiente.
Thibodau es el entrenador y el general manager del equipo y puede tomar cualquier decisión drástica respecto al futuro del equipo ya que está empezando a impacientarse. Todos los focos apuntan a Rubio, pero se teme que el número 5 del último Draft, Kriss Dunn, el base suplente, no aporte el rendimiento que aparentemente se esperaba de él.
Todo indica que los Wolves fracasarán, otro año más, en su enésimo intento de volver a los playoffs, lugar que no pisan desde la temporada 2003-2004, aún con el jugador más importante de su historia, Kevin Garnett.